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Hynkel: “Lo siento, pero no quiero ser emperador. Eso no es lo mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todo el mundo, si fuera posible: a judíos y gentiles; a negros y blancos. Todos queremos ayudarnos mutuamente. Los seres humanos son así. Queremos vivir para la felicidad y no para la miseria ajena. No queremos odiarnos y despreciarnos mutuamente. En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede proveer a todos.
El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido ese camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado alineados a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá.
El avión y la radio nos han aproximado más. La verdadera naturaleza de estos adelantos clama por la bondad en el hombre, clama por la fraternidad universal, por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz está llegando a millones de seres de todo el mundo, a millones de hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que tortura a los hombres y encarcela a personas inocentes. A aquellos que puedan oírme, les digo: “No desesperéis”
La desgracia que nos ha caído encima no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres, que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará, y los dictadores morirán, y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás.
¡Soldados! ¡No os entreguéis a esas bestias, que os desprecian, que os esclavizan, que gobiernan vuestras vidas; diciéndoos qué hacer, qué pensar o qué sentir! Que os obligan a hacer la instrucción, que os mal alimentan, que os tratan como a ganado y os utilizan como carne de cañón. ¡No os entreguéis a esos hombres desnaturalizados, a esos hombres-máquina con inteligencia y corazones de máquina! ¡Vosotros no sois máquinas! ¡Sois hombres! ¡Con el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No odiéis! ¡Sólo aquellos que no son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados!
¡Soldados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!
En el capítulo diecisiete de San Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre, ¡no de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres! ¡En vosotros! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder, el poder de crear máquinas. ¡El poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Lucharemos por un mundo nuevo, por un mundo digno, que dará a los hombres la posibilidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a los ancianos seguridad.
Prometiéndoos todo esto, las bestias han subido al poder. Pero mienten No han cumplido esa promesa. ¡Ni la cumplirán! Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo. Ahora, unámonos para liberar el mundo, para terminar con las barreras nacionales, para terminar con la codicia, con el odio y con la intolerancia. Luchemos por un mundo de la razón, un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven la felicidad a todos nosotros. ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!
Hannah, ¿puedes oírme? Dondequiera que estés, alza los ojos. ¡Mira, Hannah! ¡Las nubes están desapareciendo! El sol se está abriendo paso a través de ellas. Estamos saliendo de la oscuridad y penetrando en la luz. ¡Estamos entrando en un mundo nuevo, un mundo más amable, donde los hombres se elevarán sobre su avaricia, su odio y su brutalidad! ¡Mira, Hannah! ¡Han dado alas al alma del hombre y, por fin, empieza a volar! ¡Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza! ¡Alza los ojos, Hannah! ¡Alza los ojos!”.
Esta última frase “Alza los ojos, Hanna“, es la que le da nombre a toda la arenga.
PARA ESCUCHAR Y VER:
Reportaje de CIENCIA PARA EL PUEBLO.
Una visión reveladora sobre el papel y uso que la ciencia tiene en la vida del pueblo chino.
H. BLUME EDICIONES
Rosario, 17 – Madrid – 5
Primera edición española 1979
I.S.B.N. 84-7214-173-X
CAPÍTULO 4.
Institutos de Investigación
La investigación científica en los Estados Unidos se simboliza por cuellos blancos, edificios de aire acondicionado, luces fluorescentes y un impresionante equipo electrónico en manos de los expertos.Hay una puerta entre el laboratorio y el mundo exterior, y esta puerta está, normalmente, cerrada para retener el aire acondicionado dentro y a los profanos afuera. Los chinos están tratando de crear un tipo diferente de investigación, un sistema en el cual el trabajador de la investigación y el de la producción estén unidos para servir al pueblo; en el cual cada uno entienda los saberes y contribuciones del otro, y en el que, finalmente, las distinciones entre profesionales y obreros sean eliminadas y sus trabajos plenamente integrados.
Los trabajadores chinos de la investigación están interesados, preeminentemente, en la resolución de los problemas prácticos y en servir las necesidades inmediatas de la agricultura, la producción industrial y la asistencia médica. Los problemas fundamentales de la investigación se entiende que surgen de las cuestiones prácticas y que están enlazados a una necesidad demostrada, no simplemente imaginada, de los científicos. Pero el acento sobre la investigación aplicada no es el rasgo distintivo de la ciencia china. Más importante son la motivación y el método del trabajo de investigación. Todas las instituciones que conocimos repitieron la importancia de trabajar con las masas (populares) y aprender de ellas. Esta es la perspectiva política que determina la vía en la que trabajan los investigadores para la resolución de los problemas prácticos.
Los científicos van a las granjas y a las fábricas donde se aplica su trabajo, viven con los campesinos y obreros y participan en la rutina normal del trabajo y del estudio, desempeñando también, su papel técnico. En el curso de estas visitas enseñan a la gente de las localidades las bases teóricas de los variados problemas prácticos con los que se enfrentan. Las personas de estas poblaciones, a su vez, toman parte en el trabajo de investigación y ayudan a los científicos. Las movilizaciones de masas, como la del trabajo de control de insectos en Pekín o la campaña contra el cáncer de Shangai, tienen prioridad sobre el trabajo científico. Seguramente el trabajo con las masas sirve para la reeducación política de los trabajadores profesionales y para darles la dirección de su investigación. En cada instituto de investigación observamos la evidencia de este fuerte lazo entre la ciencia y el pueblo. Es la puerta abierta (del laboratorio) al exterior.
En Shanghái visitamos uno de los centros de investigación de computadores. El Centro de Computadores de Shanghái comenzó a funcionar en 1969 y en 1972 se creó el germen de lo que es ahora el Instituto de Tecnología de Computadores de Shanghái. La tarea del Instituto, según nos explicaron, es descubrir los caminos por los que los computadores sirvan conjuntamente a la industria y a la investigación científica posterior. El computador científico debe también servir "a la política proletaria y a la producción socialista", lo que significa que la tecnología debe ser controlada por el pueblo trabajador y utilizada para mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de la vida en general.
La teoría y la práctica están vinculadas en el trabajo del Instituto. Los problemas teóricos de la investigación científica sobre computadores están implícitos en los usos prácticos. Trabajando en las fábricas en las que los computadores se construyen y se comprueban, los científicos obtienen un mejor entendimiento de las máquinas y de su montaje. Por el contrario, la mayoría de los programadores en los Estados Unidos tienen una idea muy escasa de cómo se fabrican o de cómo funcionan.
Miembros del Instituto describen el tipo de trabajo para los que se utiliza el computador. La mayoría son para lo que podríamos llamar programación científica: problemas matemáticos de ingeniería, análisis estadístico, análisis de la estructura de los cristales, etc., es decir, en sentido opuesto a la programación comercial o a la información de sistemas. Entre otros grandes proyectos está la aplicación a los métodos de programación lineal para problemas del tipo de operaciones con funciones de producción o construcción de naves.
No mucho después de nuestro retorno de China, Peking Review informaba de la finalización del primer computador chino con 1.000.000 de datos por segundo. Evidentemente los que nosotros vimos no eran los computadores chinos más avanzados.
En nuestras visitas a las Universidades de Tsinghua y Futan observamos otros computadores. El computador de la segunda generación de Tsinghua, en Pekín, fue construido por los estudiantes y se utiliza en la enseñanza científica. Esta Universidad fue escenario de una intensa lucha durante la Revolución Cultural cuando las facciones rivales del movimiento de estudiantes disputaban sobre cómo debía dirigirse la Universidad y quién la debía gobernar. Preguntamos en el centro de computadores si estos aparatos habían sido un caballito de batalla dentro del campus. No nos respondieron con claridad, y se interesaron mucho al oír que en las Universidades americanas durante los movimientos estudiantiles de los años 1960s, los centros de computadores fueron, en repetidas ocasiones, lugar de protesta de estudiantes opuestos a la política universitaria. En Tsinghua, sin embargo, los computadores son únicamente usados para la enseñanza y la investigación, y no como instrumentos de la Política administrativa o del poder. Como en otros lugares inesperados, la frase "Servir al pueblo" estaba escrita, en gruesos caracteres, en lo alto del computador.
Después de la visita al Instituto de Computadores de Shanghái, varios de nuestros anfitriones nos llevaron a la fábrica de barrio Tiradores de Puertas de Shanghái. Las fábricas de barrio, pequeñas empresas de las cercanías de las ciudades chinas, son de propiedad colectiva de la gente que trabaja en ellas. Los obreros son, predominantemente, antiguas amas de casa y otras personas que no estaban anteriormente integradas en la fuerza de trabajo. Los productos de estas fábricas varían desde la artesanía a los circuitos integrados, según los conocimientos y materiales disponibles en la zona.
Esta fábrica de barrio tenía 437 trabajadores, 80% de los cuales eran amas de casa con preparación casi nula. Los productos principales son tiradores de puertas y "gatos" para los automóviles. En 1970, nos explicaron, la fábrica estableció una sección de computadores; 74 de sus obreros empezaron a reunirse con miembros del Instituto de Tecnología de Computadores de Shanghái y del Departamento Científico de Computadores de la Universidad de Futan, en Shanghái, para estudiar si era posible montar computadores en su fábrica. El equipo de tres-en-uno (investigación, educación y producción integradas en equipo) se propuso construir computadores avanzados de la tercera generación. Tuvieron que superarse muchos obstáculos, especialmente la falta de formación de los obreros en la fábrica de barrio. Algunos no tenían ni idea de lo que era un computador. Aun así, en un año y medio terminaron el primero. El segundo fue acabado un año después: el aparato que habíamos visto en el Instituto de Computadores. El tercer computador se acabó después de tres meses de trabajo y esperan terminar cuatro más este año.
Los obreros de la fábrica de barrio pasan gran cantidad de su tiempo aprendiendo de los computadores a medida que los montan. Muchos visitan el Instituto y la Universidad, así como otras fábricas, para aumentar su conocimiento, y una cuarta parte del tiempo de trabajo se emplea estudiando fundamentos de electricidad, electrónica y arquitectura del computador. Nos dijeron que los obreros aprenden con rapidez porque están implicados en los procesos que estudian, y el trabajo mejora como resultado de su creciente comprensión.
Los investigadores de la Universidad y del Instituto hacen algo más que contribuir a los planes y diseños de los computadores de la fábrica. Emplean un día a la semana trabajando conjuntamente con los obreros de las fábricas. Los trabajadores de computadores dicen que científicos y obreros aprenden unos de otros. Ambos consideran las combinaciones de tres-en-uno de Instituto, Universidad y Fábrica un importante paso hacia el objetivo de la eliminación final de la distinción entre trabajo intelectual y manual. En la fábrica de barrio seguimos algunos de los pasos que se dan en la construcción de un computador.
A través de todo nuestro viaje encontramos científicos chinos ávidos de contactos con sus colegas americanos y de compartir las experiencias comunes. Recibimos una cálida bienvenida en el Instituto Químico de Pekín, donde fuimos saludados por un grupo que incluía miembros de un comité revolucionario. La mayor parte de la charla inicial la dirigió Liu Ta-Kong, director de actividades del Instituto y que parecía ser su científico más veterano. Pertenecía al comité revolucionario, pero cuando se referían a él, le llamaban "profesor", lo que nos indicó que existe un sistema de administración más antiguo que sigue normas académicas, junto al nuevo de comités revolucionarios. Liu nos contó que el Instituto se estableció en 1957, y ahora tiene unos 600 trabajadores, la mitad de los cuales son graduados universitarios e investigadores expertos. Un centenar de los miembros del personal ha tenido algún tipo de estudios universitarios y 30 ó 40 han estudiado en el extranjero. Alrededor del 40% de los investigadores son mujeres.
"Nuestro trabajo está, en su mayoría, conectado con la producción industrial" nos dijo Liu, "y se aplica el concepto de tres-en-uno (investigación, educación y producción integradas en equipo). Los que van a las fábricas se enfrentan a los problemas prácticos y aprenden de los obreros. De estos problemas prácticos, descubriremos los fundamentales para la investigación básica". La mayor parte de la investigación en el Instituto se hace sobre química de polímeros. Un polímero es una gran molécula compuesta de multitud de unidades químicas repetidas. Las propiedades del material dependen de la naturaleza de las unidades. Géneros como el rayón y el nylon, adhesivos como las resinas especiales, y todos los plásticos, son tipos diferentes de polímeros sintéticos.
La comparación del equipo de laboratorio con el existente en los Estados Unidos se planteó, inevitablemente, durante nuestra gira por el Instituto. La diferencia más clara es el pequeño número de instrumentos analíticos avanzados, los cuales han supuesto el mayor desarrollo de la química en las dos pasadas décadas.
La mayoría de los equipos de vanguardia están localizados en un centro único, en lugar de estar distribuidos por los distintos laboratorios como en América. Gran cantidad del trabajo que vimos realizar en el Instituto no requiere tal instrumental; por supuesto, la investigación está adaptada, normalmente, al equipo disponible. Durante nuestra discusión Ch'ien Hen-yan, que había estado en Estados Unidos, mencionó la falta de estos equipos como un defecto.
Casi todo el equipo restante de los laboratorios aparentaba ser de fabricación casera, aunque aprovechable. En la mayoría de los laboratorios que visitamos, el investigador tenía una ficha que exhibía la estructura o proceso químico en el que trabajaba y, frecuentemente, una muestra del producto para ilustrar las aplicaciones prácticas del proceso. Era algo semejante a "Mejores condiciones de vida a través de la Química".
Otro ejemplo del desarrollo del proceso que vimos, se refería a laminados de poliamida reforzados, que son capas de cristal que quedan unidas por una poliamida polímera en un sólido bloque. Este material es útil para varias aplicaciones en electrónica. Wo Yao, una mujer de más de treinta años, nos explicó los problemas con el proceso. Pequeñas moléculas se reúnen para formar otras de tamaño medio, creando un material llamado resina. Para formar el producto final, la reacción ha de ser completada, en este caso, con calor.
El problema era que se necesitaba un disolvente y el único apropiado, el dimetil formamida, presentaba graves dificultades para su utilización por su elevado punto de ebullición y su alta toxicidad para los trabajadores. Wo Yao había sido capaz, modificando la composición química de la resina, de producir otra variedad soluble en alcohol y agua, resolviendo el problema de la toxicidad y consiguiendo, a su vez, una materia más fuerte.
Por contraste, la investigación de otro laboratorio no tenía aplicación inmediata. Fotoconductores orgánicos, materiales cuyas propiedades eléctricas cambian cuando se golpean con una onda luminosa de una longitud determinada, se comprobaban en un aparato relativamente complejo, aunque de fabricación casera, compuesto de fuentes de luz, métodos para cronometrar el tiempo y un osciloscopio. La investigadora que nos atendía nos dijo que este proyecto había comenzado después de la Revolución Cultural, que era únicamente exploratorio, y se había puesto en pie porque se pensaba que podría ser interesante, ya que los fotoconductores orgánicos podrían servir, en la práctica, mejor que las alternativas inorgánicas.
Cuando estuvimos en China las actividades de las instituciones se relacionaban siempre con la Revolución Cultural, y el principal tema de discusión se basaba en las transformaciones desde dicho período. Pero los cambios no eran siempre fáciles de entender. Una concepción previa que teníamos acerca del efecto de la Revolución Cultural en la ciencia consistía en que encauzó todos sus esfuerzos dentro de los campos de la aplicación, haciendo justificable el trabajo científico sólo en términos de utilidad directa. Sin embargo, este efecto fotoconductor había sido tomado como objeto de la investigación después de la Revolución Cultural, específicamente porque era un efecto de interés y no por su valor práctico inmediato.
A diferencia de las universidades, el Instituto de Investigación de Química permaneció en funcionamiento durante la Revolución Cultural, igual que ciertos sectores productivos, como las fábricas. Unos pocos laboratorios cerraron durante un tiempo, pero según Liu Ta-Kang "el trabajo continuó, en su mayor parte, en condiciones normales. Nuestra labor política fue, principalmente, luchar contra la ideología burguesa. La mayoría de los miembros dirigentes del instituto permanecen aún aquí". Añadió que un gran parte de los miembros han ido a trabajar a las fábricas o al campo de una u otra forma, excepto los viejos o los enfermos.
Los institutos de investigación, más que las universidades, constituyen el grueso de la ciencia experimental de laboratorio en China. En el pasado, los estudiantes graduados en la Universidad investigaban en el Instituto, y probablemente seguirán haciéndolo en cuanto vuelvan a abrirse las escuelas superiores. Los miembros del Instituto piensan que algunos querrán volver cuando las necesidades de la educación superior hayan sido resueltas. Sin embargo, dudan que los grados superiores (posgrados) sean concedidos, porque tales títulos impulsan la división de los investigadores con respecto a las masas (populares). Aunque la educación universitaria para no graduados ha sido revisada y reinstituida a través de la Revolución Cultural, los estudios para graduados (posgrados) están siendo discutidos para su revisión, y las escuelas superiores, tal como se conocen en Estados Unidos, permanecían cerradas en la época de nuestra visita. Los planes discutidos con nosotros indican que algunas volverían a abrirse en breve.
En otras especialidades, como la medicina, la revisión de los planes de estudio ha significado el acortamiento del período de enseñanza, no incluyendo, de esta forma, en dichos planes a lo que se entiende por "graduados", pero los médicos están completamente capacitados. En las escuelas de leyes, por otro lado, no se esperaba la reapertura, por la revisión del sistema de justicia criminal, que abandona los careos entre las partes en favor de un proceso de investigación que no necesita fiscales. En general, las distinciones occidentales entre trabajo de graduados y de no graduados debe desaparecer, aunque las carreras en los diferentes campos diferirán en extensión.
Aprendimos en el Instituto de Química que la política internacional está mezclada hasta en el arcano terna de la nomenclatura química, la cual es fundamental para cualquier tipo de comunicación internacional sobre la ciencia. Los chinos tienen su propio sistema que tratan de adaptar al usado internacionalmente. Nos comentaron que no mantienen contacto con la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, el cuerpo oficial internacional de la especialidad, porque Taiwán está incluido entre sus miembros.
Se plantearon varios puntos de comparación entre la investigación científica en China y en Estados Unidos. Uno de ellos fue la motivación para la aplicación de la química a nuevos productos industriales. Los nuevos productos para los que tienen que crearse necesidades, artificialmente, y las mejoras productivas que colocan a los trabajadores en paro, son símbolos, para nosotros, del desarrollo tecnológico americano. No sucede lo mismo en China. Allí la aplicación tecnológica está motivada por las necesidades de la población. El término "plásticos" tienen una significación peyorativa en América. Cuando nos mostraban el poliuretano adhesivo para tejidos (iniciativa original de los obreros de la fábrica), uno de nuestro grupo dijo "nosotros tenemos esto en Estados Unidos, también, pero no va bien". El origen de nuestra actitud negativa hacia la innovación técnica es claro: surge del hecho de que el primer objetivo de ésta en Estados Unidos es el beneficio, y después, quizá incidentalmente, mejorar la calidad de vida del pueblo.
Otro de los puntos comparados es que parecen aún existir ciertos aspectos de una forma más antigua de investigación. Este laboratorio ha continuado funcionando durante la Revolución Cultural, y la estructura de la toma de decisiones en el Instituto mantiene al menos algunas características de la jerarquía profesional. Sin embargo, se daban otras prácticas en los laboratorios —grupos de estudio político, reuniones de crítica y auto-crítica, trabajo manual en fábricas y otras semejantes— que estaban destinadas a eliminar las distinciones entre trabajadores profesionales y no profesionales. La transformación de las formas de investigación científica es un proceso que está aún en desarrollo y no es algo que el Instituto esté empeñando en realizar independientemente. Esto forma parte del cambio revolucionario de todas las instituciones que ha comenzado por el Partido Comunista, y que se intenta que afecte profundamente a la sociedad entera. En nuestro país, muchos miembros de nuestro grupo hemos discutido e impulsado las prácticas democratizadoras en nuestros lugares de trabajo, pero entendemos que esto es de alguna manera tratar de crear una isla con una correcta práctica social, sin el necesario cambio en la sociedad de conjunto; y una práctica social aislada, pero correcta, es una "contradicción".
La transformación de los institutos de investigación en China, está estimulada por su conexión con la industria. Los investigadores visitan las fábricas en las cuales se aplican sus resultados, donde discuten los problemas con los obreros de la factoría y permanecen un tiempo realizando labores manuales y estudiando política con los trabajadores. Este proceso conlleva una remodelación ideológica, pero a su vez da a los investigadores una mejor idea de lo que es la producción realmente y una observación de primera mano del uso de los experimentos. Los obreros de la industria, también miembros de los equipos de tres-en-uno, visitan en correspondencia el Instituto. Discuten los problemas sujetos a estudio y toman parte en la vida general del Instituto, por ejemplo en los grupos de estudio político. Además, el Instituto de Química tiene una "casa abierta" cada semana, en la cual los representantes llegados de cualquier fábrica pueden discutir las soluciones técnicas. Una vez más la puerta de la investigación está abierta al exterior.
Este tipo de contacto diario en el curso del trabajo es, probablemente, muy importante en la determinación de las actividades de los intelectuales chinos. La participación de las masas (populares) en la rutina normal de los científicos hace mucho más arduo olvidar las lecciones de las Escuelas de Cuadros Siete de Mayo (así llamadas por la directriz de Mao Tse-tung de esta fecha en 1968). Estas escuelas se establecieron en el campo durante la Revolución Cultural, y muchos intelectuales de la ciudad y cuadros (dirigentes) permanecieron un tiempo en ellas, realizando trabajo manual y estudio ideológico.
La labor que estas personas realizan en las fábricas o en las comunas populares tiene, frecuentemente, estos mismos propósitos.
Otro importante aspecto de la investigación china es que se da más importancia a la obvia cooperación en la propagación de los descubrimientos científicos, que a la competencia dirigida al mantenimiento de la posición dominante de un investigador, laboratorio o departamento. Los adhesivos, géneros sintéticos y fábricas de plásticos de Pekín no compiten unos con otros por los mercados o por más altos beneficios. Consecuentemente comparten los resultados de la innovación científica en lugar de ocultarlos. Los laboratorios están para compartir experiencias, ya sea a través de "casas abiertas" o por medio de instituciones como la Estación de Intercambio Científico y Tecnológico de Shanghái. No esperan ganar la delantera en una carrera hacia la oficina de patentes.
El Instituto de Genética de la Academia de Ciencias de China en Pekín, como sus contrapartidas en zoología, bioquímica y entomología, es una de las importantes instituciones que apoyan la agricultura china. Su amplio edificio, al final de las afueras de la capital, está rodeado por los campos. Estuvimos allí una mañana, visitando laboratorios y hablando con científicos y administradores. Como era frecuente en las instituciones científicas, un miembro del personal de edad avanzada que había estudiado en el extranjero, nos sirvió de traductor adicional. En este Instituto, Hu Han, mujer menuda, afable, de mediana edad, que había estudiado genética fisiológica en la Universidad del Estado de Ohio, fue nuestra intérprete y resultó particularmente provechosa en la clarificación de las palabras técnicas oscuras.
Antes de 1949, no había Instituto de genética en China. En 1951 fue creada una oficina de genética con sólo 20 personas. En 1959, cuando la Academia de Ciencias creó el Instituto de Genética, el personal había crecido hasta 70 miembros. Ahora trabajan aquí 350 personas, incluyendo a más de 200 científicos y técnicos. El Instituto estaba dirigiendo experimentos en tres especialidades: 1) Estudios sobre la transmisión y variación de las características genéticas, una especialidad sobre la que se realizan investigaciones referentes al trigo tardío y al arroz, a partir de granos de polen, además de pruebas con la patata y la batata; 2) Estudios sobre heterosis y esterilidad masculina, efectuándose trabajos genéticos sobre maíz y sorgo; 3) Estudios sobre la estructura y función del material genético principal del ácido desoxirribonucleico, o DNA, que incluye estudios sobre genética bacterial.
El primer laboratorio que visitamos estaba relacionado con la genética de la patata. Hablamos allí con Chiang Hsin-ts'un, un investigador que se había graduado en la Universidad Agrícola de Pekín en 1959, y que trabajaba con patatas desde entonces. Nos dijo que habían cultivado patatas blancas plantando trozos de tubérculos viejos, sobrantes de la cosecha del año precedente. Esto requiere un almacenamiento en invierno de una cantidad de patatas cada año para que sirvan como "simientes", para la siguiente generación. En el centro y el sur de China, los problemas de la degeneración de las patatas almacenadas ha obstaculizado seriamente el desarrollo de estas zonas, por su importancia fundamental como recurso alimenticio. Antiguamente tenían que embarcarse hacia el sur grandes cantidades todos los años.
Los investigadores en el Instituto han trabajado sobre el problema durante varios años, pero ahora son muy críticos respecto al método con el que lo abordaban antes de la Revolución Cultural. Se apoyaban demasiado unilateralmente, nos dijo Chiang, sobre el conocimiento libresco, tanto del extranjero como chino. Durante la Revolución Cultural empezaron a poner más énfasis en el estudio del problema sobre el terreno, con los campesinos, y desde entonces su actividad ha mejorado. Ahora creen que aunque la degeneración de la patata depende, en gran medida, de las características hereditarias de las variedades cultivadas, los métodos de cultivo y almacenamiento tienen una gran importancia. La conclusión de que el problema que están considerando no está gobernado, primariamente, por factores nacidos en su propia especialidad de estudio (la genética en este caso), es un avance de gran importancia en la actitud ante la ciencia.
En cada país occidental sin excepción, los científicos han chocado repetidamente sus cabezas contra los muros de sus propias limitadas especialidades, intentado resolver, por un estrecho camino técnico, problemas que requieren una amplia visión y un conocimiento desde distintos campos de la ciencia.
Chinag comentó que antes de la Liberación algunos campesinos ricos de la provincia de Anhwei, en China Central del Este, habían aprendido el proceso de preservación de la patata, pero lo guardaron en secreto para elevar el precio de las simientes. A partir de esta experiencia, concluye: "Si trabajamos bajo una línea correcta, la ciencia puede servir al pueblo. Si la ciencia está en manos de los terratenientes y capitalistas, no puede servir al pueblo".
El laboratorio trabaja con batatas, así como con patatas. Estas pueden cultivarse por esquejes tomados de brotes de tubérculos. Los campesinos se quejan de que una popular variedad, la Victoria 100, ha deteriorado grandemente, la cantidad de sus rendimientos. Los tests mostraron que las producciones disminuyeron en un promedio de 30%. Trabajando estrechamente con los campesinos cultivadores de batatas, los investigadores hallaron que aquéllos tendían a escoger largos tallos para los esquejes, porque era más fácil cortarlos que los más cortos. Sucedía que entre los simples tubérculos, hay una variación genética según la longitud de los esquejes. Seleccionando largos tallos para los esquejes, la gente escogía plantas con tendencia hereditaria a producir largos vástagos y bajos rendimientos. Los investigadores buscaron en otras variedades de batatas y encontraron el mismo fenómeno: una tendencia hacia más largos tallos y a más bajos rendimientos. Para contrarrestar este impulso, los trabajadores del Instituto seleccionaron tallos más cortos durante muchas generaciones y, en el proceso, crearon veinte variedades nuevas, una de las cuales, Pekín Rojo, aumentó las producciones de un 20 a un 30%.
Durante nuestra visita al laboratorio de la patata planteamos la cuestión de cuál es la concepción corriente de los genetistas chinos acerca de T.D. Lysenko, el controvertido agrónomo que una vez dominara la genética soviética. Lysenko se oponía a la genética clásica occidental sobre la base de que era "idealista y metafísica" y atacó a figuras históricas de la importancia de Mendel y Morgan por sus hipótesis de genes imaginarios y su negación de la influencia del medio ambiente sobre la herencia de los organismos (la herencia de los caracteres adquiridos). A sus ideas, Lysenko, opuso las teorías de Michurin, ruso, trabajador de los ferrocarriles, ya retirado, que había logrado un gran éxito en la reproducción de árboles frutales. Durante un período de tiempo, en términos generales de 1948 a 1956, Lysenko utilizó su importante influencia dentro del Partido Comunista Ruso, para suprimir el debate entre las dos escuelas de pensamiento, y determinó una virtual prohibición sobre los experimentos guiados por los principios de la genética clásica. Hemos oído que en China, durante el mismo período, las ideas de Lysenko tuvieron un fuerte apoyo, especialmente en los institutos de investigación agrícola, y que los científicos chinos que prosiguieron con la genética clásica estuvieron, intelectualmente, a la defensiva.
En 1956 Lysenko perdió parte de su poder en la Unión Soviética y el enfrentamiento entre las escuelas genéticas del pensamiento en China se hizo mucho menos unilateral. En 1957, Mao dio una charla muy famosa: "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo" en la cual adelantó ideas acerca de cómo deberían tratarse las disputas científicas en un país socialista:
Pensamos que es perjudicial para el florecimiento del arte y de la ciencia el que se usen medidas administrativas para imponer un estilo particular de arte o escuela de pensamiento y prohibir otro. La cuestión de lo que es correcto o incorrecto debería plantearse por medio de libres discusiones en los círculos artísticos y científicos y en el desarrollo del trabajo práctico en las ciencias y en las artes. No se deberían plantear de una manera esquemática. Un período de prueba es necesario, normalmente, para determinar qué es lo correcto y qué lo incorrecto.
Cualesquiera que fueran las situaciones particulares que Mao podía tener en mente cuando dijo estas palabras, son una crítica efectiva sobre el tratamiento de la disputa en genética, tanto en China como en la Unión Soviética. Aproximadamente desde 1956 en adelante parece que las escuelas michurinista y clásica han coexistido en genética en China. En este contexto planteamos nuestra pregunta sobre Lysenko. La siguió una pausa; de nuevo pronunciamos su nombre para asegurarnos que lo habían escuchado, y entonces todos ellos rompieron en una viva discusión, que no fue nunca traducida. Al final la respuesta llegó: "Lysenko piensa que la degeneración de la patata se induce por las altas temperaturas. Nosotros pensamos que esta teoría no es correcta". Persistimos con otra pregunta acerca de las teorías más generales de la genética de Lysenko, y nos replicaron que se puede dar en algunos casos que las condiciones externas o del medio ambiente influencien los caracteres internos o genéticos, pero incluso si este es el caso, las condiciones externas no son el factor principal. En conclusión, ellos nos dieron la opinión de que la controversia es en efecto un problema teórico que no ha sido aún estudiado con mucho detalle. Quizá el enjuiciamiento del período de Lysenko se está desarrollando todavía en China.
Nos marchamos luego a un laboratorio donde se experimentaba con el desarrollo de un trigo nuevo y con variedades de arroz, usando métodos muy sofisticados. Los investigadores Ou-Yang, Ts'un-wey y Ch'en Ying nos explicaron que emprendieron el proyecto en respuesta a los campesinos que se quejaban de la tardanza excesiva en el desarrollo de nuevas variedades de cosechas. Los métodos tradicionales de cría de nuevas variedades actúan fuertemente sobre el desarrollo de líneas "puras" o genéticamente homogéneas, que se cruzan después por un sistema controlado, con el fin de producir los resultados deseados. Estas líneas puras se crían con vistas a la uniformidad genética, cruzando familias próximas durante muchas generaciones, normalmente en una proporción de una o dos generaciones al año. Puesto que cada generación dura largo tiempo, la producción de líneas puras es lenta y supone una tarea de años el desarrollo de nuevas variedades.
El grupo hizo hincapié sobre las interacciones con los campesinos, explicando que estos han dado la bienvenida, a las variedades desarrolladas usando la técnica de línea pura. Los campesinos visitan frecuentemente su laboratorio y ellos, a su vez, trabajan en los campos para desarrollar las nuevas variedades, algunas de las cuales han sido ahora probadas en la provincia de Heilung-Kian, en el noroeste de China, y en las afueras de Pekín.
Preguntamos si realmente intentan enseñar a los campesinos unas ideas tan complejas coma los sistemas genéticos haploide-diploides. Nos contestaron así:
En general no introducimos entre los agricultores ideas a un nivel tan abstracto. Pero con el concepto de haploide-diploide tuvimos que hacerlo, puesto que todo el trabajo nos obligaba a ello. Tratamos de usar un lenguaje sencillo y vimos que era más fácil la explicación a través del personal científico local. Los jóvenes intelectuales, la nueva generación surgida en el campo, tienen ya una cierta formación, por lo que es mucho más fácil enseñarles cuando vienen al laboratorio.
Esto corrobora lo que hemos aprendido por todas partes sobre el papel crucial jugado por la comuna, y por los grupos científicos de la brigada, en la preparación del conocimiento científico en las zonas rurales. Y también nos da una pequeña idea de la transformación forjada en el campo debido a la difusión de la educación que realizan las escuelas de bachillerato elemental.
En el último laboratorio que visitamos, en este Instituto, cuatro investigadores nos describieron sus experimentos en la esterilidad masculina y en la hibridación del sorgo y del maíz. Estos trabajadores de la investigación estaban entusiasmados por su colaboración con los campesinos, y veían clara la conexión entre los avances políticos nacionales y los progresos en su investigación. El trabajo que realizaban sobre la esterilidad masculina empezó en 1958, durante el Gran Salto Adelante. Se celebró durante la Revolución Cultural cuando hicieron más estrecha su colaboración con los campesinos, y en cuatro años fueron capaces de desarrollar más de diez nuevas líneas masculinas estériles y cuarenta variedades de cosecha, todas de sorgo. La esterilidad masculina es una condición genética mutante, en la cual las flores de este sexo son imperfectas y producen un polen no funcional. Cuando las plantas de una línea masculina estéril se cultivan en un terreno con una variedad que produce polen normalmente, todas las semillas de las plantas masculinas estériles serán el resultado de la fertilización de la variedad productora de polen. Esta semilla hibrida, o semilla resultante del cruce de dos variedades diferentes de padres, produce frecuentemente plantas que resultan ser más vigorosas y productivas que las de cualquiera de las variedades de los padres. Tales cruzamientos de plantas se dice que muestran "vigor hibrido", cuyo término técnico es "heterosis". La semilla hibrida tiene un gran potencial para el aumento de la producción. Todos los terrenos de maíz americano, por ejemplo, se cultivan a partir de semillas hibridas.
Nuestros anfitriones nos dijeron: "El movimiento de masas en el terreno científico está creciendo rápidamente para la promoción del desarrollo socialista de la agricultura. Junto con los campesinos y obreros y con otras instituciones científicas, nos encontramos con problemas que hay que resolver. Uno de estos problemas es el aborto de flores femeninas en las líneas de esterilidad masculina, que concluye con la ausencia absoluta de semillas. Después de estudiar los terrenos con la ayuda de los campesinos, los investigadores llegaron a la conclusión que las técnicas de cultivo, periodo de siembra, fertilización, abastecimiento de agua, luz y ventilación, afectan la tendencia al aborto de las flores femeninas. Modificando algunas de estas condiciones, eran capaces de resolver el problema. Durante la realización de este trabajo vieron, asimismo, que el grado de esterilidad masculina en las líneas masculinas estériles se modifica con las variedades y con los factores climáticos, siendo más elevado en el norte y en grandes altitudes.
Al final de nuestra visita al Instituto de Genética preguntamos a nuestros anfitriones sobre el futuro de la investigación allí. En nuestro recorrido por los laboratorios habíamos notado la llamativa ausencia de jóvenes investigadores; los científicos más jóvenes que vimos habían asistido a la Universidad en la primera mitad de los años 1960s. El desnivel de edades entendimos que refleja el impacto de la Revolución Cultural, y es debido a que durante varios años no han salido graduados de las Universidades. Algunos universitarios nos dijeron que las próximas promociones de graduados volverían tras sus estudios a la producción en la agricultura y en la industria. Los que nos acompañaban suponían que parte de los investigadores futuros vendrían directamente de un medio campesino, aunque también otro porcentaje se reclutaría entre graduados que llegarían directamente al Instituto, en vez de volver a la producción. Deducimos que todas estas cuestiones están siendo todavía activamente consideradas y debatidas.
En 1965 China anunció que los científicos del Instituto de Bioquímica de Shanghái habían tenido éxito en la síntesis de insulina biológicamente activa. La insulina es una proteína que contiene cincuenta y un aminoácidos. La tarea de componerlos dentro del material sintético fue una gran conquista científica que sorprendió al Oeste casi tanto como el Sputnik lo había hecho años antes. Desde aquella época a la actual había tenido lugar la Revolución Cultural, por lo que sentíamos gran curiosidad en ver cómo los cambios sociales afectaban al laboratorio que se dedicó a esta investigación tan importante. K'un Chiang-Fu, miembro dirigente del comité revolucionario del Instituto, nos hizo un resumen de algunos de los cambios:
Debido a la interferencia de la línea revisionista de Liu Shao-ch'i, antes de la Revolución Cultural había muchos aspectos perniciosos en nuestro trabajo de investigación. Durante la Revolución Cultural seguimos la dirección del presidente Mao y repudiamos la línea revisionista; línea que separa la teoría de la aplicación práctica, la del encumbramiento de los expertos, la que divide a los intelectuales separándoles del pueblo trabajador. En la actualidad nos adherimos estrechamente a la línea revolucionaria del presidente Mao, que consiste en que la ciencia debe servir al pueblo y a la política proletaria y que la investigación científica debe relacionarse con el trabajo productivo. Durante la Revolución Cultural nuestro Instituto formó un comité revolucionario que incluía a miembros viejos, de mediana edad y jóvenes... Nuestros investigadores fueron al campo y a las fábricas a reeducarse con los obreros y campesinos. Ahora, aparte de las cuestiones de análisis teórico, estudiamos también muchos problemas de aplicación práctica.
Esto suena como a la línea del Partido y en efecto lo es. Pero en China esto no es peyorativo, como lo sería en los Estados Unidos. Efectivamente, la introducción de K'ung aparentaba ser una declaración sucinta, y con palabras muy meditadas, sobre la situación en el Instituto a la vista de su más reciente historia. Nos recordó lo que nos dijeron otros intelectuales que encontramos en China a raíz de situaciones similares.
El Instituto de Bioquímica comparte un edificio con el Instituto de Fisiología. Fundado después de la Liberación como un Instituto no especializado, el personal se dividió en dos disciplinas científicas después de que comenzara el período del Gran Salto Adelante. Empezó a funcionar con 50 miembros y ha crecido hasta los 380. En la actualidad cuenta con cuatro divisiones principales: síntesis de proteínas, estructura y función de las enzimas, ácidos nucléicos y metabolismo. Como centro productivo, el Instituto incluye la Fábrica de Productos Bioquímicos Viento del Este, que tiene por finalidad suministrar los materiales necesarios para el trabajo de la síntesis de la insulina, y que también dispone en la actualidad de ramificaciones que se encargan del suministro de productos químicos a otras instituciones. El taller de máquinas del Instituto, además de la conservación, fabrica analizadores automáticos de aminoácidos (para la determinación de la estructura proteínica), evaporadores de vacío y colectores fraccionados.
La labor de síntesis de proteínas es el logro más famoso de este Instituto. Es interesante considerar la motivación subyacente para el impulso de un proyecto de este tipo, el cual a primera vista parece estar al margen de las prioridades de la investigación aplicada. Sólo se podría producir una pequeña cantidad de esta proteína, con lo que para usos médicos los recursos naturales seguirían siendo el suministro apropiado. Una de las justificaciones que adujeron era puramente política. Hu Shih-ch'uan, dirigente del laboratorio número uno de síntesis de proteínas, declaró:
Nuestro líder, F. Engels, dice que la proteína es una forma de vida. Sintetizándola a partir de productos químicos demostramos la justeza del materialismo y desacreditamos el idealismo, que sostiene que las sustancias biológicas pueden obtenerse solamente de la materia viva.
El camarada Hu, uno de nuestros anfitriones en Shanghái, había ido en 1972 a Estados Unidos formando parte de un grupo oficial de científicos. Hablando personalmente con él durante nuestra estancia en Shanghái, nos quedó claro que la base abstracta del proyecto, como él la describió, fue una de las razones más importantes para que se emprendiese el trabajo.
Por supuesto había también aspectos prácticos. El trabajo de síntesis es utilizable para la alteración de la estructura de la proteína, pudiendo de esta manera entenderse las relaciones de dicha estructura con la función hormonal. Por otra parte, las técnicas desarrolladas en la síntesis de la insulina se empleaban en la síntesis de productos químicos llamados péptidos, que son pequeñas moléculas del mismo tipo que las proteínas y apropiadas para sintetizarse en cantidades comerciales o experimentales. El laboratorio estaba fabricando ya oxitocina, una hormona péptida, en porciones de cien gramos. La oxitocina se produce en la glándula pituitaria, ayuda a regular la presión de la sangre y es utilizada en la investigación de la hipertensión. Puesto que las enfermedades relacionadas con la presión arterial elevada, particularmente la apoplejía, son una de las causas principales de mortandad en China, esta labor tenía una prioridad clara en cuestión de investigación sanitaria.
Un trabajador de este laboratorio, que estaba junto a un modelo de molécula de insulina, nos dijo que "después de la síntesis, la actividad cristalográfica de los rayos X se había completado en tres años. Esto mismo había sido estudiado en Occidente durante muchos años". Esta afirmación, una de las pocas que escuchamos que podría sugerirnos una cierta competencia entre los científicos chinos, fue seguida por excusas acerca de las limitadas comodidades del laboratorio. Había escasez de los instrumentos automáticos y de las piezas de equipo avanzado, que en Occidente serían considerados como imprescindibles para lograr algún progreso. K'ung explicó: "hemos alcanzado ciertos éxitos. Pero esto en comparación con las necesidades de nuestro pueblo resulta aún insuficiente. El equipo de investigaciones bioquímicas es más bien anticuado. Intentamos aprender las técnicas avanzadas de otros países, con el fin de conseguir unos niveles superiores en nuestras realizaciones".
Uno de los objetivos fundamentales del Instituto es hacer frente a las necesidades inmediatas, continuando a la vez con el trabajo de investigación básica. Un grupo de bioquímicos ha intentado esto con ácidos nucléicos como el DNA. Debido a su importancia genética, los ácidos nucléicos han sido centro de investigaciones intensivas en los laboratorios occidentales. Mientras que el conocimiento obtenido con estos estudios es clave en todos los sentidos, sus aplicaciones sociales, exceptuando para algunas áreas de la medicina, han sido escasas. Durante la Revolución Cultural los miembros del grupo encargado del ácido nucléico en el Instituto decidieron establecer una conexión más estrecha entre su actividad y la agricultura. Uno de ellos nos dijo:
El presidente Mao nos enseña a prevenirnos contra las plagas y el mal tiempo. La ciencia debe servir al pueblo, y con esta mira iniciamos el estudio para la aplicación de ácidos nucléicos a la agricultura. Los científicos van al campo a reeducarse con los campesinos pobres y medios de la capa inferior, y así pueden ayudar a elevar el conocimiento de las masas. A través de esta tarea los trabajadores científicos... respiran junto a las masas.
Los investigadores habían leído reportajes de literatura científica extranjera y china, relativos a mezclas con ácidos nucléicos que impulsan el desarrollo de ciertas cosechas. Después de discutir en el grupo y de consultar con los miembros dirigentes del Instituto, decidieron emprender el trabajo en esta actividad. Como resultado han demostrado que rociando los campos de arroz con un hidrolizante rico en nucleótidos se aumentan copiosamente las cosechas.
El grupo del ácido nucléico dirige sus experimentos con miembros de una comuna en un suburbio de Shanghái. Contribuyen a las labores de la comuna y un miembro del grupo ha vivido en ella desde 1970. Los campesinos de la comuna devuelven con frecuencia estas visitas y vienen al Instituto a preguntar diversas cuestiones y a discutir problemas que surgen. El grupo practica asimismo "la cooperación socialista entre las unidades" trabajando concertados con los Institutos locales de investigación agrícola.
En un Instituto o Universidad americanos sería inconcebible el llegar a pensar que los bioquímicos que estudian el ácido nucléico permitieran que los profanos se mezclaran con ellos en la búsqueda de soluciones a problemas del tipo de los analizados por este grupo de científicos chinos. Son demasiado fuertes los prejuicios que tienen los bioquímicos de nuestro país contra el trabajo de preparaciones químicas simples que se encuentren fuera del contexto del sofisticado equipo de su laboratorio. Si un científico a nivel individual quisiera emprender un proyecto semejante, se tendría que enfrentar con la desaprobación de sus colegas en base a que tal labor resultaría irrelevante, profesionalmente, para impulsar la investigación sobre los ácidos nucléicos. En cambio, en China esta aplicación del trabajo de investigación se considera ejemplar.
La publicación de documentos científicos es el "producto" principal de la investigación básica, pues de esta forma el conocimiento obtenido puede difundirse ampliamente. Muchos periódicos científicos chinos están ahora resumiendo las publicaciones, después de un lapsus de varios años durante la Revolución Cultural. Nuestros anfitriones nos contaron que a lo largo de este tiempo el intercambio de conocimientos científicos se mantuvo a nivel de contactos personales, comunicaciones escritas cortas, informes transmitidos verbalmente y reuniones. Por ejemplo, durante la Revolución Cultural una conferencia nacional de científicos chinos discutió acerca de los resultados obtenidos en el trabajo acerca de la estructura de cristalización de la insulina. Durante nuestra visita se publicaba en la prensa un reportaje sobre estudios recientes en la estructura de la insulina, que pensaban también editar en Scientia Sinica. Otros de los estudios verán la luz en publicaciones chinas que se distribuyen internacionalmente en lugar de hacerlo en periódicas extranjeros.
Se debatía con gran interés en los círculos científicos la forma que sé debería dar a las publicaciones habituales. Por ejemplo, es una materia controvertida la cuestión de si los artículos deben firmarse por individuos o grupos. Un descubrimiento es siempre el resultado de un equipo de trabajo no solamente dentro del laboratorio que investiga, sino también de un número más amplio de personas: los que apoyan a los científicos, ayudan su subsistencia y manufacturan su equipo. La opinión general en China es que "la ciencia es el resumen de la experiencia del pueblo trabajador". De todas formas existen personas, a veces con un talento extraordinario, que dan el último paso en la materialización del descubrimiento y que deben ser conocidas. En Occidente la paternidad individual está íntimamente enlazada con el status y la gloria, algo que los chinos criticaron severamente durante la Revolución Cultural.
Son de interés las razones aducidas para que algunos artículos se publiquen por autores individuales, mientras que el resto lo hagan con el nombre de la unidad o grupo. Cuando nos encontramos con P'u Chih-lung, uno de los científicos más viejos de la Universidad de Chungshan, en Cantón, nos explicó que aunque existía un cierto temor de que esta práctica podría "inducir una tendencia hacia el individualismo", el citar sus nombres era importante a la hora de asignar responsabilidades en un proyecto específico de investigación. Mientras que un grupo de gente contribuye directa o indirectamente a materializar todos los logros de la investigación, sólo un pequeño número de individuos asumen la responsabilidad de la ejecución y la exactitud en determinados aspectos del trabajo.
El debate continuo sobre soluciones políticas —y todas las soluciones se juzgan como políticas— es algo que está constantemente presente como uno de los efectos de la Revolución Cultural. Los científicos nos dijeron que un equipo de propaganda obrero había llegado al Instituto durante aquel período y había cimentado los cambios básicos para que la institución se comprometiese con las masas. Un equipo obrero de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung (nombre con el que se conoce a los equipos de trabajo del Partido) es un instrumento para la corrección de los errores políticos en la sociedad china. Cuando una fábrica, una Universidad o cualquier otra institución tiene dificultades, el Partido Comunista envía uno de estos equipos a investigar, ofrecer sugerencias, dirigir discusiones y supervisar cambios. Antes de la Revolución Cultural parece que el Instituto llegó a funcionar más como pudiera hacerlo un laboratorio de investigación occidental o soviético. Pero este estilo no se ha considerado apropiado para la Nueva China, y fue el equipo de propaganda el que ayudó a resolver las alternativas políticas. Los investigadores comentaron que los obreros les habían "educado por medio de su ejemplo proletario" y contándoles las circunstancias de la vieja sociedad. Las reuniones que celebraron con ellos incluían sesiones de crítica y autocrítica; se realizaron en grupos pequeños y con todo el Instituto en conjunto. Algunos miembros del equipo de propaganda están aún aquí; realizan trabajos administrativos y participan en grupos de estudio político. Uno de los investigadores nos hizo una síntesis del resultado de su labor:
Antes de la Revolución Cultural había tres divorcios: entre política, práctica y pueblo trabajador. A través de la educación de los obreros en teoría política cambiamos esta tendencia. Ahora salimos de los laboratorios y nos dirigimos a las masas.
El Instituto de Fisiología está compuesto por 280 miembros y tiene cinco laboratorios: Fisiología del nervio y del músculo, Fisiología de los órganos de los sentidos (vista y oído), Fisiología de la tensión con oxígeno escaso (relacionada con la adaptación del organismo a grandes altitudes), Fisiología de la reproducción y Fisiología del cerebro (que actualmente se dedica ampliamente al estudio del mecanismo de la acupuntura). Además el Instituto incluye una fábrica con el fin de manufacturar equipo electrónico para el estudio de la electrofisiología. Dos miembros de nuestro grupo tuvieron una entrevista especial sobre investigación acupuntural con el profesor Chang Hsiang-t'ung, en una pequeña habitación fuera de su laboratorio, donde anteriormente nos había hecho una sencilla demostración experimental de acupuntura con un conejo. El conejo había sido colocado en una lona que colgaba y se le aplicaba un estímulo calorífico en el hocico. Con un cronómetro el profesor Chang controló el tiempo de su primera reacción, momento en el que el estímulo se hizo doloroso. Se le insertó en una pata trasera una aguja de acupuntura analgésica para eliminar el dolor, y pasado un corto espacio de tiempo se le aplicó de nuevo el estímulo calorífico. La respuesta al dolor se retrasó considerablemente, aunque la aguja se había introducido durante muy poco tiempo. Después de sacársela y tras un espacio de tiempo, la respuesta al dolor volvió a ser la misma que antes de la inserción.
En aquel momento el laboratorio había comenzado una serie de experimentos de registro de células nerviosas simples, para analizar las interacciones de las señales nerviosas, en las distintas partes del cerebro, durante el proceso analgésico. Una parte del cerebro medio, conocido como hipotálamo, es el foco principal de la investigación habitual. El registro de células simples es una técnica electrónica bastante sofisticada, que estaba muy lejos del alcance de los laboratorios chinos hasta épocas muy recientes. Con ella, los científicos esperan que la investigación de la analgesia acupuntural progrese con rapidez, detallando los mecanismos del sistema nervioso subyacentes en el efecto. La discusión que viene a continuación con el profesor Chang, que se llevó enteramente en inglés, ofrece alguna luz, no sólo sobre las técnicas, sino también sobre el marco total en que se realiza la investigación. El profesor empezó diciendo: Tenemos muy poca experiencia acerca de la investigación acupuntural debido a que somos neurofisiólogos puros. Antes de la Revolución Cultural estábamos completamente divorciados de los problemas prácticos. Desde la aplicación de la acupuntura a las operaciones quirúrgicas en 1958 ó 1959, permanecíamos, como tantos otros, completamente inseguros sobre esta técnica. Pero el ejemplo de muchos, de muchísimos casos clínicos, probaba que funcionaba realmente. Aunque el efecto no era siempre el mismo cada vez se repetían más los casos en que se lograba un éxito completo. Muchos de ellos eran extraordinariamente convincentes. Nos resultaba sorprendente que un simple pinchazo pudiera tener tal efecto, estando aún en las primeras etapas de la técnica. Debía existir en ello alguna base neurofisiológica. Pensamos que nos encontrábamos ante un desafío real a los neurofisiólogos y que era preciso explicarlo. Todas estas razones nos empujaron a trabajar en el tema en 1965 y 1966. Bastante gente de nuestro grupo de investigación fue al hospital para conseguir experiencias de primera mano. Participamos en la parte anestésica de la operación, aprendimos acupuntura, practicamos la técnica y después de nuestra experiencia directa volvimos al laboratorio para realizar algunos experimentos con animales. También hicimos algunos con personas normales y con pacientes. Pensamos que el efecto podría probarse con animales, pues hay muchas cosas que no pueden practicarse con personas, especialmente en lo referente al análisis del sistema nervioso. Habrá que establecer hipótesis en base a la transferencia sobre los seres humanos de los fenómenos que se dan en los animales, y así se podrá profundizar en el análisis.
Desde 1966 hasta hoy, hemos intentado distintos caminos para desarrollar nuestras teorías. Han sido propuestas muchas posibilidades: es de destacar la teoría neural que interpreta la acupuntura desde el punto de vista de la neurofisiología. Otros creen en la existencia de algunas implicaciones químicas; con lo que el efecto se podría transmitir por factores humorales. No podemos decir, ni siquiera ahora, que sea puramente neural o humoral. No tenemos la suficiente evidencia para probar nuestra postura y no admitir otras posibilidades. Aunque estamos dedicados al sistema nervioso, y creemos que el mecanismo es principalmente neural, el proceso es muy complejo. El organismo responde a los procedimientos de acupuntura de muchas formas, moviliza todo lo que puede ser sensibilizado para enfrentarse a la situación. Existen impulsos aferentes o sensoriales que entran a raudales en el sistema nervioso central donde se interrelacionan entre sí y producen distintas clases de efectos. Por otra parte las distintas glándulas internas reaccionan ante este procedimiento, pensamos que lo hacen con la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) u hormonas pituitarias, con los cambios en la presión arterial y el azúcar de la sangre y con otros procesos diversos. Creemos que debemos dejar estos problemas para que los resuelvan otros que no sean neurofisiólogos.
Entrevistador: ¿Han usado la analgesia acupuntural en odontología?
Respuesta: Sí, creo que su uso está generalizado. Permítanme que les resuma lo expuesto: En primer lugar, cualquier tipo de input sensorial puede tener algún efecto analgésico, pero la acupuntura es el más efectivo; segundo, la acupuntura de cualquier parte del cuerpo puede producir algún efecto analgésico, pero algunos puntos específicos son más eficaces. Se puede uno preguntar qué puntos son éstos. Según nuestros análisis experimentales, creemos que los más efectivos son los puntos conectados por nervios que parten de los mismos segmentos espirales que a su vez enervan el foco del dolor. Cuanto más se distancie le segmentación el efecto será menor. Pienso que esto es de importancia práctica porque en aplicación clínica se deben elegir los puntos mejores para cada operación. Por ejemplo, para practicar una tiroidectomía es necesario escoger el punto. Entre los muchos sitios que se pueden utilizar hay que seleccionar el más efectivo. Para esto, lo mejor será un lugar inervado por el mismo segmento que el área tiroidea, según el principio de segmentación espinal.
Entrevistador: ¿Siempre están localizados en músculos los puntos para clavar las agujas?
Respuesta: La mayor parte están en zonas intramusculares, algunos en la piel o fascia, pero éstos resultan menos eficaces. En el oído los puntos están próximos al pabellón, cubierta externa de aquél. Esta es otra rama de la acupuntura. La gente piensa que la acupuntura de los puntos del oído puede aplicarse a distintos tipos de operaciones, tales como las de órganos internos, ¿comprenden? Creo que el oído es el único órgano periférico del cuerpo que está enervado por el nervio vago, el cual a su vez enerva, como saben, a la mayoría de los órganos internos. La enervación del oído a través del meato externo, parte interior del oído externo, es complicadísima. Es enervado por el nervio vago, el glosofaríngeo, el cervical, etc. Así si los impulsos del lugar de la acupuntura penetran en el núcleo vago, en el sistema nervioso central, tienen la oportunidad de una interacción con los impulsos provenientes de órganos internos, según el principio segmental. Allí, los impulsos actúan entre sí para la inhibición del dolor. Por esto la acupuntura del oído es efectiva en la cirugía de órganos internos.
Aquí se terminó el tiempo de una discusión, que por ser tan fascinante, no hubiésemos querido acabar. Como investigadores científicos, el sentimiento que nos embargó en este laboratorio, donde la investigación se dirigía de forma directa a la ayuda concreta del pueblo, fue de aliento y admiración.
El profesor Chang había aprendido inglés durante su estancia de varios años en los Estados Unidos y compartía nuestras ideas sobre el mal uso de la ciencia. Cuando volvimos a los Estados Unidos, empezaban a funcionar clínicas de acupuntura abiertas por médicos. Para nosotros, la acupuntura en China es una verdadera ciencia popular, accesible a todo el mundo por un precio ínfimo o gratis y que alivia sufrimientos indecibles. Muy pocas personas pueden en cambio acudir en los Estados Unidos a estas primeras clínicas, debido a los elevados honorarios, pero esperamos que la acupuntura llegue a ser ampliamente aceptada. En Shanghái, varios miembros de nuestro equipo recibieron una lección detallada, a cargo de un médico, de la técnica de la acupuntura, y llegaron a convencerse de que enfermos, ayudantes y paramédicos podrían aprenderla fácilmente y asistir a un gran número de personas. No dudamos que una investigación sugestiva y útil, sobre los diferentes efectos, se desarrollará en este país y promoverá la amistad entre los trabajadores de la investigación chinos y americanos.
El recorrido por los laboratorios del Instituto de Zoología nos resultó muy divertido. La mayor parte del trabajo científico es difícil de entender si no se conoce el terreno concreto que abarca, y cualquier observador encuentra problemas para inventar alguna sugerencia o preguntar sobre cuestiones que no estén fuera de lugar. Aquí el trabajo era de fácil comprensión y estaba claramente relacionado con cuestiones importantes.
Los trabajadores de citología habían formado parte anteriormente de un laboratorio mayor, que estaba dedicado a la endocrinología (estudio de las hormonas). Una parte del trabajo de endocrinología que vimos consistió en preparar a un gato para un experimento con el mecanismo de la anestesia acupuntural. Dos mujeres experimentaban con el gato, que estaba amarrado a un tablero con un tubo respiratorio introducido en la garganta. Se le había administrado anestesia local y se le relajó un músculo para causarle parálisis; le estaban dejando a la vista un nervio de la pierna para su estimulación electrónica. El efecto de la acupuntura, y de otros tratamientos, en el umbral del dolor, podía ser estudiado siguiendo los cambios de la presión arterial, así como la actividad eléctrica en dos regiones cerebrales: la corteza y el hipotálamo. Los resultados de los efectos de la acupuntura sobre este umbral se usarían para ayudar a explicar el mecanismo acupuntural y desarrollar un gráfico de centros acupunturales en el gato.
Actualmente hay en China tres líneas principales en la explicación del mecanismo de la acupuntura. Aparte de la teoría tradicional del canal, está la neurofisiológica, expuesta por el profesor Chang en Shanghái, y la hormonal que era la que estaba comprobando el experimento. La investigación acupuntural del Instituto se hace en conexión con el Hospital de la Amistad, también en Pekín, que constituye un gran complejo cuyo personal se dedica a la investigación.
Otro laboratorio de la división de endocrinología investigaba la fertilidad y la esterilidad. El experimento estudiaba el efecto de las gonadotropinas, un tipo de hormonas segregado por la glándula pituitaria, y las prostaglandinas, hormonas descubiertas recientemente. Estas tienen influencia en la conservación del corpus luteum (cuerpo lúteo), estructura endocrina necesaria para la continuación del embarazo. Se estaban realizando, en estos experimentos, preparados elementales de las citadas hormonas, extraídos de las ovejas. Otro laboratorio hacía trabajos semejantes, estudiando los cambios químicos y microscópicos en organismos diminutos de las células (estructuras dentro de ellas) bajo la influencia de estas hormonas. Para esta labor utilizaban el microscopio electrónico del Instituto. La principal aplicación de este trabajo es aumentar la fertilidad del ganado, manipulando las hormonas y protegiendo con ello el embarazo. Los investigadores realizan el trabajo material dentro de la comuna.
Durante la Revolución Cultural la mayoría del Instituto siguió funcionando, según nos dijeron los investigadores, aunque unos pocos laboratorios se cerraron durante cierto tiempo. Algunos científicos fueron a trabajar al campo, pero como ellos decían "muchos de nosotros ya permanecíamos en el campo una parte importante del tiempo, por lo que esto no significó ningún cambio importante". Más de 150 miembros del Instituto, cerca de un tercio del personal, habían ido a la Escuela de Cuadros Siete de Mayo. Cuando preguntamos quiénes eran cuadros, todo el grupo se echó a reír. Una camarada, que hablaba inglés, y que nos había sido de gran ayuda durante nuestra visita, tomó el brazo de uno de los hombres que había permanecido callado todo el tiempo, le dio un pequeño apretón de manos y dijo "él es nuestro cuadro". El humor reinante nos reflejaba que el título y la distinción entre cuadro y obrero es, al menos en este caso, algo sin gran importancia.
En el Instituto hay unos 500 miembros, de los cuales tres cuartas partes son investigadores. En cinco de los diez laboratorios, la mayor parte del trabajo se refiere a insectos y su control. Además de los laboratorios de endocrinología y citología, ya descritos, los hay de fisiología y toxicología de insectos, de ecología de insectos y mamíferos y de taxonomía, o clasificación de animales. Un laboratorio de tecnología moderna se dedica a la conservación de grandes equipos de investigación. Una investigadora del laboratorio de taxonomía nos explicó algo sobre la historia del control de insectos:
Antes de la Liberación teníamos una ciencia insuficiente y un escaso conocimiento de los insectos. En aquellos días, las langostas eran un problema grave. Sus enjambres obscurecían el cielo y arruinaban las cosechas. Después de la Liberación nos concentramos sobre este problema. Los científicos fueron enviados a estudiar la cuestión y descubrieron que las langostas dejaban sus huevos en zonas pantanosas. Propusieron represar las aguas para que subiesen y así inundar estas zonas, con lo que las langostas no tendrían dónde depositar sus huevos.
Estuvimos viendo muchos de los insectos más importantes, expuestos en cajas de cristal, tales como bellas mariposas, así como especies usadas en la medicina tradicional en el noroeste de China. Algunos de los especímenes habían sido capturados por los investigadores cuando estaban en el campo, otros por técnicos de las comunas. A estos técnicos agrícolas los mantienen, generalmente, las mismas comunas y llevan el control de los insectos nocivos como uno de sus deberes principales. Los investigadores científicos trabajan con ellos cuando van a las comunas, y otras veces los técnicos vienen al Instituto para hacer prácticas y mantener discusiones.
Como en los Estados Unidos recientemente —y con retraso—, el programa chino de control se propone el estudio de hormonas de insectos, especialmente de hormonas juveniles y feromonas sexuales. Estos métodos son sustitutivos potenciales del uso de los insecticidas químicos. Los laboratorios estaban equipados para aislar los productos químicos y los insectos en diferentes cristaleras, columnas cromatográficas, aparatos de extracción y así sucesivamente. Los bancos estaban cubiertos con tazones y frascos de disolventes lo que indicaba que estaban funcionando activamente.
Estos métodos de control tratan de obtener ventajas de la química natural del insecto. La hormona juvenil es un producto químico usado por éstos para controlar su propio crecimiento. Los insectos pasan a través de varias etapas, antes de llegar a la forma adulta. El ejemplo más conocido es el de la oruga que se convierte en mariposa. La hormona juvenil se secreta para prevenir que la transformación tenga lugar antes del tiempo adecuado; con aplicaciones extraordinarias se podrá hacer que la secreción se realice bastante tarde, o que no llegue a ocurrir, produciendo la muerte del insecto. Esta hormona tiene la ventaja de ser claramente específica, por lo que su aplicación, en este caso, serviría para matar únicamente el insecto nocivo y no los demás.
Hasta ahora se han realizado experimentos sobre el escarabajo de la harina y se dispone de una relación de los efectos de la metamorfosis de este insecto. Se desarrolla un trabajo similar con la langosta. Hasta ahora no se han desarrollado aplicaciones al control de insectos, aunque actualmente está siendo utilizada una preparación, no muy refinada, en la producción de seda.
La hormona juvenil retrasa la metamorfosis del gusano de seda en un día, esto hace que los capullos sean más largos y se incremente la producción de seda.
Las feromonas son productos químicos que los insectos sueltan en su entorno para comunicarse con los demás. Entre estos productos los más poderosos son los seductores del sexo. El objetivo de la investigación es aislar dichos seductores, de insectos nocivos, sintetizarlos químicamente después y entonces usarlos como cebo en trampas.
Otra línea de actuación sobre insectos nocivos es la investigación de sus enfermedades. Esta es una técnica comúnmente empleada hoy en China. Consiste en el cultivo de bacterias productoras de la enfermedad, que se secan y posteriormente se avientan sobre los terrenos —como insecticidas—. Los insectos se infectan y mueren. También aquí hay un límite para el tipo de insectos que se llegan a afectar: sólo se matan las especies objetivo y alguna más. El Instituto estaba estudiando un perfeccionamiento del proceso, consistente en aislar la oxitocina segregada por la bacteria Bacillus thuringiensis. Este veneno es el agente que produce actualmente la muerte a los insectos; su aislamiento y utilización podría hacer más eficiente la técnica. Teniendo en cuenta que este trabajo es difícil de hacer con las posibilidades limitadas de las comunas, se está realizando en los laboratorios mejor equipados del Instituto. La investigación sobre enfermedades virales en insectos está también avanzada.
Estos tres caminos para atacar a los insectos obtienen ventajas del conocimiento de las características específicas de las especies-objetivo, tales como sus hábitos vitales, reacciones químicas y susceptibilidad a la enfermedad. La aplicación de estos métodos a la agricultura tiene un sentido ecológico. Una de las desventajas de los insecticidas químicos es que matan un amplio espectro de insectos; se eliminan, frecuentemente, insectos predadores que pueden controlar a los nocivos, por lo que se hace necesario que la pulverización se repita. Los chinos trabajan en este problema, y creen haber encontrado el camino para unir las producciones alimenticias altas con las buenas prácticas ecológicas. Los métodos de control que estudian, tienen la ventaja de desarrollarse y poderse usarse a nivel local; los campesinos pueden, por supuesto, cultivar su propio insecticida bacteriológico.
Actualmente estos métodos controlan sólo una parte de las plagas, por eso, durante un tiempo no definido, los chinos seguirán esforzándose en el desarrollo de insecticidas químicos que sean, por un lado, más potentes contra los insectos y, por otro, menos tóxicos contra las personas y animales.
Nuestros anfitriones nos dijeron que la cooperación entre el Instituto y los campesinos se remonta a sus primeras actividades. En la época de la Liberación, el problema de las plagas era muy serio, y se agudizaba por la casi inexistente base técnica en el campo. El trabajo del Instituto se realizaba principalmente sobre el terreno, dirigiendo a los agricultores y prediciendo los cambios en la población de insectos para evitar que infestasen sus cosechas. La actividad de todos los laboratorios apuntaba al control de plagas específicas, como las de saltamontes, o las que contagian áreas determinadas de producción —algodón, arroz, ganado y bosques—. Durante este primer período existía un gran abismo entre los intelectuales y los campesinos, aunque ambos comprendiesen la importancia de un trabajo en común para mejorar la producción. Más tarde, un grupo de campesinos encontró que el DDVP, un insecticida organofosforado, podía usarse para controlar áfidos del algodón. Durante la Revolución Cultural, un grupo de científicos llevaron al campo algunas cantidades de DDVP, para controlar el medio ambiente en ciertas zonas. Durante esa época, el tiempo era seco y había un número excesivo de áfidos de algodón. Aquel año, los insecticidas usados para controlar áfidos habían fracasado. Un día los agricultores tomaron el material de los investigadores y lo diseminaron por los campos, obteniendo buenos resultados. Aunque el DDVP no se emplea para fines agrícolas, debido a un pequeño efecto residual, y a que es destruido pronto por las reacciones químicas del suelo, es suficientemente efectivo en este caso como para apreciar su utilización. El DDVP, un éster fosfato, es diferente en su estructura química del paratión y el sistox, que son fosforotionatos. Esta diferencia química era la responsable de la resistencia que ofrecían a los compuestos empleados comúnmente, lo que sugirió líneas de investigación del mecanismo de acción-reacción. Aunque los investigadores no estaban en esta época completamente "integrados con las masas", su trabajo se beneficiaba de la cooperación campesina.
La Revolución Cultural varió el método de aproximación de los científicos al campo. Actualmente viven y trabajan con los campesinos, lo que ayuda, como reconocen, a producir un entendimiento mayor de su investigación. El desarrollo de una base técnica en el campo, es otra razón importante para el entendimiento creciente. Cada brigada de producción tiene un grupo técnico y la mayoría de las comunas poseen equipos especiales para el control químico de insectos. Los componentes de estos grupos son de la localidad: pueden ser graduados en escuelas medias, donde se enseña agricultura de su región, o bien campesinos de mayor edad y con gran experiencia. Los campesinos de los grupos de control químico más jóvenes probablemente tienen más conocimiento en química y matemáticas que los agricultores mayores. Cuando los miembros del Instituto van a las comunas dirigen clases en la escuela media o en la comuna en su conjunto. Como resultado de esta estrecha cooperación en el campo, el trabajo en el Instituto es de una comprobación más rápida y eficaz. Un compuesto nuevo que fabricaron, llamado foxim, fue ensayado en distintos insectos, en condiciones diferentes, gracias a la cooperación de muchas comunas y organizaciones.
La seguridad de los pesticidas químicos, que es ahora materia debatida en Estados Unidos, tiene un gran interés también para los chinos, aunque su agricultura tenga menos desarrollado su uso. Les parece insatisfactorio el empleo exclusivo de productos químicos como único medio de control de plagas. Al principio trataron todos los medios para controlar plagas, no solamente los químicos, y pudieron darse cuenta de que algunas especies sólo podían ser atacadas químicamente. A medida que se desarrollaban sus recursos y capacidad empezaron a estudiar tecnología moderna sobre control de plagas, particularmente control microbiológico y parasitario. Su principal enfoque ahora se dirige a enfrentarse con las necesidades de las diferentes regiones del país.
Ampliamos lo aprendido sobre el control integrado de insectos cuando visitamos la División de Entomología de la Universidad de Chungshan. Durante nuestras reuniones fuimos ayudados especialmente por dos amables científicos, Lili-ying y P'u Chih-lung. Lili-ying, mujer delgada, simpática, de unos cuarenta años, tenía el cabello corto y liso y usaba gafas. Es investigadora en el Instituto de Entomología de Cantón y trabaja en los aspectos fisiológicos del control de plagas de insectos. Estudió durante un tiempo en la Unión Soviética, cosa típica en la generación de científicos chinos que fueron a Rusia o a Europa Oriental en los años 50s (del siglo XX) para su ampliación de estudios. Era excelente su conocimiento de las palabras técnicas inglesas relacionadas con los insectos.
P'u Chih-lung representa una generación mayor, pero también importante, de científicos chinos. Estudió entomología de 1946 a 1949 en la Universidad de Minnesota y volvió a China en 1949, el año de la Liberación. Antes de 1949 no había una formación significativa para graduados en China. Muchos científicos chinos estudiaban en el extranjero, en los Estados Unidos, Europa Occidental o Japón. Una proporción importante de los que se habían educado en el exterior escogieron volver a permanecer en China después de la Revolución y han jugado un papel crucial en el desarrollo de la ciencia china en las dos últimas décadas.
P'u es pequeño y fornido, de unos cincuenta años, y profesor de Entomología. Es un hombre afable, que habla bien inglés (sin duda debido a su estancia en Estados Unidos) y obviamente mantiene contactos en lengua inglesa sobre su especialidad. Además puede leer alemán, francés y ruso. Como era de esperar, estudió ruso en los años 50s, cuando la influencia de la Unión Soviética en la ciencia era muy fuerte. La mujer de P'u y el marido de L'i son también entomólogos. La mujer de P'u trabaja en su mismo laboratorio y frecuentemente colabora en el control de plagas. Durante una de nuestras conversaciones con estos dos científicos, Li dividió el programa de control de plagas en China bajo cinco categorías diferentes.
1. Control químico. Cuando las plagas tienen una gran dimensión, situación que se da con frecuencia, el agricultor debe defenderse con pesticidas basados en productos químicos orgánicos o inorgánicos. Este método tiene varios defectos: principalmente que los productos químicos pueden dañar a las personas, animales o incluso a las cosechas que se quiere proteger.
2. Control biológico. Este método tiene precedentes antiguos en China. Utiliza los insectos beneficiosos para matar a los dañinos. Se ha desarrollado intensivamente porque los insectos usados para el control biológico no plantean ninguna amenaza a personas, animales o al medio ambiente. Pero este tipo de control también tiene defectos. La producción de insectos beneficiosos en las cantidades precisas necesita mucho tiempo, por ello el método no puede actuar contra una plaga de grandes dimensiones que aparezca súbitamente. Por otra parte, ciertas especies de insectos beneficiosos son extraordinariamente selectivas en su dieta y sólo atacarán una o unas pocas especies muy afines de insectos dañinos. Debido a esto, una plaga con grandes cantidades de insectos de distintas especies requerirá a su vez distintas cantidades de especies controladoras, lo cual precisa un largo período de preparación.
3. Control agrícola. Muchos insectos dañinos pueden ser controlados con variedades de cosechas selectivas que son genéticamente resistentes a las plagas, o por la manipulación del sistema de cultivo (período de plantación, de arado, quema de tallos viejos, etc.), para dificultar el desarrollo de la plaga. Desde hace ya bastante tiempo se venía enfatizando en que los campesinos aprendieran bien este tipo de métodos. Por ello tenían un profundo conocimiento de los hábitos de los insectos en los campos y lo usaban para desarrollar procedimientos apropiados de control.
4. Control artificial (hecho por el hombre). Esto incluye los métodos simples, pero efectivos, de enviar a personas a aplastar insectos o a destruir sus huevos a mano. Esto se aplicó en la comuna Hsikou contra una oruga grande (una larva de la polilla) que amenazaba las plantaciones de pinos. Se utilizan también técnicas más perfeccionadas, como la de trampas luminosas empleadas en Hsikou. Estas trampas, según nos dijo Li, se han popularizado ampliamente en China.
5. Control integrado (combinado o comprensivo). Los chinos tratan de combinar distintos métodos para controlar todas las grandes plagas en una cosecha o en una zona, escogiendo los sistemas apropiados a cada plaga. Li recordó el caso de las plagas del azúcar de caña. El control biológico, utilizando una minúscula avispa parasitaria, Trichogramma evanescens, había tenido un gran éxito contra la taladradora de caña, una larva de la polilla. Los pesticidas deben utilizarse aún en los terrenos de caña de azúcar, debido a que sufren muchas plagas de insectos, para las cuales no hay todavía métodos biológicos. Pero como los pesticidas matan las avispas, los dos métodos encuentran una clara incompatibilidad. En cualquier caso, los métodos usados dependen de las condiciones del terreno concreto.
P'u Chih-lung planteó la relación entre las necesidades sociales y productivas de China y el desarrollo de los métodos de control biológico. Esta idea no es nueva. En algunas zonas del sur de China, el uso de hormigas para controlar la plaga de insectos en huertos de mandarinas se remonta, en el pasado, a unos mil seiscientos años. Esta práctica está aún vigente, aunque según P'u parece estar desapareciendo:
Hace varios años en un distrito cercano a Cantón, vi que en un lugar empleaban este tipo de hormigas para controlar algunas especies de insectos en los huertos. Pero hace unos pocos años, que no practican apenas un control de este tipo. Aducen para ello dos razones. Una es que también utilizan el de tipo químico y éste mata a las hormigas. Y en segundo lugar, las hormigas pueden transmitir una enfermedad a los limoneros. Gradualmente, el número de huertos donde se practica este método se ha ido haciendo muy escaso. Este era un sistema antiquísimo; de tal manera que puede haber sido, quizá, la forma de control biológico usada por primera vez en China.
Nos dijeron en el Instituto de Zoología, que la Revolución Cultural estimuló a los científicos chinos a dedicar grandes esfuerzos en el control biológico e integral. Este Instituto está especializado en el desarrollo y comprobación de pesticidas químicos nuevos, pero cuando los científicos van con los campesinos a las tierras, tratan de controlar las plagas por todos los medios, menos por los químicos. Los esfuerzos intensos para evitar el uso de productos químicos están basados, especialmente, en prevenir de los peligros a zonas muy populosas. Por ejemplo, durante la estación del trigo, las avispas parasitarias se utilizan en las zonas suburbanas de los alrededores de Pekín, para acortar el período de tiempo de empleo de productos químicos y disminuir sus peligros.
El gobierno piensa que se hace un uso demasiado grande de pesticidas y se interesa profundamente en el problema de los residuos en los suelos y en los tejidos animales, incluso mucho tiempo después de su utilización contra la plaga.
[P'u Chih-lung, científico entomólogo] Dijo que en el período actual mientras que los pesticidas químicos sean necesarios, los investigadores deberán desarrollar aquellos que sean menos tóxicos para las personas y más eficaces en los insectos. Criticó en la industria china la imitación excesiva de productos de países extranjeros, cuando deberían esforzarse más en sintetizar compuestos originales.
La propia investigación de P'u había estado dirigida al uso de las avispas parasitarias para el control de plagas. Estos diminutos insectos dejan sus huevos dentro de los de una especie huésped; las larvas de esta avispa anidan dentro de los huevos del huésped y devoran su larva en desarrollo. Generalmente, una especie determinada de avispa parasitaria atacará sólo a un cierto tipo de huésped. Un sistema de control que utilice estas avispas necesitará: por un lado, encontrar la especie adecuada para la plaga que se quiere estudiar, y por otro, desarrollar métodos para elevar en grandes cantidades dichos insectos.
P'u cree que el control biológico ha tenido más éxito en el sur de China (Kwangtung, Kwangsi, Fukien) que en el norte, probablemente debido a que el clima más caluroso supone que se puedan producir parásitos durante todo el año. En los Estados Unidos, donde la investigación sobre el control biológico no está desarrollada y resulta insuficiente comparada con la de los pesticidas químicos comercializados, los escasos empeños en este tipo de control se han limitado, hasta ahora, principalmente a California y a los Estados del Golfo, zonas que tienen el mismo clima, suave durante todo el año, que el sur de China (incluida la estación de cultivo).
Aparte de los métodos mencionados, Fu se refirió a algunas otras áreas de investigación sobre control biológico. Ciertas comunas utilizan patos para que se alimenten de plagas de insectos durante las cosechas; este método, aunque primitivo, es frecuentemente efectivo. Otras comunas han desarrollado el uso de una bacteria infecciosa, Bacillus thuringiensis contra las plagas de orugas en el arroz, té, algodón, varias verduras y bosques. Puntualizó que en contraste con las prácticas de control microbiológico de otras sociedades, la gente en las comunas chinas produce, por sí misma, las bacterias. Algunas comunas las cultivan en un medium simple, líquido de fabricación casera, compuesto de pescado, carne y judías, y derraman la mezcla, directamente, sobre los campos. Otras comunas construyen fábricas pequeñas para la producción de bacterias. Utilizando riegos bacteriales, los equipos de producción han sido capaces de rebajar el empleo de pesticidas químicos en un 75 u 80%, sin ninguna pérdida en las producciones. En la provincia de Schantung ha comenzado el trabajo de separar microorganismos que puedan ser utilizados para controlar hierbas dañinas.
Como ya era tarde, nuestra conversación con P'u Chih-lung se dedicó a la estructura normal de la ciencia en China y a las reformas que trajo la Revolución Cultural. Empezamos preguntando 'a P'u sobre la experiencia personal de su marcha al campo a lo largo del tiempo. El procede de una familia urbana, y nos contó que cuando, con otros científicos, fue por vez primera al medio rural, no tenía ninguna familiaridad con estas condiciones de vida. Esto ocurría a principios de los 50s, época en que el campo estaba aún bastante empobrecido. Desde entonces, los niveles de vida han crecido considerablemente, y muchas aldeas en la provincia de Kwangtung, sobre todo las próximas a Cantón, gozan actualmente de unas condiciones de vida muy semejantes a las de la ciudad.
Puso de relieve el hecho de que los puntos de vista de los campesinos no son esencialmente diferentes de los de la gente de la ciudad. Reciben calurosamente a los visitantes de las universidades e institutos de las ciudades, sobre todo después de la Revolución Cultural. Cuando le preguntamos a P'u si creía que había variado la actitud de los campesinos tras la Revolución Cultural, respondió afirmativamente. Antes de este período, pocos científicos iban al campo, y a causa de la influencia de la línea revisionista de Liu Shao-ch'i los campesinos y científicos no tenían un estrecho contacto y existía entre ambos un profundo abismo. Frecuentemente, los campesinos no entendían lo que hacían los científicos o incluso lo que era la Universidad. Pero después de la Revolución Cultural muchos profesores, así como científicos, marcharon al campo. Según P'u, viven y trabajan con los campesinos, con los que se establece una gran fraternidad, y los campesinos, en respuesta, visitan las universidades, donde se les da una bienvenida calurosa. "En mi casa hay siempre campesinos que vienen a visitarme; algunos casi todas las semanas y como mínimo una vez al mes."
El cambio del uso de pesticidas químicos comenzó, también, con diligencia durante la Revolución Cultural. Antes, nos dijo P'u, era posible realizar tareas de control biológico, por ejemplo con el trozador de la caña de azúcar, pero no siempre eran aceptadas fácilmente por los campesinos. Durante la Revolución Cultural los equipos de propaganda científica fueron a las aldeas a popularizar los distintos métodos de control de plagas y a organizar a los campesinos para finalidades científicas. P'u se refirió a los grupos de ciencia y tecnología que habíamos visto en la Comuna Hsikou. Después de la Revolución Cultural se organizaron cuatro grandes equipos científicos en el campo, a nivel de cantón, comuna, brigada y equipo de producción.
Por lo general fueron estudiantes universitarios los que marcharon al campo a realizar tareas de propaganda durante la Revolución Cultural. Trabajaron con los campesinos y aprendieron de ellos, al mismo tiempo que extendían la investigación científica y la enseñanza en las zonas rurales. Por supuesto, esto no fue tan fácil y fue necesaria mucha lucha. P'u dijo que había dos grupos principales de estudiantes que tenían diferentes y contradictorias opiniones, y que, a veces, cuando estaban en el campo, se encontraron con que los campesinos sostenían opiniones de otro tipo. Esta situación condujo a enfrentamientos. Pero como dijo P'u, repitiendo una frase de Mao, "la Revolución Cultural era un movimiento realmente revolucionario. Una revolución no es, probablemente, algo muy cortés (y educado)".
Cualesquiera que fuesen las diferencias que existían entre científicos, estudiantes y campesinos en esta época, hoy nos parece que el movimiento de popularización científica en el campo tuvo un gran éxito. Además de establecerse sólidamente los equipos de ciencia locales, P'u describió, como ejemplar, una brigada que sometió sus campos de arroz y verduras a un empleo grande de parásitos y a una aplicación de pesticidas químicos muy baja. Durante los dos años siguientes el número de plagas descendió significativamente, comparándolo con los campos vecinos, y la producción continuó a buen ritmo. Pero, preguntamos ¿Qué habría ocurrido si el experimento no hubiese tenido éxito y la producción se hubiera venido abajo? ¿Habrían arriesgado los campesinos después su existencia en los resultados? P'u afirmó que sí; que hubieran continuado arriesgando y experimentando. A veces, los experimentos fallan y las cosechas se reducen. Las brigadas son conscientes de esto, y aun así ofrecen su tierra para las investigaciones. Si las consecuencias de las plagas se agravan, pueden usarse los pesticidas para salvar la cosecha restante. Pero la renta de los campesinos peligrará. ¿Podría haber alguna declaración más clara del valor que los campesinos adjudican a los experimentos científicos?
Les queremos recomendar que vean y escuchen el discurso que la escritora mexicana Elena Poniatowska, pronunció al recibir el premio Cervantes de la literatura 2013. A sus 82 años, hace una hermosa exaltación del pueblo como el verdadero creador (y sostenedor) de la vida humana, donde incluye la inspiración literaria, denunciando además a los opresores de todas las calañas, desde los perseguidores de Giordano Bruno y sor Juana Inés de la Cruz, hasta la burguesía financiera contemporánea, verdaderos responsables de la miseria humana y la debacle del planeta.
Poniatowska se consideró a sí misma como "una Sancho Panza femenina", una escritora que "no puede hablar de molinos, porque ya no los hay, y en cambio lo hace de los andariegos comunes y corrientes que cargan su bolsa del mandado, su pico o su pala, duermen a la buena ventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan".
Absolutamente hermoso y profundo, imprescindible para recuperar las raíces perdidas de un arte del pueblo y para el pueblo.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/premio-cervantes/discurso-integro-elena-poniatowska-recoger-premio-cervantes/2526024/
Jueves, 13 de octubre de 2005
NOBEL DE LITERATURA 2005
EFE
Tomado de: http://www.elmundo.es/elmundo/2005/10/13/cultura/1129213299.html
LONDRES.- El premio Nobel de literatura le llega a Harold Pinter, uno de los representantes de la llamada generación de Jóvenes Airados británicos de los años sesenta, cuando prácticamente ha dejado el teatro y lucha contra un cáncer de esófago que le fue diagnosticado en 2002.
En Pinter, la Academia Sueca premia a un representante de los Angry Young Men (Jovenes Airados), en el que se encuadran igualmente John Osborne, autor de 'Mirando hacia atrás con Ira', que dio nombre al grupo, o Arnold Wesker ('La Cocina').
Recién cumplidos los 75 años y después de 29 piezas teatrales, entre ellas algunas tan famosas como 'La Fiesta de Cumpleaños', 'The Caretaker' o 'Viejos Tiempos', así como varios guiones de cine, entre ellos para Joseph Losey, Pinter se confesaba últimamente agotado.
"Creo que he dejado de escribir teatro... Llevo escritas ya 29 obras. ¿Acaso no es suficiente?", se preguntaba recientemente con motivo del estreno de una pieza para la radio con música de James Clarke, titulado 'Voces', emitida este mes por la BBC el día de su cumpleaños.
En ella, Pinter utilizaba elementos de cinco de sus últimas obras - 'One for the Road', 'Mountain Language' (Lenguaje de la Montaña), 'The New World Order' (El Nuevo Orden Mundial), 'Party Time' (Tiempo de Fiesta) y 'Ashes to Ashes' (Polvo Eres).
Todas ellas tienen en común la que ha sido siempre su preocupación por la relación de poder entre el verdugo y la víctima, el torturador y el torturado, el dueño y el esclavo.
Aunque últimamente haya sustituido el teatro por el panfleto político -se ha referido a Irak como "un acto premeditado de asesinato de masas" o a los Estados Unidos, de George W. Bush, como "un monstruo descontrolado"- Pinter ha sido siempre en el fondo un escritor político.
Incluso en las llamadas "obras de la memoria", como 'Paisaje' (1968), 'Viejos Tiempos' (1971), 'Tierra de nadie' o 'Traición', de 1978, la memoria funciona como un arma más en las relaciones de poder, que hace aún más agudo el aislamiento de los personajes.
Aun partiendo de personajes y situaciones aparentemente normales, las obras de Pinter parecen siempre sumergidas en una atmósfera de amenaza, de misterio y horror.
La crítica ha señalado que las luchas por el poder que son siempre materia de sus dramas se caracterizan por una fuerte ambigüedad al no quedar nunca claras las razones para la victoria o la eventual derrota de los personajes.
Su teatro, que continúa en cierto modo el de Samuel Beckett y está influido también por la novelística de Franz Kafka, utiliza el lenguaje corriente, pero Pinter lo carga de ambigüedad, de pausas, de silencios de gran efecto teatral.
Nacido en 1930 en el East End londinense, hijo de un sastre judío inmigrante de Europa Oriental, Pinter se vio separado de sus padres al estallar en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial y verse evacuado a la campiña inglesa.
Aquella separación, traumática para él, iba a sin embargo a alimentar su imaginación y la mirada introspectiva de su teatro.
Tras regresar a Londres con 14 años, Pinter se matriculó, gracias a una beca, en la Royal Academy of Dramatic Art londinense aunque dejó sus estudios al cabo de sólo dos años.
Siempre inconformista, fue condenado a una multa por un juez en 1949 por negarse a completar su servicio nacional como soldado.
Hombre de teatro hasta la médula, Pinter fue actor antes que autor y recorrió el país con distintas compañías de provincia mientras publicaba sus primeros versos.
Su primera obra larga, 'La Fiesta de Cumpleaños', estrenada en 1958 en el West End londinense fue muy mal recibida por la crítica de entonces y retirada del cartel una semana después del estreno.
El joven dramaturgo no se dejó intimidar, sin embargo, por ese fracaso, sino que tres años más tarde publicaría 'The Caretaker', que iba a establecer su reputación como uno de los más destacados dramaturgos en lengua inglesa.
Pinter escribió también numerosos guiones para el cine, entre ellos los de 'El Sirviente' o 'El Mensajero', películas ambas dirigidas por Losey, o el de 'La mujer del Teniente francés', de Karel Reisz.
En realidad, nunca ha dejado de actuar, lo mismo en el teatro que en películas, en la radio y en la televisión e incluso en su última obra, la citada 'Voces' se reservó un papel.
Esta semana se anunció que actuaría en una producción de 'La Última Cinta de Krapp', de Beckett como parte del 50 aniversario de la English Stage Company en el Royal Court Theatre londinense.
Pero sobre todo, Pinter quiere sacar fuerzas para seguir criticando no sólo la guerra de Irak, sino la situación política del mundo, que considera "preocupante".
Tomado de :
http://www.escolar.net/wiki/index.php/Harold_Pinter:_Arte,_verdad_y_pol%C3%ADtica
Jueves, 13 de octubre de 2005
Se han cumplido 25 años de la muerte del poeta días después del sangriento golpe militar del
año 73, el mismo que sufrió en carne propia. Alí Primera, el cantante venezolano, dijo de su muerte: "ese era mucho poeta, para ver morir su pueblo y sobrevivir al hecho". Aquí apartes del discurso de Neruda en 1971, el día que recibió el premio Nobel de literatura.
...Yo no aprendí en los libros ninguna receta para la composición de un poema: y no dejaré impreso a mi vez ni siquiera un consejo, modo o estilo para que los nuevos poetas reciban de mi alguna gota de supuesta sabiduría...En el curso de mi vida he encontrado siempre en alguna parte la aseveración necesaria, la fórmula que me aguardaba, no para endurecerse en mis palabras sino para explicarme a mi mismo. La poesía es una acción solemne en que entran por parejas medidas la soledad y la solidaridad, el sentimiento y la acción, la intimidad de uno mismo, la intimidad del hombre y la secreta revelación de la naturaleza. Y pienso con no menor fe que todo está sostenido - el hombre y su sombra, el hombre y su actitud, el hombre y su poesía - en una comunidad cada vez mas extensa, en un ejercicio que integrara para siempre en nosotros la realidad y los sueños, porque de tal manera los une y los confunde.
De todo ello, amigos, surge una enseñanza: que el poeta debe aprender de los demás hombres. No hay soledad inexpugnable. Todos los caminos llevan al mismo punto: a la comunidad de lo que somos. Y es preciso atravesar la soledad y la aspereza, la incomunicación y el silencio para llegar al recinto mágico en que podemos danzar torpemente o cantar con melancolía; mas en esa danza o en esa canción están consumados los mas antiguos ritos de la conciencia: de la conciencia de ser hombres y de creer en un destino común.
En verdad, si bien alguna o mucha gente me considera un sectario, sin posible participación en la mesa común de la amistad, no quiero justificarme, no creo que las acusaciones ni las justificaciones tengan cabida entre los deberes del poeta...Digo que los enemigos de la poesía no están entre quienes la profesan o resguardan, sino en la falta de concordancia del poeta. De ahí que ningún poeta tenga mas enemigo esencial que su propia incapacidad para entenderse con los mas ignorados y explotados de sus contemporáneo ; y esto rige para todas las épocas y para todas las tierras.
El poeta no es un pequeño Dios. No está signado por un destino cabalístico superior al de quienes ejercen otros menesteres y oficios. A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero mas próximo que no se cree Dios. El cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal construcción simple o complicada que es la construcción de la sociedad, la transformación de las condiciones que rodean al hombre, la entrega de la mercadería: pan, verdad, vino, sueños. Si el poeta se incorpora a esa nunca gastada lucha por consignar cada uno en manos de los otros su ración de compromiso, su dedicación y su ternura al trabajo común de cada día y de todos los hombres, el poeta tomará parte en el sudor, en el pan, en el vino, en el sueño de la humanidad entera.
Solo por ese camino inalienable de ser hombres comunes llegaremos a restituirle a la poesía el anchuroso espacio que le van recortando en cada época. Los errores que me llevaron a una relativa verdad y las verdades que repetidas veces me condujeron al error, unos y otras no me permitieron - ni yo lo pretendí nunca - orientar, dirigir, enseñar lo que se llama el proceso creador, los vericuetos de la literatura. Pero si me di cuenta de una cosa: de que nosotros mismos vamos creando los fantasmas de nuestra propia mitificación. De la argamasa de lo que hacemos, o queremos hacer, surgen mas tarde los impedimentos de nuestro propio y futuro desarrollo. Nos vemos indefectiblemente conducidos a la realidad y al realismo, es decir a tomar una conciencia directa de lo que nos rodea y de los caminos de la transformación y luego comprendemos, cuando parece tarde, que hemos construido una limitación tan exagerada que matamos lo vivo en vez de conducir la vida a desenvolverse y florecer. Nos imponemos un realismo que posteriormente nos resulta mas pesado que el ladrillo de las construcciones, sin que por ello hallamos erigido el edificio que contemplábamos como parte integral de nuestro deber. Y en sentido contrario, si alcanzamos a crear el fetiche de lo incomprensible ( o de lo comprensible para unos pocos), el fetiche de lo selecto y de lo secreto, si suprimimos la realidad y sus degeneraciones realistas, nos veremos de pronto rodeados de un terreno imposible, de un tembladeral de hojas, de barro, de libros, en que se hunden nuestros pies y nos ahoga una incomunicación opresiva.
En cuanto a nosotros en particular, escritores de la vasta extensión americana, escuchamos sin tregua el llamado para llenar ese espacio enorme con seres de carne y hueso. Somos conscientes de nuestra obligación de pobladores y - al mismo tiempo que nos resulta esencial el deber de una comunicación crítica en un mundo deshabitado y, no por deshabitado menos lleno de injusticias, castigos y dolores - sentimos también el compromiso de recobrar los antiguos sueños que duermen en las estatuas de piedra, en los antiguos monumentos destruidos, en los anchos silencios de pampas planetarias, de selvas espesas, de ríos que cantan como sueños. Necesitamos colmar de palabras los confines de un continente mudo y nos embriaga esta tarea de fabular y de nombrar.
Tal vez esa sea la razón determinante de mi humilde caso individual: y en esa circunstancia mis excesos, o mi abundancia o mi retórica, no vendrían a ser sino actos, los mas simples del menester americano de cada día. Cada uno de mis versos quiso instalarse como un objeto palpable: cada uno de mis poemas pretendió ser un instrumento útil de trabajo: cada uno de mis cantos aspiró a servir en el espacio como signos de reunión donde se cruzaron los caminos, o como fragmento de piedra o de madera con que alguien, otros que vendrán, pudieran depositar los nuevos signos.
Extiendo estos deberes del poeta, en la verdad o en el error, hasta sus últimas consecuencias, decidí que mi actitud dentro de la sociedad y ante la vida debía ser también humildemente partidaria. Lo decidí viendo gloriosos fracasos, solitarias victorias, derrotas deslumbrantes. Comprendí metido en el escenario de las luchas de América, que mi misión humana no era otra sino agregarme a la extensa fuerza del pueblo organizado, agregarme con sangre y alma, con pasión y esperanza, porque solo de esa henchida torrentera pueden nacer los cambios necesarios a los escritores y a los pueblos. Y aunque mi posición levantara o levante objeciones amargas o amables, lo cierto es que no hallo otro camino para el escritor de nuestros anchos y crueles países, si queremos que florezca la oscuridad, si pretendemos que los millones de hombres que aun no han aprendido a leernos ni a leer, que todavía no saben escribir ni escribirnos, se establezcan en el terreno de la dignidad sin la cual no es posible ser hombres integrales.
Heredamos la vida lacerada de los pueblos que arrastran un castigo de siglos, pueblos los mas puros, los que construyen con piedras y metales torres milagrosas, alhajas de fulgor deslumbrante: pueblos que de pronto fueron arrasados y enmudecidos por las épocas terribles del colonialismo que aún existe.
Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza. Pero no hay lucha ni esperanza solitarias. En todo hombre se juntan las épocas remotas, la inercia, los errores, las pasiones, las urgencias de nuestro tiempo, la velocidad de la historia. Pero, ¿que sería de mi si por ejemplo, hubiera contribuido en cualquier forma al pasado feudal del gran continente americano? ¿Como podría yo levantar la frente, iluminada por el honor que Suecia me ha otorgado, si no me sintiera orgulloso de haber tomado una mínima parte en la transformación actual de mi país ? Hay que mirar el mapa de América, enfrentarse a la grandiosa diversidad, a la generosidad cósmica del espacio que nos rodea, para entender que muchos escritores se niegan a compartir el pasado de oprobio y de saqueo que oscuros dioses destinaron a los pueblos americanos.
Yo escogí el difícil camino de una responsabilidad compartida y, antes de reiterar la adoración hacia el individuo como sol central del sistema, preferí entregar con humildad mi servicio a un considerable ejército que a trechos puede equivocarse, pero que camina sin descanso y avanza cada día enfrentándose tanto a los anacrónicos recalcitrantes como a los infatuados impacientes. Porque creo que mis deberes de poeta no solo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía.
Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta el mas atroz de los desesperados, escribió esta profecía : "Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades". Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el mas abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamas la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.
En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
¡¡Así la poesía no habrá cantado en vano !!