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MUCHOS SIGLOS ANTES DE HIPATIA YA HUBO MUJERES MATEMÁTICAS

Juan Núñez Valdés. Departamento de Geometría y Topo logía. Universidad de

Sevilla. E-mail: jnvaldes@us.es

Alba V. Olivares Nadal. Departamento de Geometría y Topología. Universidad de

Sevilla. E-mail: alba_3_3_@hotmail.com

Estrella Rodríguez Lorenzo. Departamento de Geometría y Topología.

Universidad de Sevilla. E-mail: estrella_rl17@gmail.com

Marithania Silvero Casanova. Departamento de Geometría y Topología.

Universidad de Sevilla. E-mail: sylnova@hotmail.com

Defiendo tu derecho a pensar porque incluso pensar erróneamente esmejor que no pensar
Hipatia de Alejandría

Resumen

Evidentes razones mediáticas (película Ágora de 2009, biografías, documentales...), unidas a razones ciertamente científicas (obra geométrica, estudio de las secciones cónicas...) han convertido la vida de Hipatia de Alejandría (siglo IV d.C.) en un tema de actualidad. Aunque Hipatia es considerada por la mayoría de los investigadores en Historia de la Ciencia como la primera mujer matemática de la Antigüedad, el objetivo de esta ponencia es mostrar que hubo otras mujeres anteriores a ella que, por su obra matemática, pueden ser merecedoras también de tal distinción. Entre ellas, y por orden cronológico, pueden ser citadas Enheduanna (s. XXV a.C.), reconocida como la primera mujer registrada en la historia de la ciencia y también la primera persona que firma sus escritos; Teano de Crotona (s. VI a.C.), que es la que goza de un mayor reconocimiento entre todas ellas, motivado por su pertenencia a la Escuela Pitagórica, y Aglaonike (s. III a.C.), considerada la primera mujer astrónoma de la Antigüedad debido a su capacidad para predecir eclipses.

Palabra clave: Primera mujer matemática, Enheduanna, Teano, Aglaonike, Hipatia de Alejandría.

Introducción

La inmensa mayoría de los libros dedicados a glosar la historia de las mujeres matemáticas, tema de bastante actualidad, considera a Hipatia de Alejandría (siglo IV d.C.) la primera mujer matemática de la Antigüedad, si bien existen otros, aunque en bastante menor número, que otorgan a Teano de Crotona (siglo VI a.C, y por tanto unos novecientos años anterior a Hipatia) este tratamiento.

En esta línea, el principal objetivo de esta Ponencia es mostrar que también existieron otras mujeres dignas de tal distinción; entre ellas destacamos dos: una muy anterior a Teano y otra posterior, pero anterior a Hipatia. Ellas son, respectivamente, Enheduanna (siglo XXV a.C.), reconocida como la primera mujer registrada en la historia de la ciencia y también la primera persona que firma sus escritos, y Aglaonike (siglo III a.C.), considerada la primera mujer astrónoma de la Antigüedad por su destreza matemática y su capacidad para predecir eclipses.

La Ponencia se estructura en cuatro secciones, dedicadas la primera y la tercera a narrar la vida y obra matemática de Enheduanna y Aglaonike, respectivamente, reservándose la segunda (por motivos puramente cronológicos) a la figura de Teano, si bien de forma mucho más breve al ser ya ella bastante más conocida que las anteriormente citadas. En la última sección, a modo de conclusiones, los autores mostramos nuestros propios puntos de vista al respecto.

1. Enheduanna

El nombre de Enheduanna (en otros textos aparece escrito Hedu’anna u otras caligrafías parecidas) proviene en su lengua original babilonia de las palabras: En (gran sacerdotisa), Hedu (ornamento) y Anna (del Dios del Cielo).

Enheduanna, nacida alrededor del año 2300 a.C., era hija de Sargón I el Grande o el Viejo (? 2334/2370 - ? 2314/2279 a. C.), Rey de Akad que al unir Sumeria y Acadia unifica por primera vez toda la cuenca de Mesopotamia bajo un mismo mandato, dando lugar a un gran reino en el que la dinastía sargoniana se mantuvo durante 140 años, entre los siglos XXIV y XXIII a.C.

La importancia científica de Enheduanna proviene del hecho de que Sargón tenía la potestad de dar altos cargos a miembros de su familia, iniciando esa tradición con Enheduanna. Eso le permitió a ella poder tomar parte desde una edad muy temprana en la actividad política desarrollada por su padre, por lo que pudo asumir un papel estratégico en el espacio religioso como Gran Sacerdotisa vinculada a Nanna (diosa de la luna) y a Inanna (diosa del cielo y de la fecundidad) en la ciudad de Ur, y ello le permitió controlar los conocimientos matemáticos y astronómicos de Sumeria y Babilonia, haciendo construir observatorios dentro de los templos, elaborando los primeros mapas sobre movimientos celestes y creando el primer calendario religioso (todavía en uso por algunas religiones).

Para algunos investigadores, Enheduanna es la primera mujer registrada en la historia de la ciencia y también la primera persona que firma sus escritos. Este hecho se debe seguramente a que casi todos los escritos de aquella época los realizaban los escribas por encargo de sus amos, por lo que no firmaban la autoría; sin embargo, la posición de autoridad de Enheduanna le permitió firmar sus escritos, convirtiéndose por ello en la primera persona en ostentar esta característica.

La existencia de Enheduanna se conoce gracias a la inscripción encontrada al dorso de un disco de alabastro descubierto en 1926 y fechado alrededor de 1900 a.C., que ahora se encuentra en el museo universitario de Filadelfia; en la parte posterior de este disco hay una inscripción en la que se explica que ella es hija de Sargón de Akkad, al que le estaba permitido dar altos cargos a miembros de su familia, iniciando esta tradición con Enheduanna.

De ella se conservan más de cuarenta poemas en tablillas cuneiformes, siendo el Nimesara el más conocido de ellos (véase [website1]). Sin embargo, para un mejor entendimiento de la actividad de Enheduanna como científica y como matemática, es necesario tener conocimiento del papel que desempeñaban las mujeres en la sociedad de Mesopotamia.

En general, los hombres y las mujeres mesopotámicas no tenían los mismos derechos, si bien es cierto que en periodos tempranos las mujeres podían comprar, vender, atender a asuntos legales en ausencia de los hombres, tener sus propias propiedades, prestar y pedir prestado e incluso realizar negocios por sí mismas.

Entre los derechos de las mujeres había grandes diferencias entre las de alto y bajo estatus: las mujeres de estatus privilegiado, en donde estaban incluidas las sacerdotisas (como es el caso de Enheduanna), aprendían a leer y escribir para poder ejercer así una autoridad administrativa considerable, al contrario que las de bajo estatus, a las que no les estaba permitido.

Esta concesión de privilegios a las mujeres de alto estatus es precisamente la que permite a Enheduanna denunciar la injusticia que se comete cuando, después de la muerte de su padre, el nuevo gobernante la releva de su posición como suma sacerdotisa; esta denuncia se recoge en uno de sus poemas, cuya traducción vendría a decir lo siguiente:

“A mí, que una vez me senté triunfante, él me ha apartado del santuario. Como una bocanada de aire me hizo volar por la ventana, mi vida se consume. Me alejó de la corona apropiada para el desempeño del sacerdocio. Me dio la daga y la espada- “te pertenece”- me dijo”.

Los sumerios, uno de los primeros pueblos que poblaron Mesopotamia, dejaron en inscripciones grabadas en tablillas de arcilla una rica información sobre sus actividades. Dividían el día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos, es decir, utilizaban el sistema sexagesimal, y construyeron tablas para facilitar los cálculos. Desde el punto de vista estrictamente matemático, se conocen tablillas en Babilonia relacionadas con las Matemáticas, conteniendo algunas de ellas los cuadrados de los números de 1 al 60 y cubos del 1 al 32, gracias a las cuales y sobre todo a su posición privilegiada, Enheduanna fue capaz de resolver ecuaciones de hasta grado tres. De ahí que no sea descabellado considerarla, como hacen varios autores, no sólo la primera mujer científica de la antigüedad, sino también la primera mujer matemática de la historia.

Mostramos a continuación un ejemplo de la resolución de estas ecuaciones a partir de esas tablillas. Supóngase que se desea resolver la ecuación x 3 + 2x 2 – 3136 = 0. Los pasos que se daban eran los siguientes:

  • Paso 1. Multiplicar por el inverso del coeficiente que acompaña a x 2 , para que su coeficiente sea la unidad. En este caso, multiplicar por 1⁄2: 1⁄2 x 3 + x 2 – 1568 = 0.
  • Paso 2. Hacer el cambio de variable y = x/2:
    • x = 2y -> x 3 = 8y^3, x 2 = 4y 2
    • 1⁄2 x3 + x2 – 1568 = 0  -> 4y3 + 4y2 -1568 = 0 -> y3 + y2 - 392 = 0
    •  y3 + y2 = 392.
  • Paso 3. Buscar en la tabla el número 392; la solución sería y=7.
    • n 1 2 3 4 5 6 7 8 9
      n3+n2 2 12 36 80 150 252 392 576 810
  • Paso 4. Sin embargo, como lo que se busca no es el valor de y, sino el de x, hay que deshacer el cambio: x = 2y, pero y = 7 -> x = 14.

Puede comprobarse que, efectivamente, el valor x = 14 verifica la ecuación 1⁄2x3 + x2 – 1568 = 0.

2. Teano

Teano, nacida en Crotona en el año 546 a.C., es para muchos autores la primera mujer matemática de la Antigüedad, a pesar de que en la escuela de los pitagóricos, donde ella estudió, también estudiasen otras mujeres (en la “Vida de Pitágoras” del historiador Giamblico, aparece un listado de estudiantes de esta escuela en el que figuran 17 mujeres).

No se tiene certeza de quién fue realmente el padre de Teano, destacando Milón (mecenas de Pitágoras) [website2, por ejemplo], el físico Brontino [website4], y Pitonacte [website3]. Aunque la mayoría de las fuentes sostienen que Teano fue discípula de Pitágoras y se casó con él cuando éste ya era viejo, a pesar de la diferencia de edad (unos 30 años), Diógenes Laercio pensaba que era hija de Brontino y mujer de
Pitágoras [website3], mientras que para otros doxógrafos Teano era mujer de Brontino y discípula de Pitágoras. Con la descendencia de Teano ocurre igual que con su matrimonio: sigue existiendo una gran confusión al respecto.

En la época de Teano, la mujer estaba marginada de las actividades científicas, pero en la escuela pitagórica no existían prejuicios ni discriminaciones. Teano estudió mucho y trabajó con gran dedicación, por lo que, al cabo de unos años se convirtió en maestra.

Teano fue considerada un modelo de mujer, madre, esposa y filósofa para las demás mujeres; escribió numerosos tratados sobre matemáticas, física y medicina y fue precursora de la investigación científica.

Como el resto de los pitagóricos, Teano pensaba que el Universo estaba regido por el número; la búsqueda de la perfección y la armonía en las formas y proporciones le llevó a trabajar en el número áureo, Φ (de valor aproximado 1.6180), que aparece con mucha frecuencia en la naturaleza y fue el primer número irracional que conocieron los griegos. Es más, el principal trabajo atribuido a Teano versa sobre la proporción áurea.

Este número llegó al conocimiento de Teano por ser el resultado de dividir la longitud de la diagonal entre la longitud del lado del pentágono que aparece en el signo de la escuela pitagórica: el pentagrama.

Las principales obras que se le atribuyen a Teano son una biografía de Pitágoras, un teorema sobre la proporción áurea, varias aportaciones a la teoría de números, a la teoría de poliedros regulares, a la cosmología, al origen del Universo, a la Física, la Medicina, a la Psicología infantil y un trabajo “Sobre la Piedad”. Además, Teano escribió muchas cartas a amigos y conocidos, en las que exponía parte de su sabiduría adquirida.

Tras la muerte de Pitágoras, fue Teano quien se hizo cargo de la escuela pitagórica, con ayuda de su descendencia, consiguiendo difundir los conocimientos matemáticos y filosóficos por Grecia y por Egipto.

3. Aglaonike

Es sabido que Aglaonike, cuyo nombre significa “victoria de la luz”, nació entre el año 200 y el 400 a.C. en Tesalia, Grecia. Su padre, Hegetor de Tesalia, fue quien le permitió adentrarse en los conocimientos de la astronomía a pesar de su condición de mujer, lo cual en la sociedad de aquella época era un hecho infrecuente.

Aglaonike es considerada la primera mujer astrónoma de la Antigüedad, aunque pudieron ser muchas mujeres las que la precedieron, cuyas historias fueron ignoradas.

Debido a su destreza en matemáticas y a su capacidad para predecir eclipses (conocimiento que probablemente obtuvo estudiando los saros babilónicos), Aglaonike era considerada por sus contemporáneos una bruja capaz de hacer desaparecer la luna a su antojo.

Era tal la situación de la mujer en aquella época, que los hombres prefirieron tildarla de hechicera antes que admitir que poseía conocimientos matemáticos y que era capaz de entender y estudiar esta materia. Esto llevó a la creación de una leyenda en torno a Aglaonike que la cataloga como la malvada hechicera sacerdotisa de Hécate, cuya serpiente venenosa acaba matando a la Eurídice del mito de Orfeo, y que nos recuerda un proverbio griego popular en aquellos tiempos: “Sí, tanto como la luna obedece a Aglaonike”.

Aglaonike alcanzó gran popularidad en Grecia, más por la maldad divulgada acerca de ella que por sus méritos científicos, llegando a aparecer en escritos de Platón, Apolonio de Rodas, Horacio y Virgilio entre otros, lo que contribuyó a granjearle el desprecio de sus coetáneos. Sin embargo, parece que Aglaonike pudo usar este temor infundado hacia su persona como manera de manipular, siendo así respetada por miedo a sus posibles conjuros que hacían desaparecer los astros del cielo. “Quien podía hacer desaparecer la Luna” era el apelativo con que se conocía a Aglaonike, un “sobrenombre” que denotaba más temor que admiración.

Los misterios que envuelven a Aglaonike no terminan aquí, pues según algunas fuentes, una tal Aglanice (nombre por el que también es conocida Aglaonike) que vivió entre los años 1900 y el 1800 a.C. en Egipto, hija del faraón Sesostris, estudió la posición exacta de las estrellas y planetas, contribuyendo con sus conocimientos a la arquitectura y ritos egipcios de la época. En cualquier caso, es difícil saber con seguridad si estas dos mujeres fueron una misma, o bien si Aglanice fue otra mujer sabia cuya historia otros se apresuraron a esconder.

Considerada como la primera mujer astrónoma, Aglaonike fue capaz de predecir eclipses. Es muy posible que “conociera los ciclos de eclipses de Saros, descubierto por los caldeos”, y por eso, como dice Carolina Herschel a la que seguidamente nos referiremos, “puede ser calificada como una astrónoma de la antigüedad”, aunque pasó a la posteridad como visionaria más que como científica, a diferencia de Thales de Mileto, por ejemplo, que, aunque también predijo eclipses, pasó a la posteridad como científico o filósofo natural. A Aglaonike se le atribuye el conocimiento del año cíclico lunar (el saros). “Saros es un período caldeo de 223 lunas, lo que equivale a 6.585,32 días (algo más de 18 años y 10 u 11 días), tras el cual la Luna y la Tierra regresan aproximadamente a la misma posición en sus órbitas, y se pueden repetir los eclipses”.

La anteriormente citada Carolina Herschel, nacida en Hannover en 1750, ha sido una de las mujeres astrónomas más importantes de la historia. Carolina vivió 97 años, y por su falta de autoestima y los prejuicios que en esta época había hacia las mujeres, sólo al final de su vida fue reconocido su trabajo. Ha sido la mujer que más ha contribuido al avance de la astronomía de todos los tiempos. En una carta escrita por ella a una de sus hermanas, carta que se conserva en “The Caroline Herschel Visitor Program”, delInstituto Científico del Telescopio Espacial (Hubble), cuyo objetivo es incentivar la participación de la mujer y las minorías de cualquier parte del mundo en proyectos científicos de la institución, Carolina se refiere a Aglaonike, al igual que a otras mujeres matemáticas, en los siguientes términos (véanse [websites 9,10 y 11]):

“William [uno de los hermanos de Carolina, astrónomo real] está lejos, y yo me estoy ocupando de los cielos. He descubierto ocho nuevos cometas y tres nebulosas nunca antes vistas por el hombre, y estoy preparando un Índice a las Observaciones de Flamsteed, junto con un catálogo de 560 estrellas omitidas del British Catalogue, más una lista de erratas de esa publicación. William dice que se me dan bien los números....

A veces, cuando estoy sola en la oscuridad, y el universo revela otro secreto más, digo los nombres de mis antiguas, perdidas y olvidadas hermanas en los libros que registran nuestra ciencia – Aglaonice de Tesalia , Hypatia, Hildegarda, Catalina Hevelius, María Agnesi - como si las mismas estrellas pudieran recordar. ¿Sabías que Hildegarda propuso un universo heliocéntrico 300 años antes que Copérnico? ¿Que escribió sobre la gravitación universal 500 años antes que Newton? ¿Pero quién la escuchó? Sólo era una sirvienta, una mujer.

¿En qué edad nos encontramos, si aquella era la edad oscura? Y lo es también para mi nombre, que también será olvidado, si no soy acusada de ser una hechicera, como Aglaonice, y los cristianos no amenazan con arrastrarme hasta la iglesia, con asesinarme, como le hicieron a Hypatia de Alejandría, la elocuente y joven mujer que ideó los instrumentos empleados para medir con precisión la posición y movimiento de los cuerpos celestes.

4. A modo de conclusión

Los ponentes pensamos que afirmar con rotundidad quién fue la primera mujer matemática de la Antigüedad no es objetivamente posible. Cierto es que en la mayoría de los recientes trabajos sobre mujeres matemáticas (de muy buena calidad casi todos ellos), los investigadores conceden tal honor a Hipatia de Alejandría, aunque, como hemos mostrado en este artículo, esa afirmación es, cuanto menos, discutible. Es verdad que debido a este hecho, o como consecuencia del mismo, Hipatia es la mujer que actualmente goza de tal consideración, ya que es la que tiene mayor popularidad y a la que se le han dedicado más libros y estudios que a las demás, pero en nuestra opinión, eso no es objetivo.

No obstante, es cierto también que nosotros no podemos caer en el error de considerar a las mujeres objeto de este artículo más importantes o dignas de mayor reconocimiento que Hipatia, ya que probablemente investigaciones y estudios posteriores hagan caer por tierra esta consideración. Una de las cosas que sí puede afirmarse con certeza es que, y esto sí es objetivo, son todas ellas muy anteriores a Hipatia.

En cualquier caso, lo único que pretendemos los autores con esta Ponencia es dar a conocer la vida y obra de algunas mujeres matemáticas claramente anteriores a Hipatia en el tiempo, sin pretender entrar en comparaciones de importancia o dignificación. Esperemos haberlo conseguido.

5. Referencias

  • [1] Mataix, S. (1999): Matemáticas es nombre de mujer. Rubes Editorial S.L.
  • [2] Russel, D, (2007): Hipatia, mujer y conocimiento. KRK Ediciones.
  • [3] Salesas Pla, F. (2009): Hipatia la Maestra. Editorial El Rompecabezas. Madrid.
  • [website1] http://www.cddc.vt.edu/feminism/enheduanna.html (sobre la vida de Enheduanna)
  • [website2] http://hypatia.morelos.gob.mx / (página web de la revista Hipatia, de la Universidad de Morelos (México)).
  • [website3] http://www.raco.cat/index.php/index/raco/ (página web de revistas catalanas de acceso abierto).
  • [website4] http://www.divulgamat.net/(sobre biografías de matemáticos).
  • [website5] http://www.rsme.es/comis/mujmat/mujer-ciencia/ (Sobre mujeres matemáticas. RSME).
  • [website6] http://matematicas.lunadelasierra.org/mujeres/ (sobre mujeres matemáticas).
  • [website7] http://www.cienciaonline.com/ (sobre divulgación matemática).
  • [website8] http://ilce.edu.mx/v5/index.html (página web del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa).
  • [website9] http://extempforaneo.net/wordpress/archives/280 (sobre Carolina Herschel).
  • [website10] http://www.stsci.edu/institute/sd/ch (sobre el Carolina Herschel Visitor Centre).
  • [website11]http://centros5.pntic.mec.es/~barriope/matematicas/web_taller_0203/mujeres/marta/herschel.htm (sobre Carolina Herschel).
  • [website12] http://www-history.mcs.st-and.ac.uk/BiogIndex.html (sobre Hipatia de Alejandría).

Pan y Rosas ("Bread and Roses") - Ken Loach

PAN Y ROSAS, es una película sobre los de abajo, los que engrasan las ruedas de la sociedad con su trabajo, pero que viven en las sombras. Cuenta la historia de inmigrantes mexicanos y centroamericanos que limpian los grandes edificios y oficinas del centro de Los Ángeles, de conserjes que trabajan de día y de noche en condiciones muy difíciles y que son humillados e ignorados por la opulenta sociedad capitalista norteamericana.

La película parte de la lucha de los conserjes por mejores salarios y prestaciones, pero no se queda ahí: es una representación compleja de la vida de los inmigrantes, con sus alegrías y sus pesares, sus sufrimientos, sus amores y odios, su enorme energía, entusiasmo

¡Más, no menos feminismo!

Nos sorprende el “librepensador” Alejandro Gaviria con su columna del domingo 29 de enero titulada el feminismo en la práctica, donde arremete en contra de las mujeres y de su importante movimiento de liberación, que ya cumple varios siglos de existencia en el mundo.

Lo que hace el columnista es repetir las tradicionales babosadas y lugares comunes que, con argumentos más ingeniosos, han escrito ya los cruzados de la reacción en otros momentos: los papas y los obispos, los filósofos de la aristocracia, los emperadores de viejo y nuevo cuño, los literatos de levita y de camándula. Y que lamentable espectáculo ofrece el señor Gaviria al llamar al sexo masculino a un contraataque contra el feminismo, supuestamente para salvar a la humanidad de sus graves peligros. Pero, ¿dónde están realmente los peligros y quienes son las víctimas?

La realidad es que el mundo es completamente intolerable, es un espectro colorido de injusticias, donde sobresalen las desiguales relaciones entre los sexos, con una marcada opresión de la mujer en el terreno económico, político, de acceso a la cultura y al conocimiento científico. Eso no lo inventamos las feministas señor Gaviria, es una realidad reconocida por todos los investigadores honestos en el mundo. El movimiento de liberación de la mujer, es parte de un movimiento más grande que ya cumple varios siglos, por parir una nueva humanidad, por zafarla de fardos tan pesados como la opresión nacional, el racismo, el sexismo, el abismo de clases y se necesita aún mucho más cuestionamiento y cambio, no menos como pretende el columnista.

Poniendo la realidad patas arriba, este señor alega que el feminismo puede causar efectos adversos sobre la educación y el desarrollo personal de los niños y jóvenes, cuando es precisamente al contrario: el contenido patriarcal de nuestra educación está arruinando de hecho la vida de millones y millones de mujeres por todo el mundo, reproduciendo “valores” que afianzan el derecho masculino a disponer de la vida y el cuerpo de la mujer, ya sea mediante la violencia directa contra ellas, ya sea discriminándolas en el trabajo o timando su derecho a acceder en un plano de igualdad a los beneficios del progreso. ¿Será que el señor Gaviria, reconocido investigador social, no conoce las montañas de estudios que confirman esta situación de manera aplastante? Tal vez las conozca, en cualquier caso no le importan y asume una actitud muy cínica, tal vez debido al mundo cómodo en que ha vivido y a su visión interesada de la realidad.

En su fanatismo, el columnista afirma que el comportamiento femenino se convirtió en el patrón de oro. Tamaña mentira: basta mirar la realidad cercana (sino la propia, la de las vecinas) para darse cuenta de los pocos cambios de fondo entre las relaciones humanas (incluidas las sexuales). Sí, es cierto que ha habido ciertos progresos en cuanto a escolaridad femenina, acceso al mercado laboral o modernos métodos de planificación familiar, pero este avance cuantitativo no ha significado una ruptura profunda con las relaciones tradicionales sino más bien se ha dado una reproducción de viejas conductas patriarcales, revestidas de un halo de modernidad y progresismo. Por ejemplo, hoy se puede acceder (y comprar) mujeres a través de Internet, de manera rápida y anónima, un privilegio masculino tan antiguo como el profeta Isaac.

Este señor se escandaliza de las desastrosas consecuencias por la ausencia del padre en la educación de los hijos. Ignora que con frecuencia los padres abandonan a sus hijos (el equivalente de un aborto) al negar su paternidad o abandonar a sus parejas, fenómeno masivo que ya constituye el 25% de todos los hogares colombianos. Eso sí, no dijo nada en el caso del aborto femenino, que se castiga en Colombia como el peor de los crímenes, pero que de hecho es una ley criminal que condena a unas 35.000 mujeres a la muerte cada año. Mueren más mujeres por abortos clandestinos, que todas las muertes por violencia callejera, guerra civil, accidentes de tránsito y suicidios, que de por sí ya constituyen una cifra escandalosa. ¿No le parece esto una desastrosa consecuencia señor Gaviria?

El mundo necesita mucha más liberación femenina y no menos. Tod@ aquel que se atreva a ver la realidad tal como es y a sacar las conclusiones pertinentes, debería exhortar a los hombres junto con nosotras, para que contraataquen a favor de un mundo radicalmente diferente, un mundo sin machismo y sin discriminación de ningún tipo.

Grupo ¡De Pie, Mujer!

Pereira, febrero 6 de 2006

La piedra de la paciencia —El despertar de una mujer afgana

16 de septiembre de 2013. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Por Fatemah Hosseini. La película La piedra de la paciencia abre una ventana a algunos aspectos olvidados de la opresión de la mujer en Afganistán, revelando las formas externas e internas del cruel sufrimiento de las mujeres. Pone al descubierto los profundos y traumáticos aspectos de la brutalidad de las relaciones atrasadas y de las cadenas que aplastan el espíritu de las mujeres.


Atiq Rahimi, director de la película y autor de la exitosa novela en la que está basada, abandonó Afganistán en la década de 1980 durante la invasión soviética y ha estado viviendo en París desde entonces. La película se estrenó en Paris el pasado mes de febrero y se ha estado presentando en diferentes ciudades europeas y hace poco se estrenó en Estados Unidos.

La piedra de la paciencia es la historia de una mujer anónima (interpretada magistralmente por Golshifteh Farahani) de casi treinta años. Su esposo (Hamidreza Javdan), que casi la dobla en edad, está en coma, y es un ex muyahidín sin nombre, con una bala en el cuello. Él no fue herido en la guerra sino en una pelea por honor: alguien le dijo, “escupo en el coño de tu madre”. Toda su familia y sus compañeros combatientes lo abandonaron. La pareja vive en un lugar no especificado en Afganistán durante una guerra no especificada, cuya presencia es constante y amenazadora en sus vidas. Al saber que la guerra está por llegar a la aldea, sus parientes políticos se marchan a un lugar más seguro, dejándola a ella sin ingresos, con dos hijos y con un esposo en coma que hay que cuidar.

Esta película es un largo monólogo en el que esta mujer anónima desahoga todo su sufrimiento ante una “piedra de la paciencia”, en este caso, su esposo. En la mitología persa, una “piedra de la paciencia” es una piedra mágica que absorbe todas las confesiones y secretos que no te atreverías a contarle a nadie. Cuando la piedra se desmorona, nos dicen en la película, “te liberas de todas tus penas, de todo tu sufrimiento”.

Al principio la mujer hace su mejor esfuerzo por atender a su esposo paralítico y mudo. Compra el suero que inserta en el catéter, lo baña, le paga a un mulá para que ore por él, le humecta los ojos —todo para cumplir sus deberes con un hombre que nunca amó. Cuando se le acaba el dinero, la farmacia no le da más suero, el repartidor de agua deja de traerle agua potable y a la vez la guerra se acerca cada vez más con el rugir de los cañones y los tanques haciéndose peligrosamente más fuertes. Ella se debate dolorosamente entre ayudarlo o abandonarlo. Su paciencia se le acaba, su inconformidad comienza a aflorar y empieza a hablar con su esposo.

No tiene amigos ni familiares que le ayuden excepto una tía a la que finalmente logra encontrar después de unos cuantos intentos fallidos. La tía (Hassina Burgan) la aconseja, acepta cuidar sus hijos y a veces le da algo de dinero.

A medida que el monólogo continúa, la mujer revela su traumática historia de vida al esposo, quien es su “piedra de la paciencia”. Vemos que el sufrimiento inmediato de esta joven mujer es sólo la capa superficial de un sufrimiento profundamente arraigado.

Sabemos de su matrimonio arreglado de hace ya diez años. Su marido estaba demasiado ocupado combatiendo como para llegar a la ceremonia de la boda, por lo que ella se casó con su retrato. Durante todos esos años él aparecía sólo ocasionalmente. Casi nunca vivió con él y nunca se sintió amada, ni libre de expresar sus sentimientos. En sus relaciones sexuales sus deseos nunca contaron. Ahora podía besarlo y tocarlo tanto como quisiera. Ahora habla sin miedo. Sus palabras simples pero agudas brotan a veces en susurros, otras veces en llanto, pero todas de una montaña de secretos indecibles anteriormente encerrados en su corazón.

A veces siente que alguien, Alá, está presente para castigarla por el “pecado” que está cometiendo al hablar libremente, y corre hacia el Corán para pedir perdón. Pero no puede detener el caudal de sentimientos contenidos. De hecho, disfruta la libertad de desahogarse de los secretos acumulados por años.

La única persona a la cual puede recurrir es su tía, quien también fue víctima de una tenaz y brutal relación patriarcal. La tía le cuenta su propia historia. Después del matrimonio fue rechazada por su marido porque era estéril y fue enviada con su familia política, en realidad para ser su sirvienta. Cuando su suegro se dio cuenta de que ella era estéril, la violaba todas las noches. Finalmente una noche decidió matarlo y huir.

Sin tener a donde ir se convirtió en prostituta. Los consejos de la tía le dan ánimo a la sobrina para volver a casa y continuar con sus confesiones.

Ella le cuenta a su esposo cómo los hermanos de éste le lanzaban miradas lascivas. La observaban desnuda a través de agujeros en la pared cada vez que ella tomaba un baño.

La guerra está cada vez más cerca y finalmente entra hasta la casa. Un grupo de muyahidines irrumpen, saquean la casa, y matan a un vecino. Ella sobrevive escondiéndose en un cobertizo. Pero más tarde un comandante armado entra mirando cómo usar la casa como puesto de combate. Cuando es informado de un alto al fuego, se vuelve hacia la mujer. Tratando de evitar ser violada, le dice que es prostituta. “Ellos nunca violarían a una puta, ¿sabes por qué?, porque esa clase de hombres no ponen su sucia cosa en un hueco que ha sido usado miles de veces. Pero violar a una virgen los hace sentir orgullosos, eso muestra su virilidad”, le explicó después su tía. El comandante hace un gesto como si la fuera a matar, pero luego se va.

Un joven combatiente que estaba con el comandante y alcanzó a oír secretamente la conversación, regresa con dinero para comprar su cuerpo. Ella trata de resistir, pero él la domina. Aunque se ha producido una violación, esta resulta ser el inicio de una relación entre ellos, ya que el joven vuelve continuamente.

Cuando ella se da cuenta de que ha sido maltratado por el comandante, se siente más cerca de él. Furiosa, va hacia su marido y lo llama “maldito bastardo” por haber sido también un comandante yihadí. “El comandante que se abalanzó sobre mí y quería matarme, diariamente pone un AK-47 en las manos del joven combatiente, y por la noche le pone cascabeles en los pies. El cuerpo del muchacho está cubierto de quemaduras...”.

La confesión más espantosa y difícil es sobre sus hijos. Saca a la luz toda la oprobiosa inmundicia de las relaciones patriarcales. Ella dice que no solo no quería a su primera hija, sino que quería “ahogarla” entre sus piernas.

Continúa con su confesión a la “piedra de la paciencia”: “¿Quieres saber por qué yo no quería a esa niña?... No era tuya... yo no era estéril, ¡tú lo eras!... nadie lo sabía. Tu madre no quería saberlo, ¿recuerdas?

Ella quería que tuvieras otra esposa. ¿Qué me hubiera sucedido?”. En ese momento su tía encontró la solución.

Todas las confesiones y secretos al lidiar con un sistema patriarcal, por esta anónima mujer afgana, son en cierto modo universales. Podrían ser los de cualquier mujer.

La situación de las mujeres en Afganistán no es para nada nueva. Inclusive los invasores imperialistas, que crearon gran parte del sufrimiento de las mujeres de este país, han admitido esto y utilizan esta cuestión como excusa para justificar su invasión y su ocupación, cuando en realidad están persiguiendo sus propios intereses imperialistas a nivel global.

Pero la película va mucho más allá de las denuncias comunes sobre las golpizas y la violencia doméstica contra las mujeres y trata de mostrar algunos de los aspectos invisibles del sufrimiento que padecen las mujeres, explora profundamente las relaciones entre los sexos y la influencia dominante del patriarcado sobre cada aspecto de esas relaciones. Muestra la soledad de las mujeres en un ambiente hostil, alimentado por antagonismos de clase y muestra cómo para sobrevivir a veces ellas son forzadas a tomar decisiones peligrosas y dolorosas. La película nos da una oportunidad de ver y entender más de esos secretos interiores.

El monólogo muestra hábilmente la forma en que las tradiciones envenenan las relaciones entre los sexos. Habiendo crecido bajo la República Islámica de Irán, y enfrentando hoy dificultades con el régimen por sus trabajos actorales, la propia experiencia de vida de Farahani la preparó bien para sacar a la luz de forma magnífica la profundidad del personaje que representa.

Sin embargo la película tiene defectos importantes tanto en lo artístico como en lo político. No conjuga las adversidades y el sufrimiento con la felicidad y la alegría, la tristeza con la esperanza de la gente. Intenta retratar las contradicciones de la vida a través de las confesiones y la vida cotidiana de ella, pero no le presta suficiente atención a la esperanza de la gente. No hay duda de que en un país que ha estado lidiando con guerras sucesivas y destructivas y con intervenciones extranjeras, y que ha sufrido tanto dolor, no hay mucho espacio para la felicidad, pero esto no es todo lo que hay en la vida. No hay tristeza sin alegría, las masas son más dinámicas y pueden encontrar esperanza hasta en los peores tipos de miseria. Los oprimidos muchas veces encuentran lo bello de la vida a pesar de sus condiciones. Ellos buscan la más pequeña señal de esperanza y felicidad en la oscuridad más profunda. La ausencia de este aspecto en la vida de la gente disminuye el dinamismo y la vivacidad de la película y la reduce a una historia de dolor y sufrimiento.

Es cierto que el peso de la guerra empequeñece cada vez más la vida cotidiana de la gente, pero todo lo que oímos o vemos solamente son sirenas, cañones y los disparos de tanque de los comandantes y combatientes yihadistas afganos y sus salvajadas. No hay ninguna pista de dónde viene la guerra o cómo y por qué se le ha impuesto al pueblo. Hay una tendencia a oponerse a la guerra en general como si se tratara de una cuestión abstracta, sin tener en cuenta que esta guerra particular es el resultado de una invasión y ocupación. En algunos momentos hay un intento de mostrar el antagonismo entre la guerra y el amor. La tía dice: “Aquellos que no pueden hacer el amor, hacen la guerra”. Esa es una explicación errónea de esta guerra y de las guerras en general. Además, es importante diferenciar entre las guerras reaccionarias y las guerras mediante las cuales el pueblo resiste y busca su liberación.

Como la causa de esta guerra sin nombre no queda clara, uno podría concluir que la razón de la guerra y la miseria que ésta desencadena son totalmente internas, derivadas de la cultura y de la tradición —de “nuestro propio comportamiento” y “de nuestro propio atraso”. Esta idea es reforzada por el hecho de que todos los combatientes son afganos. Sin embargo, los señores de la guerra yihadíes y los talibanes fueron fomentados, entrenados y financiados por los reaccionarios extranjeros. Sin el papel de Estados Unidos y su aliado Pakistán, las cosas podrían haberse desarrollado de manera diferente. Es sumamente engañoso hablar de Afganistán y de las guerras y todo el sufrimiento que éstas han causado, sin mencionar las brutales invasiones y ocupaciones que han convertido en un infierno la vida de la gente en esta región, especialmente en las últimas tres décadas.

La realidad de las relaciones entre los sexos en Afganistán y en países similares aprisionados por relaciones atrasadas es intolerable, pero estas relaciones no sólo son deformadas por la tradición y la cultura, sino también por el papel que ha jugado a lo largo de la historia la intervención política y militar de las grandes potencias.

A pesar de esos defectos, la película de Rahimi describe poderosamente la fealdad de las relaciones entre los sexos y logra muy bien ir más allá de las denuncias comunes. La película logra hacer que se quieran romper todas las cadenas que oprimen a la mujer.