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Las fake news y la pandemia

Todos los sucesos modernos se ven permeados de una u otra forma por las redes sociales y el internet. La pandemia por la que atravesamos y la crisis venidera no es la excepción.

Es así como cada día circula una cantidad innumerable de [des]información por las redes en forma de publicaciones de Facebook, tweets, imágenes, vídeos, audios de whatsapp y textos. Lamentablemente, una buena parte es información falsa o parcialmente falsa. A veces consideramos que el desconocimiento de la realidad objetiva es inofensivo, como cuando hablamos de las creencias idealistas individuales. Yo, sin embargo, considero que las creencias irracionales, así como el pensamiento idealista en general, tienen consecuencias negativas que por lo general no se aprecian de manera directa o al corto plazo.

La imposición de los dogmas religiosos a los seres humanos desde niños cierra sus mentes al cuestionamiento, a la curiosidad y al pensamiento crítico. No hay nada que hacer, cuanta más fe «ciega» tenga una persona, menos abierta estará a aceptar la evidencia que rechace sus creencias. Quienes creen lo hacen «a pesar de» el cúmulo de evidencias en su contra, como lo vemos en el caso de la ciencia de la evolución. Las consecuencias de esa imposición ideológica a los niños solo se verá durante su etapa adulta.

El nuevo coronavirus llamado COVID-19 es muy contagioso. Los expertos recomiendan el aislamiento social y un régimen muy estricto de lavado de manos, junto a otras medidas. Sin embargo, se han visto casos en el mundo de pastores que llaman a sus «fieles» a violar las cuarentenas para asistir a los cultos. Y es que si creo ciegamente en mi dios o en mi religión, y le atribuyo características sobrenaturales, pues creeré también que me puede curar o proteger de esta enfermedad. Si no lo creo, estaré dudando, y las dudas no son bien recibidas dentro de estas ideologías.

Las religiones no son la única traba a tomar medidas efectivas en una crisis como esta. Dentro de las cadenas de Whatsapp que circulan todos los días aparecen numerosas curas, algunas, totalmente absurdas, y otras sin ninguna evidencia. He escuchado en los grupos familiares del bicarbonato, el cloro, el vodka (porque tiene alcohol) y recientemente escuché de la hidroxicloroquina (un medicamento contra la malaria) y la azitromicina (un antibiótico que me han recetado contra la amigdalitis).

Y resulta que esta última combinación está siendo probada por la comunidad científica y ha mostrado resultados prometedores. Sin embargo, su uso no ha sido aprobado. Algo que los lectores deben recordar en todo momento es que todo tratamiento médico está compuesto de unos medicamentos y unas dosis espaciadas por una determinada cantidad de horas. Algunas veces me han mandado a tomar dos pastas de acetaminofen cada 6 horas, otras veces tan solo una cada 8. La gente olvida que todo eso depende de la enfermedad que tengamos y solamente un médico puede determinarlo.

Con esas cadenas no faltará la persona que se sienta enferma y decida comprar azitromicina en su farmacia más cercana. Y ha pasado; la BBC reporta que una persona murió por consumir un producto de limpieza de piscinas que contiene el mismo compuesto activo que la hidroxicloroquina.

Según la Cruz Roja, las noticias falsas tienen un impacto negativo en la velocidad de reacción frente al coronavirus, lo cual es muy preocupante teniendo en cuenta que no existe una vacuna, y la única forma en que los sistemas sanitarios del mundo podrán atender la emergencia es ralentizando el avance de la enfermedad. La vacuna quizá venga a mediados del 2021, y la sociedad adquiere lentamente inmunidad al virus (aunque no sabemos aún cuánto tiempo dura dicha inmunidad). Si se expande con demasiada rapidez, muchas personas estarán en riesgo de morir.

Pero creo que la discusión va más allá: la necesidad de pensamiento crítico que se evidencia en momentos como este, y en los discursos educativos, choca contra ciertos valores de la sociedad capitalista moderna. Miremos nada más el caso de la publicidad. La publicidad busca muchas veces todo lo opuesto de la verdad. En algunas ocasiones, las compañías invierten enormes recursos para esconder la verdad cuando no le conviene a su negocio y por sobre la salud y el bienestar humano. Aquí en Colombia han llegado a censurar publicidad que cuestiona el impacto del azúcar en la salud porque afecta los intereses de las empresas de gaseosas.

¿Cómo promover el pensamiento crítico y a la vez continuar con una sociedad de consumo?. Las compañías piensan continuamente en cómo producir más y más mercancías y servicios, a la vez que promueven el consumo de los mismos. Hablamos de un proceso no planificado. Esa es la contradicción. La sociedad moderna es un caldo de cultivo para las «fake news». Tenemos ciudadanos no educados, por un lado, y la capacidad tecnológica de crear contenidos y propagarlos por el mundo con gran facilidad, todo esto junto a una forma de organización social que en su núcleo necesita de gente ignorante en las cuestiones más básicas de la ciencia para poder sostenerse y subsistir.

Tanta es la preocupación reciente frente a las «fake news» que plataformas digitales como Google o Facebook han tenido que implementar medidas para controlar las noticias falsas. No solo lo hacen por el coronavirus sino que lo han venido planteando e implementando desde que se demostró el impacto que pueden tener en las elecciones democráticas, sobre todo en países desarrollados. Sin embargo, plataformas como Whatsapp no pueden regularse porque el contenido se envía cifrado desde un extremo al otro, lo que quiere decir que la compañía no puede acceder fácilmente al contenido sin recurrir a prácticas cuestionables o ilegales y sin que su imagen se vea afectada por ello.

Necesitamos asumir una actitud más científica, si, pero por sobre todo, necesitamos una sociedad más científica.

CORRIENTE PROGRESISTA DE INTELECTUALES

EJE CAFETERO

Imagen: pixabay

Cuentos que nos comemos y peligrosos mitos embusteros

Nos encontramos con una columna de El Espectador en la que se llama a ver más allá de las apariencias. No es tan solo una cuestión de "colombianos" como lo dice el artículo; como individuos de la especie humana tenemos una capacidad de conocimiento limitada. Para conocer la realidad en profundidad debemos realizar un esfuerzo consciente por susperar dichas limitaciones y parte de ese esfuerzo es asumir una actitud científica ante el mundo:

https://www.elespectador.com/opinion/cuentos-que-nos-comemos-y-peligrosos-mitos-embusteros-columna-866502

Imagen: Wikipedia.

La carga del escepticismo

Por Carl Sagan

¿Qué es el escepticismo? No es nada esotérico. Nos lo encontramos a diario. Cuando compramos un coche usado, si tenemos el mínimo de sensatez, emplearemos algunas habilidades escépticas residuales (las que nos haya dejado nuestra educación). Podrías decir: "Este tipo es de apariencia honesta. Aceptaré lo que me ofrezca." O podrías decir: "Bueno, he oído que de vez en cuando hay pequeños engaños relacionados con la venta de coches usados, quizá involuntarios por parte del vendedor", y luego hacer algo. Le das unas pataditas a los neumáticos, abres las puertas, miras debajo del capó. (Podrías valorar cómo anda el coche aunque no supieses lo que se supone que tendría que haber debajo del capó, o podrías traerte a un amigo aficionado a la mecánica.) Sabes que se requiere algo de escepticismo, y comprendes por qué. Es desagradable que tengas que estar en desacuerdo con el vendedor de coches usados, o que tengas que hacerle algunas preguntas a las que es reacio a contestar. Hay al menos un pequeño grado de confrontación personal relacionado con la compra de un coche usado y nadie afirma que sea especialmente agradable. Pero existe un buen motivo para ello, porque si no empleas un mínimo de escepticismo, si posees una credulidad absolutamente destrabada, probablemente tendrás que pagar un precio tarde o temprano. Entonces desearás haber hecho una pequeña inversión de escepticismo con anterioridad.

Ahora bien, esto no es algo en lo que tengas que emplear cuatro años de carrera para comprenderlo. Todo el mundo lo comprende. El problema es que los coches usados son una cosa, y los anuncios de televisión y los discursos de presidentes y líderes políticos son otra. Somos escépticos en algunas cosas, pero, desafortunadamente, no en otras. Por ejemplo, hay un tipo de anuncio de aspirina que revela que el producto de la competencia sólo tiene una cierta cantidad del ingrediente analgésico que los médicos recomiendan (no te dicen cuál es el misterioso ingrediente), mientras que su producto tiene una cantidad dramáticamente superior (de 1,2 a 2 veces más por cada pastilla). Por tanto deberías comprar su producto. Pero ¿por qué no simplemente tomar dos pastillas de la competencia? Nadie te ha dicho que preguntes. No apliques escepticismo en este asunto. No pienses. Compra.

Las afirmaciones de los anuncios comerciales constituyen pequeños engaños. Nos hacen gastar algo más de dinero, o nos inducen a comprar un producto algo inferior. No es tan terrible. Pero considera esto: Tengo aquí el programa de este año de la Expo Whole Life de San Francisco. Veinte mil personas asistieron a la del año pasado. He aquí algunas de las presentaciones: "Tratamientos Alternativos para Enfermos de SIDA: reconstruirá las defensas naturales y prevendrá crisis del sistema inmunitario-aprende sobre los últimos avances que los medios han ignorado por completo." Me parece que esa presentación podría causar graves daños. "Cómo las Proteínas Sanguíneas Atrapadas Producen Dolor y Sufrimiento." "Cristales: ¿Son Talismanes o Piedras?" (Yo tengo mi propia opinión) Dice: "Al igual que un cristal enfoca ondas de sonido y luz para la radio y la televisión" las radios de galena tienen bastante tiempo- "también podría amplificar las vibraciones espirituales del hombre desintonizado." Apuesto a que muy pocos de vosotros estáis desintonizados. O esta otra: "El Retorno de la Diosa, Ritual de Presentación." Otra: "Sincronicidad, la Experiencia de Reconocimiento." Esa la da el "Hermano Charles". O, en la siguiente página: "Tú, Saint-Germain, y Cómo Curarse Mediante la Llama Violeta." Sigue y sigue, con montones de anuncios acerca de las oportunidades (que van desde lo dudoso a lo espurio) disponibles en la Expo Whole Life.

Si tuvieras que bajar a la Tierra en cualquier momento del dominio humano, te encontrarías con un conjunto de sistemas de creencia populares, más o menos similares. Cambian, a veces rápidamente, a veces en una escala de varios años: pero, a veces, sistemas de creencia de este tipo duran muchos miles de años. Al menos unos cuantos están siempre presentes. Creo que es razonable preguntarse por qué. Somos Homo Sapiens. Ésa es nuestra característica diferenciadora, eso de sapiens. Se supone que somos listos. Entonces ¿por qué nos rodea siempre todo ese tema? Bueno, por una parte, muchos de esos sistemas de creencia tratan necesidades humanas reales que no se presentan en nuestra sociedad. Existen necesidades médicas insatisfechas, necesidades espirituales, y necesidades de comunicación con el resto de la comunidad humana. Puede que haya más de esos defectos en nuestra sociedad que en muchas otras de la historia de la humanidad. Por tanto, es razonable para la gente probar y hurgar en varios sistemas de creencia, para ver si ayudan en algo.

Por ejemplo, tomemos una manía de moda: la canalización. Tiene como premisa fundamental, al igual que el espiritualismo, que, cuando morimos, no desaparecemos exactamente, sino que una parte de nosotros continúa. Esa parte, dicen, puede retomar el cuerpo de un humano u otras criaturas en el futuro, y por tanto, personalmente, la muerte pierde mucha amargura para nosotros. Y lo que es más, tenemos una oportunidad, si los argumentos de la canalización son ciertos, de contactar con seres queridos que han muerto.

Hablando personalmente, yo estaría encantado de que la reencarnación fuese cierta. Perdí a mis dos padres en los últimos años, y me encantaría tener una pequeña conversación con ellos, para decirles cómo están los niños y asegurarme de que todo va bien dondequiera que estén. Eso toca algo muy profundo. Pero, al mismo tiempo, y precisamente por esa razón, sé que hay gente que intenta beneficiarse de las vulnerabilidades de los afligidos. Mejor que los espiritualistas y los canalizadores tengan un argumento convincente.

O tomemos la idea de que, pensando mucho sobre formaciones geológicas, podemos decir dónde hay depósitos de mineral o petróleo. Uri Geller afirma eso. Ahora bien, si eres un ejecutivo de una compañía de exploración de mineral o petróleo, tus garbanzos dependen de que encuentres los minerales o el petróleo: por tanto, gastar cantidades triviales de dinero, comparadas con lo que te gastas a menudo en exploración geológica, en este caso para encontrar físicamente los depósitos, no suena tan mal. Podrías caer en la tentación.

O tomemos a los OVNIs, el argumento de que nos están visitando continuamente seres de otros mundos en naves espaciales. Encuentro esto muy emocionante. Al menos es una ruptura con lo ordinario. He empleado una buena cantidad de tiempo en mi vida científica trabajando en el tema de la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Piensa cuánto esfuerzo podría ahorrarme si esos tipos están visitándonos. Pero cuando podemos reconocer alguna vulnerabilidad emocional relacionada con una pretensión, es cuando tenemos que hacer los esfuerzos más firmes de escrutinio escéptico. En esa situación es cuando pueden aprovecharse de nosotros.

Ahora reconsideremos la canalización. Hay una mujer en el Estado de Washington que afirma entrar en contacto con alguien que tiene 35.000 años de edad: Ramtha (quien, por cierto, habla muy bien inglés con lo que me parece un acento indio). Supongamos que tenemos a Ramtha aquí y supongamos que Ramtha es cooperativo. Podríamos hacer algunas preguntas: ¿Cómo sabemos que Ramtha vivió hace 35.000 años? ¿Quién está llevando la cuenta de los milenios que se interponen? ¿Cómo es que son exactamente 35.000 años? Eso es un número muy redondo. ¿35.000 más qué, o menos qué? ¿Cómo eran las cosas hace 35.000 años? ¿Cómo era el clima? ¿Dónde vivió Ramtha? (Sé que habla inglés con un acento indio, pero ¿dónde se hablaba así hace 35.000 años?) ¿Qué come Ramtha? (Los arqueólogos saben algo sobre lo que comía la gente por aquel entonces.) Tendríamos una buena oportunidad de descubrir si sus afirmaciones son ciertas. Si fuera realmente alguien de hace 35.000 años, podríamos aprender mucho sobre hace 35.000 años. Por tanto, de una manera u otra, o Ramtha es realmente alguien de hace 35.000 años, en cuyo caso descubriremos algo sobre ese periodo (que es anterior a la glaciación de Wisconsin, una época interesante), o es un farsante y se equivocará. ¿Cuáles son los idiomas indígenas, cómo es la estructura social, con quién más vive Ramtha (hijos, nietos), cuál es el ciclo de vida, la mortalidad infantil, qué ropas lleva, cuál es su esperanza de vida, qué armas, plantas y animales hay? Dinos. En cambio, lo que oímos son las homilías más banales, indistinguibles de las que los supuestos ocupantes de los OVNIs les dicen a los pobres humanos que afirman haber sido abducidos por ellos.

Ocasionalmente, por cierto, recibo una carta de alguien que está en contacto con un extraterrestre que me invita a "preguntar lo que sea". Así que tengo una lista de preguntas. Los extraterrestres están muy avanzados, recordemos. Por tanto pregunto cosas como: "Por favor, denme una demostración simple del Último Teorema de Fermat." O de la Conjetura de Goldbach. Y luego tengo que explicar qué son estas cosas, porque los extraterrestres no las llamarán Último Teorema de Fermat, así que escribo la pequeña ecuación con sus exponentes. Nunca recibo respuesta. Por otra parte, si le pregunto algo como "¿Deberíamos ser buenos los humanos?", siempre recibo respuesta. Pienso que se puede deducir algo de esta habilidad diferenciada para contestar preguntas. Si son cosas imprecisas y vagas, están encantados de responder, pero si es algo específico, que dé ocasión a descubrir si saben algo realmente, sólo hay silencio. El científico francés Henri Poincarè hizo una observación sobre por qué la credulidad está tan extendida: "También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador." Eso es lo que he intentado decir con mis ejemplos. Pero no creo que ésa sea la única razón por la que la credulidad está extendida. El escepticismo desafía a instituciones establecidas. Si enseñamos a todo el mundo, digamos a los estudiantes de instituto, el hábito de ser escépticos, quizá no limiten su escepticismo a los anuncios de aspirinas y a los canalizadores de 35.000 años. Puede que empiecen a hacerse inoportunas preguntas sobre las instituciones económicas, o sociales, o políticas o religiosas. ¿Luego dónde estaremos?

El escepticismo es peligroso. Ésa es precisamente su función, en mi opinión. Es menester del escepticismo el ser peligroso. Y es por eso que hay una gran renuencia a enseñarlo en las escuelas. Es por eso que no encontramos un dominio general del escepticismo en los medios. Por otra parte, ¿cómo evitaremos un peligroso futuro si no poseemos las herramientas intelectuales elementales para hacer preguntas agudas a aquéllos que están nominalmente al cargo, especialmente en una democracia?

Creo que éste es un buen momento para reflexionar sobre el tipo de problema nacional que se podría haber evitado si el escepticismo estuviese más disponible en la sociedad americana. El fiasco de Irán/Nicaragua es un ejemplo tan obvio que no tomaré ventaja de nuestro pobre y hostigado presidente (Reagan) hablando sobre ello. La resistencia de la Administración a un Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares y su continua pasión por aumentar las armas nucleares (uno de los pilotos principales en la carrera nuclear) bajo el pretexto de estar más seguros es otro asunto semejante. También lo es La Guerra de las Galaxias. Los hábitos de pensamiento escéptico que fomenta el CSICOP tienen relevancia para asuntos de la mayor importancia para la nación. Hay tantas tonterías promulgadas por los partidos políticos que el hábito de escepticismo imparcial debería declararse un objetivo nacional esencial para nuestra supervivencia.

Quiero decir algo más sobre la carga del escepticismo. Se puede coger un hábito de pensamiento en el que te diviertes burlándote de toda la gente que no ve las cosas tan bien como tú. Esto es un peligro social potencial, presente en una organización como el CSICOP. Tenemos que protegernos cuidadosamente de esto.

Me parece que lo que se necesita es un equilibrio exquisito entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y al mismo tiempo una actitud muy abierta a las nuevas ideas. Obviamente, estas dos maneras de pensar están en cierta tensión. Pero si sólo puedes ejercitar una de ellas, sea cual sea, tienes un grave problema.

Si sólo eres escéptico, entonces no te llegan nuevas ideas. Nunca aprendes nada nuevo. Te conviertes en un viejo cascarrabias convencido de que la estupidez gobierna el mundo. (Existen, por supuesto, muchos datos que te apoyan.) Pero de vez en cuando, quizá uno entre cien casos, una nueva idea resulta estar en lo cierto, ser válida y maravillosa. Si tienes demasiado arraigado el hábito de ser escéptico en todo, vas a pasarla por alto o tomarla a mal, y en ningún caso estarás en la vía del entendimiento y del progreso.

Por otra parte, si eres receptivo hasta el punto de la mera credulidad y no tienes una pizca de sentido del escepticismo, entonces no puedes distinguir las ideas útiles de las inútiles. Si todas las ideas tienen igual validez, estás perdido, porque entonces, me parece, ninguna idea tiene validez alguna.

Algunas ideas son mejores que otras. El mecanismo para distinguirlas es una herramienta esencial para tratar con el mundo y especialmente para tratar con el futuro. Y es precisamente la mezcla de estas dos maneras de pensar el motivo central del éxito de la ciencia.

Los científicos realmente buenos practican ambas. Por su cuenta, cuando hablan consigo mismos, amontonan grandes cantidades de nuevas ideas y las critican implacablemente. La mayoría de ellas nunca llega al mundo exterior. Sólo las ideas que pasan por rigurosos filtros salen y son criticadas por el resto de la comunidad científica. A veces ocurre que las ideas que son aceptadas por todo el mundo resultan ser erróneas, o al menos parcialmente erróneas, o al menos son reemplazadas por ideas de mayor generalidad. Y, aunque, por supuesto, existen algunas pérdidas personales (vínculos emocionales con la idea de que tú mismo has jugado un papel inventivo), no obstante la ética colectiva es que, cada vez que una idea así es derribada y reemplazada por algo mejor, la misión de la ciencia ha salido beneficiada. En ciencia, ocurre a menudo que los científicos dicen: "¿Sabes?, ése es un gran argumento; yo estaba equivocado." Y luego cambian su mentalidad y jamás se vuelve a escuchar de sus bocas esa vieja opinión. Realmente hacen eso. No ocurre tan a menudo como debiera, porque los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. Pero ocurre a diario. No soy capaz de recordar la última vez que pasó algo así en la política o en la religión. Es muy raro que un senador, por ejemplo, responda: "Ése es un buen argumento. Voy a cambiar mi afiliación política."

Me gustaría decir unas cuantas cosas sobre las estimulantes sesiones sobre la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) y sobre el lenguaje animal en nuestra conferencia del CSICOP. En la historia de la ciencia, existe un instructivo desfile de importantes batallas intelectuales que resultan tratar todas ellas sobre lo centrales que son los seres humanos. Podríamos llamarlas batallas sobre la presunción anti-copernicana.


He aquí algunas de las cuestiones:

- Somos el centro del Universo. Todos los planetas y las estrellas y el Sol y la Luna giran alrededor nuestro. (Chico, debemos ser realmente especiales.)

Ésa era la creencia impuesta (Aristarco aparte) hasta la época de Copérnico. Le gustaba a mucha gente porque les daba una posición central personalmente injustificada en el Universo. El mero hecho de estar en la Tierra te hacía privilegiado. Eso te hacía sentir bien. Luego llegó la prueba de que la Tierra era sólo un planeta y de que esos puntos brillantes en movimiento eran también planetas. Decepcionante. Incluso deprimente. Mejor cuando éramos centrales y únicos.


- Pero al menos nuestro Sol está en el centro del Universo.

No, esas otras estrellas también son soles, y lo que es más, nos encontramos en las afueras de la galaxia. No estamos nada cerca del centro de la galaxia. Muy deprimente.


- Bueno, al menos la Vía Láctea está en el centro del Universo.

Luego un poco más de progreso científico. Descubrimos que no existe eso del centro del Universo. Lo que es más, hay cien mil millones de galaxias más. Ésta no tiene nada de especial. Completamente deprimente.

- Bueno, al menos nosotros, los humanos, somos el pináculo de la creación. Somos aparte. Todas esas criaturas, las plantas y los animales, son inferiores. Nosotros somos superiores, no tenemos conexión con ellos. Todo ser viviente ha sido creado separadamente. Luego viene Darwin. Descubrimos una continuidad evolucionaria. Estamos relacionados estrechamente con las otras bestias y vegetales. Lo que es más, nuestros parientes biológicos más cercanos son los chimpancés. Ésos son nuestros parientes más cercanos (¿esos bichos?) Es una vergüenza. ¿Has ido alguna vez al zoo y los has visto? ¿Sabes lo que hacen? Imagina lo embarazosa que era esta verdad en la Inglaterra victoriana, cuando Darwin tuvo esta idea.

Hay otros ejemplos importantes (sistemas de referencia privilegiados en física y la mente inconsciente en psicología) que pasaré por alto.

Mantengo que en la tradición de este largo conjunto de debates (cada uno de los cuales ha sido ganado por los copernicanos, por los tipos que dicen que no hay nada especial en nosotros), hubo una nota callada profundamente emocional en los debates de las dos sesiones del CSICOP que he mencionado. La búsqueda de inteligencia extraterrestre y el análisis de un posible lenguaje animal hieren a uno de los sistemas de creencia pre-copernicanos que quedan:


- Al menos somos las criaturas más inteligentes de todo el Universo.

Si no existen más chicos listos en ninguna parte, aunque estemos relacionados con los chimpancés, aunque estemos en las afueras de un universo vasto y tremendo, al menos todavía nos queda algo especial. Pero, en el momento que encontremos inteligencia extraterrestre, se perderá el último pedazo de presunción. Creo que parte de la resistencia a la idea de la inteligencia extraterrestre es debida a la presunción anti-copernicana. Asimismo, sin tomar ninguna postura en el debate de si hay otros animales (los primates superiores, especialmente los grandes monos) inteligentes o con un lenguaje, es claramente, a nivel emocional, la misma cuestión. Si definimos a los humanos como criaturas que tienen lenguaje y nadie más tiene lenguaje, al menos somos únicos en ese aspecto. Pero si resulta que todos esos sucios, repugnantes y graciosos chimpancés pueden, con el Ameslan o de cualquier otra manera, comunicar ideas, entonces ¿qué nos queda de especial a nosotros? En los debates científicos existen, a menudo inconscientemente, impulsoras predisposiciones emocionales sobre estas cuestiones. Es importante darse cuenta de que los debates científicos, al igual que los debates pseudocientíficos, pueden llenarse de emociones por todas estas razones.

· · Ahora echemos un vistazo más de cerca a la búsqueda de inteligencia extraterrestre por radio. ¿En qué se diferencia de la pseudociencia? Dejadme contar un par de casos reales. A principios de los sesenta, los soviéticos ofrecieron una rueda de prensa en Moscú en la que anunciaron que una fuente distante de radio, llamada CTA-102, estaba variando sinusoidalmente, como una onda seno, con un periodo de unos 100 días. ¿Por qué convocaron una rueda de prensa para anunciar que una fuente distante de radio estaba variando? Porque pensaban que era una civilización extraterrestre de inmenso poder. Eso se merece convocar una rueda de prensa. Esto es incluso anterior a la existencia de la palabra cuásar. Hoy sabemos que CTA-102 es un cuásar. No sabemos muy bien lo que es un cuásar: y existe más de una explicación para ellos mutuamente exclusiva en la literatura científica. No obstante, pocos consideran seriamente que un cuásar, como CTA-102, sea una civilización galáctica extraterrestre, porque hay un número de explicaciones alternativas de sus propiedades que son más o menos consistentes con las leyes físicas que conocemos sin evocar a la vida alienígena. La hipótesis extraterrestre es una hipótesis de último recurso. Sólo si falla todo lo demás se acude a ella.

Segundo ejemplo: en 1967, científicos británicos encontraron una fuente de radio cercana que fluctuaba en un periodo de tiempo mucho más corto, con un periodo constante de hasta diez cifras significativas. ¿Qué era? Su primer pensamiento fue que era algo como un mensaje que se nos estaba enviando, o un faro de navegación interestelar para las naves espaciales que volaban entre las estrellas. Incluso le dieron, entre los de la Universidad de Cambridge, el pervertido nombre de LGM-1 (Little Green Men, u Hombrecillos Verdes). Sin embargo (eran más listos que los soviéticos), no convocaron una rueda de prensa, y pronto se hizo claro que lo que tenían era lo que ahora se llama un púlsar. De hecho fue el primer púlsar de la Nebulosa Cangrejo. Bueno, ¿qué es un púlsar? Un púlsar es una estrella comprimida hasta el tamaño de una ciudad, soportada como no lo está ninguna otra estrella, no por presión gaseosa, no por exclusión electrónica, sino por las fuerzas nucleares. Es, en cierto sentido, un núcleo atómico del tamaño de Pasadena. Sostengo que esa es una idea al menos tan rara como la del faro de navegación interestelar. La respuesta a lo que es un púlsar tiene que ser algo muy extraño. No es una civilización extraterrestre, es otra cosa: pero otra cosa que abre nuestros ojos y mentes e indica posibilidades en la naturaleza que nunca habríamos adivinado.

Luego está la cuestión de los falsos positivos. Frank Drake en su original experimento Ozma, Paul Horowitz en el programa META (Megachannel Extraterrestrial Assay) patrocinado por la Sociedad Planetaria, el grupo de la Universidad de Ohio y muchos otros grupos han recibido señales que han hecho palpitar sus corazones. Piensan por un momento que han captado una señal genuina. En algunos casos no tenemos la menor idea de lo que fue; las señales no se han repetido. La noche siguiente apuntas el mismo telescopio al mismo punto en el cielo con la misma modulación y la misma frecuencia, y lo pasa-bandas todo de la misma manera, y no oyes nada. No publicas esos datos. Puede ser un mal funcionamiento del sistema de detección. Puede ser un avión militar AWACS revoloteando y emitiendo en canales de frecuencia supuestamente reservados para la radioastronomía. Puede ser un aparato de diatermia en la misma calle. Hay muchas posibilidades. No se declara inmediatamente que has descubierto inteligencia extraterrestre sólo porque has encontrado una señal anómala.

Y si se repitiese, ¿lo anunciarías? No. Puede ser una broma. Puede ser algo que le pasa a tu sistema y que no eres capaz de descifrar. En cambio, llamarías a los científicos de un montón de radiotelescopios y les dirías que en ese punto particular del cielo, a esa frecuencia, modulación, y banda y todo eso, pareces captar algo curioso. ¿Por favor, podrían mirar si captan algo parecido? Y sólo si obtienen la misma información varios observadores independientes del mismo punto del cielo piensas que tienes algo. Aun entonces sigues sin saber que ese algo es inteligencia extraterrestre, pero al menos has podido determinar que no es algo de la Tierra. (Y también que no es algo en órbita terrestre; está más lejos que eso.) Este es el primer plan de acción que se requiere para asegurarse de que realmente tienes una señal de una civilización extraterrestre.

Fíjate que hay una cierta disciplina implicada. El escepticismo impone una carga. No puedes salir y gritar pequeños hombrecillos verdes, porque vas a parecer muy tonto, como les pasó a los soviéticos con el CTA-102, que resultó ser algo muy distinto. Es necesaria una cautela especial cuanto las implicaciones son de tanta importancia como aquí. No estamos obligados a decidirnos por algo en cuanto tenemos unos datos. No pasa nada por no estar seguros.

Me suelen preguntar: "¿Crees que existe inteligencia extraterrestre?" Y yo respondo con los argumentos habituales. Hay un montón de lugares allá afuera, miles de millones. Luego digo que me sorprendería mucho que no existiese inteligencia extraterrestre, pero que por supuesto no tenemos pruebas concluyentes de ello. Y luego me preguntan: "Vale, pero ¿qué es lo que crees realmente?" Y respondo: "Ya te he dicho lo que creo." "Sí, pero ¿qué te dicen tus entrañas?" Pero yo no intento pensar con mis entrañas. En serio, es mejor reservarse la opinión hasta que tengamos pruebas.

Después de que se publicase mi artículo El Arte de la Detección de Camelos en Parade (1 feb. 1987), recibió, como puedes imaginar, un montón de cartas. Parade es leído por 65 millones de personas. En el artículo di una larga lista de cosas que eran presuntos o demostrados camelos (treinta o cuarenta). Los defensores de todas esas cosas resultaron uniformemente ofendidos, por lo que recibí montones de cartas. También ofrecí un conjunto de instrucciones muy elementales acerca de cómo tratar a los camelos (los argumentos de una autoridad no valen, todos los pasos de una cadena de evidencias tienen que ser válidos, etcétera). Mucha gente contestó diciendo: "Tiene usted toda la razón en las generalidades; desafortunadamente, eso no es aplicable a mi doctrina particular." Por ejemplo, uno de ellos decía que la idea de que existe inteligencia extraterrestre fuera de la Tierra es un ejemplo de excelente camelo. Concluía: "Estoy tan seguro de esto como de cualquier otra cosa en mi experiencia. No hay vida consciente en otro lugar del Universo. El Hombre vuelve así a su legítima posición en el centro del Universo."

Otro remitente también estaba de acuerdo con todas mis generalidades, pero decía que, como escéptico empedernido, yo había cerrado mi mente a la verdad. Más notablemente, he ignorado la evidencia de que la Tierra tiene seis mil años de antigüedad. Bueno, no la he ignorado; he considerado la supuesta evidencia y luego la he rechazado. Existe una diferencia, y ésta es una diferencia, podríamos decir, entre prejuicio y postjuicio. Prejuicio es hacer un juicio antes de considerar los hechos. Postjuicio es hacer un juicio después de considerarlos. El prejuicio es terrible, en el sentido de que se cometen injusticias y graves errores. El postjuicio no es terrible. Por supuesto, no puedes ser perfecto; también puedes cometer errores. Pero es permisible hacer un juicio después de haber examinado la evidencia. En algunos círculos incluso se fomenta.

Creo que parte de lo que impulsa a la ciencia es la sed de maravilla. Es una emoción muy poderosa. Todos los niños la sienten. En una clase de parvulario, todos la sienten; en una clase de bachillerato casi nadie la siente, o siquiera la reconoce. Algo pasa entre el parvulario y el bachillerato, y no es sólo la pubertad. No sólo los colegios y los medios no enseñan mucho escepticismo, tampoco se fomenta mucho este emocionante sentido de lo maravilloso. Ambas ciencia y pseudociencia despiertan ese sentimiento. Una pobre popularización de la ciencia establece un nicho ecológico para la pseudociencia.

Si la ciencia se explicase a la gente de a pie de una manera accesible y excitante, no habría sitio para la pseudociencia. Pero existe una especie de Ley de Gresham por la que, en la cultura popular, la mala ciencia expulsa a la buena. Y por esto pienso que tenemos que culpar, primero, la comunidad científica por no hacer un mejor trabajo popularizando la ciencia, y segundo, a los medios, que a este respecto son casi por completo inútiles. Todo periódico americano tiene una columna diaria de astrología. ¿Cuántos tienen siquiera una columna semanal de astronomía? Y también pienso que es culpa del sistema educativo. No enseñamos a pensar. Esto es un error muy serio que podría incluso, en un mundo infestado con 60.000 armas nucleares, comprometer el futuro de la humanidad.

Sostengo que hay mucha más maravilla en la ciencia que en la pseudociencia. Y además, en la medida que esto tenga algún significado, la ciencia tiene como virtud adicional (y no es una despreciable) su veracidad.

Falacias lógicas

¿Que es una falacia lógica?


Una falacia lógica es una proposición presentada como verdadera en una afirmación, pero que solo lo es aparentemente.

¿Y a mí que me importa esto?

Las falacias lógicas son utilizadas comúnmente para justificar argumentos o posturas que no son justificables utilizando la razón. Suelen enmascarar engaños, falsedades, o estafas. Saber reconocer las falacias lógicas es de gran ayuda para no ser engañado.

Falacias de distracción:

Estas Falacias se caracterizan por el uso ilegitimo del operador lógico, con el fin de distraer al lector de la aparente falsedad de cierta proposición.

Cambiando de tema:

Las falacias en esta sección cambian de tema para discutir sobre la persona que emite el argumento, más que sobre las razones para creer o no en la conclusión. Aunque en algunas ocasiones citar autoridades es útil, casi nunca es apropiado discutir sobre la persona en lugar de sobre el argumento.

Apelando a la motivación para obtener apoyo

Las falacias en esta sección tienen en común la práctica de apelar a emociones o a factores psicológicos, de manera que no ofrecen razones para creer en la proposición.

Falacias inductivas

El razonamiento inductivo se basa en la inferencia, a partir de las propiedades de una muestra, de las propiedades de la población como un todo.

Falacias que involucran silogismos estadísticos

Una generalización estadística es una afirmación que normalmente es cierta, pero no siempre. Muy a menudo, estas se expresan usando la expresión “la mayoría”, como en “La mayoría de los conservadores están a favor de los recortes en programas sociales” Otras veces la palabra “generalmente” es usada, como en “Los conservadores generalmente están a favor de recortes en los programas sociales”. Y otras más no usan una palabra específica, como en “Los conservadores prefieren los cortes en los programas sociales”.

Las falacias que incluyen generalizaciones estadísticas suceden porque la generalización no es siempre verdadera. Así que, cuando un autor trata una generalización estadística como si siempre fuera real, el autor incurre en falacia.

Falacias causales

Es común, en una discusión, concluir que una cosa causa otra. Pero la relación causa-efecto es compleja. Es fácil cometer un error. En general, podemos decir que la causa C produce el efecto E si y solo si:

Generalmente, si sucede C, sucede E y,

Generalmente, si no sucede C, no sucede E

Decimos “generalmente” porque siempre hay excepciones. Por ejemplo:

Decimos que si usted raspa una cerilla (fósforo), se enciende porque:

Generalmente, cuando se raspa una cerilla, se enciende (excepto si la cerilla está mojada), y

Generalmente, cuando la cerilla no se raspa, no se enciende (excepto si se enciende con una llama)

En muchas instancias, también se exige que una afirmación causal sea apoyada por una ley natural. Por ejemplo, la afirmación “raspar una cerilla causa que se encienda” es apoyada por el principio “la fricción causa calor, y el calor produce fuego”

Equivocando el fondo

Estas falacias tienen en común el fallo general de no probar que la conclusión sea cierta.

Falacias de ambigüedad

Las falacias en esta sección son todas instancias en las que una palabra o frase se usa en forma poco clara. Hay dos formas en que esto puede ocurrir:

La palabra o frase puede ser ambigua, en cuyo caso tiene más de un significado claro.

La palabra o frase es difusa, en cuyo caso no tiene un significado claro.

Falacias de categoría

Estas falacias ocurren porqué el autor equivocadamente asume que el todo no es más que la suma de las partes. Sin embargo, elementos unidos pueden tener propiedades diferentes de las que tendría cualquiera de ellos por separado.

Falacias Non-Sequitur

El término non sequitur significa textualmente “no se sigue”. En esta sección describiremos las falacias que se suceden como consecuencia de argumentos inválidos.

Falacias Silogísticas

Las falacias en esta sección se refieren a silogismos categóricos inválidos.

Falacias de explicación

Una explicación es aquella forma de razonamiento que intenta responder a la pregunta “¿Por que?”. Por ejemplo, es por medio de una explicación que respondemos a preguntas como, “¿Por que el cielo es azul?”. Una buena explicación se debe basar en una teoría científica o empírica. La explicación sobre el porque del cielo azul, se debe ofrecer en términos de la composición del cielo y teorías de la reflexión de la luz.

Falacias de definición

Para esclarecer nuestras palabras o conceptos, usamos una definición. El propósito de la definición es establecer el significado exacto de una palabra. Una buena definición debe llevar al autor a entender la palabra o concepto sin ayuda externa. Por ejemplo, supongamos que queremos definir la palabra “manzana”. Si la definición tiene éxito, entonces el lector debe ser capaz de distinguir todas y solamente las manzanas que existen. Si el lector omite algunas manzanas, o bien incluye algún otro tipo de cosas (como peras), o no puede distinguir entre lo que es una manzano o no, entonces la definición falla.

 Traducción de Jaime Wilson jwilson@bytecr.com a partir de: Stephen’s Guide to the Logical Fallacies. http://www.assiniboinec.mb.ca/user/downes/fallacy

Texto retocado por Miguel A. Lerma, mlerma@math.northwestern.ed


 

Crítica adecuada

Por Ray Hyman [1]
Traducción de Luis R. Ramos

Desde la fundación de CSICOP[2] en 1976, y con el crecimiento creciente de grupos de escépticos regionales, el escéptico encuentra mas formas de plantear su caso. Los medios de difusión y prensa escrita, junto a otros foros, nos provee más oportunidades para ser oídos. Para algunas de estas ocasiones, tenemos el lujo de planificar y estructurar nuestras respuestas, pero la mayor parte del tiempo tenemos que formular nuestras respuestas al vuelo. Pero sin importar las circunstancias, la tarea critica, si se va a llevar a cabo apropiadamente, es desafiante y cargada de peligros no anticipados.

Muchos críticos bien intencionados han saltado a la lucha sin pensar cuidadosamente las variadas implicaciones de sus declaraciones. Algunas veces ellos demuestran mas emociones que lógica, hacen cargos a barre campo que van mucho mas allá que lo que pueden sostener razonablemente, fallan en documentar adecuadamente sus declaraciones, y en general, fallan en hacer su asignación necesaria para hacer creíbles sus desafíos.

Ese mal considerado criticismo puede ser contra productivo para la causa del escepticismo serio. El autor de tal critica, puede fallar en lograr el efecto deseado, puede perder credibilidad y puede ser vulnerable a litigios legales. Pero los efectos desfavorables tienen consecuencias más allá de las críticas individuales y como resultado la causa entera del escepticismo sufre. Aun cuando el critico se toma dolorosamente el tiempo para afirmar que es su absoluta opinión personal, el publico asocia sus declaraciones con la de todos los críticos.

Durante la primera década de la existencia de CSICOP, los miembros del Consejo Ejecutivo se encontraban dedicando mucho de su tiempo disponible al control de daño precipitado por la observaciones descuidadas de compañeros escépticos —en vez de seguir la causa común de explicar la agenda escéptica.

Desafortunadamente, en este momento, no hay cursos disponibles para la manera propia de criticar los reclamos paranormales. Hasta que dichos cursos y libros guías ¿Qué podemos hacer para garantizar que nuestro criticismo sea efectivo y responsable?

Yo seria irresponsable si te dijera que tengo una solución simple. El problema es complicado y no hay arreglos rápidos. Pero si creo que todos podemos mejorar nuestras contribuciones a una critica responsable manteniendo algunos pocos principios siempre en mente.

Podemos hacer enormes mejoras en nuestros esfuerzos colectivos e individuales tratando simplemente de adherirnos a esos estándares que profesamos admirar y que creemos que violan los muchos vendedores ambulantes de lo paranormal. Si ambicionamos ser los campeones de la racionalidad, ciencia y objetividad, entonces tenemos que demostrar esas mismas cualidades en nuestro criticismo. Solamente por tratar de hablar y escribir en el espíritu de la precisión, ciencias, lógica y racionalidad —esos atributos que supuestamente admiramos— levantaremos la calidad de nuestras críticas por lo menos una orden de magnitud.

La falla en vivir consistentemente a la altura de estos estándares nos expone a algunos peligros. Podemos encontrarnos yendo más allá de los hechos en la mano. Podemos fallar en comunicar exactamente lo que intentamos. Podemos confundir al publico sobre lo que los escépticos están tratando de alcanzar. Podemos, inconscientemente, poner a los proponentes de lo paranormal en la posición de los oprimidos y crear simpatías hacia ellos. Y como ya he mencionado, podemos hacer la tarea mucho más difícil para otros escépticos.

¿Entonces qué pueden hacer los escépticos para actualizar la calidad del criticismo? Lo que sigue son algunas sugerencias. Es en la esperanza que puedan estimular un poco más el pensamiento y la discusión.

1. Prepárate. Un buen criticismo es una destreza que requiere práctica, trabajo y una cabeza aplomada. Tu respuesta a un desafío brusco es mas posible quesea apropiado si has anticipado en desafíos similares. Trata de prepararte por adelantado respuestas cortas y efectivas a aquellas preguntas que es más probable te hagan. Debes estar listo a contestar porque la actividad escéptica es muy importante, porque las personas deben oír tus puntos de vista, porque los falsas creencias pueden ser dañinas, y el sinnúmero de preguntas similares que invariablemente se levantaran. Un proyecto seria compilar una lista de las preguntas más frecuentes y sus posibles repuestas.

En cuanto sea posible prueba tus ideas en amigos y “enemigos” antes de ofrecerlas en la arena publica. Un ejercicio efectivo el de ensayar tus argumentos con compañeros Escepticos. Alguno puede hacer el papel del síquico reclamante mientras otros pueden hacer el papel de críticos. Y para una mejor preparación, lee un libro en pensamiento crítico, escritura efectiva y argumentación.

2. Clarifica tus objetivos. Antes de tratar de lidiar con un reclamo paranormal pregúntate que estas tratando de conseguir. ¿No estará tratando de liberar un resentimiento reprimido? ¿Estas tratando de menospreciar tu oponente? ¿Estas tratando de ganar publicidad para tu punto de vista? ¿Quieres demostrar que el reclamo carece de justificación razonable? ¿Esperas educar el público sobre que constituye evidencia adecuada evidencia? Muchas veces nuestros objetivos, en el examen, salen confusos. Y, especialmente cuando actuamos impulsivamente, algunos de nuestros objetivos entran en conflictos con ellos mismos.

La diferencia entre los objetivos a corto y largo alcance puede ser especialmente importante. Muchos escépticos, Creo yo, estarán de acuerdo que nuestras metas a largo plazo es educar el público para que lidiar más efectivamente con los distintos reclamos. A veces esta meta a largo plazo es sacrificado por el deseo de exponer y desenmascarar un reclamo corriente.

Gran parte de la clarificación de nuestros objetivos es decidir cual es nuestra audiencia. Los ataques elitistas y estridentes a los reclamantes paranormales raramente cambian opiniones, pero si acarician el ego de aquellos que ya son escépticos. Argumentos que pueden persuadir a los lectores del tabloide de supermercado ‘National Enquirer’ pueden ofender académicos e importantes establecedores de opinión.

Trata de hacer claro que tu estas atacando el reclamo y no al reclamante. Evita, a toda costa, crear la impresión de que tu estas tratando de interferir con las libertades civiles de alguien. No trates de hacer despedir a alguien de su trabajo. No trates de eliminar algún curso o de alguna otra forma te expongas a la censura. Estar a favor de la racionalidad y la razón no debe forzarnos a una posición que parezca estar en contra la libertad académica y las libertades civiles.

3. Has tu tarea. Otra vez, esto va mano a mano con el consejo sobre estar preparado. Siempre que sea posible, no debes tratar de contrarrestar un reclamo paranormal específico sin conseguir muchos de los hechos relevantes. A lo largo del camino debes documentar tus fuentes. No dependas de un informe en la prensa ni por lo que reclama o para los hechos relevantes al reclamo. Trata de conseguir los datos específicos del reclamo directo del reclamante.

4. No vayas más allá de tu nivel de competencia. Nadie, especialmente en nuestros tiempos, puede creíblemente reclamar ser un experto en todos los temas. Siempre que sea posible debes consultar los expertos apropiados. Nosotros, comprensiblemente, somos grandes críticos de reclamantes paranormales que hacen afirmaciones que obviamente están fuera de su competencia. Debemos ser tan exigentes con nosotros. El peor pecado de un crítico es ir más allá de los hechos y la evidencia disponible.

En este particular, siempre pregúntate si verdaderamente tiene algo que decir. Algunas veces es mejor permanecer en silencio que saltar en un argumento que envuelva aspectos que esta mas allá de su competencia presente. Cuando sea apropiado, no tengas miedo de decir “No se”.

5. Deja que los hechos hablen por ellos mismos. Si tú has hecho tu trabajo y has conseguido un abastecimiento adecuado de hechos, la audiencia raramente necesitara de tu ayuda para alcanzar una conclusión apropiada. Ciertamente, tu caso es mucho más fuerte si tu audiencia se le permite llegar a sus propias conclusiones de los hechos. Digamos que Madame X reclama haber localizado físicamente la hija perdida de la Sra. A y has obtenido una declaración de la policía a los efectos que su contribución no ayudó. Bajo estas circunstancias es contra productivo afirmar que Madame X mintió sobre su contribución o que su reclamo fue “fraudulento”. Por un lado Madame X pudo sinceramente, auque equivocadamente, cree que de hecho su contribución si ayudó. En adición, algunos escuchas pueden ofenderse por el tono del criticismo volverse compasivo con Madame X. Sin embargo, si tu simplemente informas lo que Madame X reclamo junto con la respuesta de la policía, no solamente te estas ajustando a la verdad, sino tus escuchas llegaran lo mas probable a sus propias conclusiones.

6. Se preciso. Un buen criticismo requiere precisión y cuidado en el uso del lenguaje. Porque al retar reclamos síquicos, estamos apelando a la objetividad e imparcialidad, tenemos una obligación especial de ser honestos y precisos en nuestras en lo posible. Tenemos que evitar a toda costa hacer afirmaciones sobre reclamos paranormales que no podamos respaldar con evidencia Debemos ser especialmente cuidadosos en este sentido cuando se esta siendo  intervenido por los medios. Debe hacerse Todo esfuerzo para asegurar que los medios comprendan precisamente que estamos y que no estamos diciendo.

7. Use el principio de caridad. Se que muchos de mis compañeros escépticos encontraran este principio desabrido. Para algunos, lo paranormalistas son el “enemigo” y parece inconsistente ceder un poco para darles el beneficio de la duda. Pero ser caritativo a los reclamos paranormales es sencillamente el otro lado de ser honesto y justo. El principio de la caridad implica que cuando haya duda o ambigüedad sobre un reclamo paranormal, debemos tratar de resolver la ambigüedad en favor del reclamante hasta que adquiramos rezones fuertes para no hacerlo. En ese respecto, debemos distinguir cuidadosamente entre estar equivocados y ser deshonestos.

A menudo desafiamos la precisión o validez de un reclamo paranormal dado. Pero rara vez estamos en una posición de saber si el reclamante esta deliberadamente mintiendo o es que esta engañado. Es mas, a menudo tenemos una alternativa en como interpretar o representar los argumentos de un oponente. El principio no dice que trasmitamos la posición del oponente en una forma justa, objetiva y sin emociones.

8. Evita palabras cargadas y sensacionalismo. Todos estos principios están interrelacionados. Los enumerados anteriormente implican que debemos evitar usar palabras cargadas y prejuiciados en nuestro criticismo. Si el proponente resulta que recurre a términos cargados de emoción y sensacionalismo, debemos evitar agacharnos a su nivel. No debemos responder igual.

Esto no es asunto de ofrecer la otra mejilla. Queremos ganar credibilidad para nuestra causa. A corto alcance, ataques emocionales y desafíos sensacionalistas pueden almacenar publicidad rápida. Pero la mayoría de nosotros ve nuestra misión como un esfuerzo a largo alcance. Nos gustaría persuadir los medios y el público de que tenemos un mensaje serio e importante que queremos transmitir. Y que queremos ganar su confianza como un a fuente creíble y fidedigna. Tal tarea requiere siempre mantener en mente los principios científicos y estándares de racionalidad e integridad que queremos hacer universales.

[1] Profesor emérito de psicología en la Universidad de Oregón, es un Fellow y miembro del Consejo Ejecutivo de CSICOP y un miembro de la junta editorial del “Skeptical Inquirer”.

[2] CSICOP eran las iniciales de la organización estadounidense sin fines de lucro Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal y que tras el 23 de septiembre del 2006, para abreviar el nombre, ha pasado a llamarse Committee for Skeptical Inquiry (CSI). CSICOP fue fundada en 1976 por Paul Kurtz y otros escépticos de renombre. Algunos miembros famosos de CSICOP son o han sido, entre otros, Bill Nye, Isaac Asimov, Carl Sagan, Martin Gardner, James Randi y Michael Shermer. El CSI publica el Skeptical Inquirer en inglés y desde hace poco la revista Pensar para el público de habla hispana, así como una larga serie de libros en los que se informa sobre las creencias pseudocientíficas más conocidas.