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Un producto presentado por la misma industria tabacalera como "redentor" que representa un mal mayor.
Ingentes ganancias para ellos y mayor daño para la gente que facilmente cae en eso por estar atrapada en la trampa del consumismo.
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Hace un par de siglos la cantidad de muertes por operaciones y procedimientos quirúrgicos llegaban a un 50%. Luego de la implementación de la antisepsia, el porcentaje bajó hasta un 6% (un número muy alto para los estándares modernos). Adoptar estas medidas no fue fácil, sobre todo porque en un principio no se asociaban las muertes a las causas, ya que apenas se estaba descubriendo la relación entre microbios e infecciones. La transición a una mayor higiene tomó su tiempo, y fue difícil, como lo describe el artículo que compartimos a continuación.
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Profesor de la U. de Antioquia descubre anomalías en la información que presentaron más de 70 agrupaciones para lograr mejor puntaje y más financiación.
Investigadores que pertenecen a cuatro o cinco grupos. Trasteo de producción científica. Adopción de científicos extranjeros para mejorar en los índices de clasificación. Libros que se descomponen en capítulos para subir puestos en el ranking. Resúmenes que pasan por tesis. Atribución de productos que no existen.
Estas y otras son algunas de las anomalías que Luis Fernando Echeverri, investigador de la Universidad de Antioquia y ex director del grupo de Química Orgánica de Productos Naturales, ha detectado en la información que otros grupos en todo el país presentaron a Colciencias el año pasado.
El 20 de octubre de 2009, el profesor Echeverri envió una carta al rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe, con copia a Colciencias, solicitando una auditoría a los datos suministrados por los grupos de la universidad y que habían logrado entrar en las categorías A y A1, los más altos en el escalafón. Después de analizar por cuenta propia el 80% de la información disponible en la plataforma Scienti de Colciencias, está convencido de que existen graves anomalías, tanto en su universidad como en el resto del país.
Según su reporte, en la Universidad de Antioquia 21 grupos presentan inconsistencias y a nivel nacional al menos 70 habrían incurrido en las mismas prácticas. Sólo contando las categorías más altas. “Los productos anómalos contribuyeron a elevar los umbrales de manera artificial”, señaló en la carta, en la que advirtió que “de comprobarse al menos uno de esos casos, el escalafón queda invalidado porque habrá que recalcular todos los umbrales y por ende la clasificación de grupos del año 2008”. Los resultados de esta convocatoria sólo se conocieron este año.
El asunto no es de poca monta. La subsistencia de 3.489 grupos, de los más de 5.000 que se presentaron, depende de una bolsa de dinero que en el año 2009 ascendió a $51 mil millones. Eso sin contar el prestigio nacional e internacional que está en juego. De tener razón el profesor Echeverri, Colciencias tiene entre manos un verdadero lío, que según él ha sido advertido desde el año 2000.
Colciencias
Alexis H. A. de Greiff, subdirector general de Colciencias, reconoce la importancia que tiene la vigilancia que los propios investigadores están haciendo al sistema de selección. Resaltó que el proceso año tras año se ha realizado con transparencia: “Es importante aclarar que Colciencias parte de la buena fe de los investigadores”.
Explicó que hay distintas razones por las que se pueden presentar errores. “Una fuente de error es que la persona metiera mal la información. Otra es el propio sistema, que ha presentado algunas dificultades”, explicó De Greiff y añadió que “el primer interesado en que queden bien clasificados es Colciencias”. En la última convocatoria se recibieron 2.000 solicitudes de aclaración que fueron estudiadas. Según el funcionario, 28 fueron aceptadas y se ajustó el sistema.
¿Que va a pasar si los señalamientos del profesor Echeverri son ciertos? De Greiff aseguró que se realizará una auditoría al proceso, y “si muestra que los investigadores tergiversaron la información, lo que constituye una falta gravísima, se aplicarían sanciones”. En su opinión, la mayor sanción será la de la propia comunidad científica.
13 anomalías más frecuentes
Estas son algunas de las irregularidades más frecuentes:
Duplicar la producción a través de la inclusión de dos elementos a la vez, por ejemplo, un libro y los capítulos del libro.
Incluir la producción de un extranjero o colombiano, que ha realizado investigaciones en el extranjero sin el concurso de un colombiano del grupo.
Mantener en el grupo la producción de un miembro que hace mucho tiempo lo abandono.
Incrementar el valor de un producto atribuyéndolo a un solo autor cuando son varios.
Colocar una fecha que no corresponde.
Clonar la producción de un grupo para que aparezcan dos grupos de igual o similar categoría pero compartiendo un alto porcentaje, si no la totalidad de los productos y/o autores.
Colocar la producción realizada por un autor antes de que se vinculara al grupo.
Leves modificaciones en la citación pueden hacer que el mismo producto se cuente dos veces.
El grupo alcanza la máxima categoría sin el requisito de posgrados.
Se adicionan posgrados de otra institución.
Se atribuyen productos que no pertenecen al grupo.
Un resumen se hace pasar por tesis.
Un artículo de magazín o periódico se hace pasar por un articulo científico.
Inmediatamente después de ingresar a la Casa Blanca, Trump y Pence lanzaron un ataque relámpago fascista a las agencias federales que se tienen que ver con el medio ambiente — y la ciencia en general. Impusieron la censura mediática en la Agencia de Protección Ambiental y los Departamentos de Interior, de Agricultura y de Salud y Servicios Humanos. La información sobre el cambio climático se borró del sitio web de la Casa Blanca el primer día, y Trump ha dicho que detendrá toda investigación sobre el cambio climático en la NASA. El Servicio de Parques Nacionales quedó prohibido de usar Twitter después de que su cuenta de Twitter retuiteó imágenes comparando el tamaño de las multitudes que asistieron a las tomas de posesión de Trump y Obama. Aun antes de la inauguración, los funcionarios de Trump lanzaron una caza de brujas en el Departamento de Energía, exigiendo los nombres de los funcionarios que habían participado en conferencias sobre el cambio climático. El régimen de Trump y Pence ha dejado claro que tiene como objetivo reducir y suprimir el trabajo y la investigación científicos, e impedir que llegue al público.
Al mismo tiempo, Trump y los que lo rodean se esfuerzan diariamente para eliminar la realidad científica e imponer sobre la sociedad un universo falso, un mundo trumpista de “hechos alternativos”. Trump y otros en su régimen simplemente rechazan las conclusiones de científicos alrededor del mundo basadas en décadas de investigación de que el cambio climático representa un peligro sin precedentes para la vida en el planeta. Trump y Pence actúan para, por lo menos, impedir que se hagan importantes aspectos del trabajo científico, y para moldear la ciencia para que sea poco más que una herramienta al servicio de un vil régimen fascista. Los científicos que temen que el régimen de Trump vaya a destrozar los datos cruciales de la investigación sobre el cambio climático ya se apuran a archivar ese trabajo lo más rápidamente posible para protegerlo.
En respuesta a los ataques de Trump contra la ciencia, e inspirados por la Marcha de la Mujer, los científicos han convocado una Marcha por la Ciencia en Washington y en todo Estados Unidos el Día de la Tierra, 22 de abril. En menos de una semana después del anuncio inicial, más de medio millón de personas se unieron a la marcha por medio de su página de Facebook, y su cuenta de Twitter @ScienceMarchDC tenía 325.000 seguidores para el 15 de febrero.
La página web de March for Science / Marcha por la Ciencia dice:
La Marcha por la Ciencia es una celebración de nuestra pasión por la ciencia y un llamamiento a apoyar y salvaguardar a la comunidad científica. Los recientes cambios en las políticas han causado preocupación entre los científicos, y la increíble e inmediata manifestación de apoyo ha dejado claro que estas preocupaciones también comparten cientos de miles de personas en todo el mundo. La caracterización errónea de la ciencia como una cuestión partidista, que ha dado luz verde a los que formulan las políticas para rechazar pruebas abrumadoras, es una cuestión crítica y urgente. Ya es hora para que las personas que apoyan la investigación científica y las políticas basadas en la evidencia tomen una posición pública y alcen la voz.
Somos científicos y entusiastas de la ciencia. Venimos de todas las etnias, de todas las religiones, de todas las identidades de género, de todas las orientaciones sexuales, de todas las capacidades, de todos los estratos sociales, de todas las perspectivas políticas y de todas las nacionalidades. Nuestra diversidad es nuestra mayor fuerza: una riqueza de opiniones, perspectivas e ideas es crítica para el proceso científico. Lo que nos une es el amor a la ciencia y una curiosidad insaciable. Todos reconocemos que la ciencia está en todas partes y afecta a todo el mundo.
La ciencia a menudo es un proceso arduo, pero también emocionante. Una curiosidad humana universal y persistente, es la mayor esperanza para el futuro. Este movimiento no puede y no va a terminar con una marcha. Nuestros planes para cambiar las políticas y llegar a la comunidad se iniciarán con marchas alrededor del mundo, pero es preciso que sigamos celebrando y defendiendo la ciencia en todos los niveles —desde las escuelas locales a las agenciasfederales— en todo el mundo.