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Este importante llamado de científicos está en línea (en inglés) en defendscience.org.
Un llamado urgente de los científicos a:
HOY EN ESTADOS UNIDOS LA CIENCIA, COMO CIENCIA, ESTÁ BAJO ATAQUE COMO NUNCA ANTES.
Las señales se ven en todas partes. El ritmo de los ataques está acelerando con frecuentes intervenciones de poderosas fuerzas, dentro y fuera del gobierno de Bush, dispuestas a rechazar las verdades científicas, trastornar la investigación científica, bloquear el progreso científico, socavar la educación científica y sacrificar la integridad del proceso científico… con el fin de poner en práctica su agenda política. Hoy esa agenda política dominante está profundamente entrelazada con la agenda ideológica extremista (y sumamente anticientífica) de poderosas fuerzas religiosas fundamentalistas conocidas como la Derecha Religiosa. Esos fundamentalistas tienen amplia influencia y representantes en las principales instituciones del gobierno federal, hasta en el Congreso y la Casa Blanca. Esa es una de las principales razones de este ataque sin precedentes contra la ciencia.
Es común y corriente que el gobierno actual niegue fondos, censure informes científicos y socave de otras formas la investigación científica que podría descubrir hechos que no quiere oír; que manipule, tergiverse o censure directamente descubrimientos científicos que no le gustan; que cambie las comisiones científicas para que den recomendaciones sobre temas tan diversos como la salud pública y el medio ambiente basadas menos en las conclusiones científicas y más en lo que dicta el gobierno.
La situación es tan grave que más de 6,000 científicos ya han firmado la declaración "Restaurar la integridad científica" de la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados), que critica al gobierno de Bush por "abuso de la ciencia"; asimismo, la revista Scientific American publicó un editorial titulado "Bush-League Lysenkoism: The White House Seeks to Bend Science To Its Will" (Lysenkoismo de Bush: La Casa Blanca busca doblegar la ciencia a su voluntad).
CONSIDEREN LO SIGUIENTE:
Y eso no es todo: ¡hoy, en el siglo 21, el jefe del gobierno, George W. Bush, no acepta que la evolución es un hecho científico! ESTO ES INACEPTABLE.
El presidente dice: "En cuanto a la evolución, todavía no se ha establecido cómo Dios creó la tierra", y luego mira con satisfacción mientras los creacionistas atacan la evolución en los salones de clase, los museos, las bibliotecas, las librerías gubernamentales y hasta los cines IMAX y de ciencias.
No, señor presidente, YA está establecido. LA EVOLUCIÓN ES UN HECHO; ES UNO DE LOS HECHOS MÁS COMPROBADOS Y MEJOR DOCUMENTADOS DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA. NEGAR Y ATACAR LA EVOLUCIÓN ES NEGAR Y ATACAR UNO DE LOS HECHOS MÁS FUNDAMENTALES DE LA NATURALEZA Y LA REALIDAD, Y UNA DE LAS PIEDRAS ANGULARES MÁS CRUCIALES DE TODA LA CIENCIA MODERNA.
La evolución no es tema de "polémica" en la comunidad científica: para la abrumadora mayoría de los científicos de Estados Unidos y de todo el mundo, es un hecho comprobado. La evolución está tan rotundamente demostrada como el hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol: o sea, es una verdad científica comprobada que, hace varios siglos y por mucho tiempo, fue atacada y reprimida por una inquisición religiosa, lo que causó grandes daños a la ciencia y la humanidad. No podemos permitir, y no permitiremos, que lo mismo pase con la evolución.
Por lo tanto, nosotros, los científicos y los miembros de la comunidad científica suscritos, hacemos llegar este llamado urgente a toda la sociedad para que cada persona acepte el desafío de DEFENDER LA CIENCIA.
Seamos claros: muchos que tienen creencias religiosas pueden y deben apoyar este llamado a DEFENDER LA CIENCIA. No se trata de que la ciencia destruya la religión. Se trata de defender la ciencia ante una agenda política derechista específica que, junto con una ideología fundamentalista que interpreta textualmente la Biblia, busca poner en práctica un programa que fundamentalmente pervertirá y minará la ciencia y el proceso científico.
Los científicos pueden ser ateos o agnósticos, o tener varias creencias religiosas; pueden cubrir todo el espectro de opiniones políticas. Pero una cosa que la abrumadora mayoría de los científicos tienen en común es que entienden que, al realizar investigación científica y aplicar el método científico, es esencial tomar como punto de partida el conocimiento científico acumulado, el caudal de pruebas científicas comprobadas sobre la realidad, adquiridas por medio de observación y experimentación científicas concretas y sistemáticas, y sujetas a rigurosa revisión y prueba científicas. De ahí partimos los científicos, esa es nuestra fundación, cuando proponemos investigar la realidad y hacer nuevos descubrimientos. De esa manera se ha practicado y ha avanzado la ciencia durante siglos, y esto le ha permitido beneficiar a la humanidad de innumerables formas.
La ciencia genuina nunca toma como punto de partida un conjunto de "creencias" subjetivas, "opiniones" o "edictos basados en la fe" transmitidos por autoridades religiosas o laicas que se colocan por encima del cuestionamiento, las pruebas y la investigación de los seres humanos. Incluir en el proceso científico suposiciones religiosas o de otra índole, no sustentadas por los métodos científicos y que, por definición, no se pueden probar por métodos científicos, destruiría la ciencia como ciencia.
En conclusión: no podemos aceptar una situación en que se bloquea la investigación científica o se invalidan sus conclusiones porque no obedecen a los objetivos del gobierno, a los intereses corporativos o a la ideología de los fundamentalistas religiosos; en que el dogma impuesto por el gobierno y las autoridades religiosas ocupa el lugar de la ciencia; en que se suprime el enfoque científico de buscar explicaciones naturales de los fenómenos naturales. Debemos exigir una atmósfera que permita a los científicos indagar la verdad, incluso cuando la verdad está en conflicto con las opiniones y las medidas de los que detentan el poder; una atmósfera que estimule el espíritu científico, que aprecie la educación científica y la popularización del método científico, que aliente a la sociedad a captar cómo y por qué las cosas son como son; que tome como punto de partida para la investigación de la realidad todo lo que hasta hoy ha aprendido la humanidad y todo lo que se ha comprobado repetidamente.
ESTÁ EN NUESTRAS MANOS. ES HORA DE TOMAR UNA POSICIÓN CLARA Y DEFINITIVA EN DEFENSA DE LA CIENCIA. ESTO ES DE IMPORTANCIA CRUCIAL Y URGENTE, PARA LOS CIENTÍFICOS Y PARA LA SOCIEDAD ENTERA, LA HUMANIDAD Y LAS GENERACIONES FUTURAS.
LO QUE SE PUEDE HACER
Los científicos y miembros de la comunidad científica:
Firmar y circular este llamado; recaudar fondos para imprimirlo en periódicos por todo el país y el mundo; hacer que lo adopten asociaciones científicas y educativas, y otras instituciones; exhortar a participar.
Miembros de la sociedad civil:
Reproducir y difundir este llamado; correr la voz; aportar ideas sobre cómo se debe librar esta batalla crucial; unirse a la comunidad científica y demás para librarla.
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Lista parcial de los firmantes de la declaración Defender la ciencia:
Gerardus 't Hooft, profesor de Física teórica, Universidad Utrecht, Holanda, ganador del premio Nobel en Física de 1999
Marc Davis, profesor de Astronomía, Universidad de California en Berkeley, miembro de la Academia Nacional de Ciencias
Paul Ehrlich, profesor de Estudios demográficos, Universidad Stanford
Donald A. Glaser, PhD, ganador del premio Nobel en Física, profesor de Física y Neurobiología, Universidad de California en Berkeley
Roger Guillemin, MD, PhD, ganador del premio Nobel en Medicina y Fisiología en 1977, miembro de la Academia Nacional de Ciencias
Michael G. Hadfield, profesor de Zoología, Universidad de Hawai
Carl Heiles, facultad de Astronomía, Universidad de California en Berkeley
John G. Hildebrand, professor de Neurobiología, Universidad de Arizona
Gerald T. Keusch MD, decano asociado de Salud Global, Centro Médico, Universidad de Boston
James L. Kinsey, profesor de Química, Universidad Rice, miembro de la Academia Nacional de Ciencias, 1991
Herbert Kroemer, profesor, ganador del premio Nobel en Física de 2000
Harold Kroto, profesor de Química, Universidad Florida State, ganador del premio Nobel, 1996
Paul C. Lauterbur, profesor de Química y Ciencias Informáticas Médicas, Universidad de Illinois, ganador del premio Nobel, 2003
Jean-Marie Lehn, profesor, Strasbourg, Francia, ganador del premio Nobel en Química, 1987
Geoff Marcy, profesor de Astronomía, Universidad de California en Berkeley
Christopher F. McKee, facultades de Física y Astronomía, Universidad de California en Berkeley, miembro de la Academia Nacional de Ciencias
Douglas Osheroff, profesor de Física, Universidad Stanford, ganador del premio Nobel, 1996
Kevin Padian, profesor, facultad de Biología integrativa, Universidad de California en Berkeley
Stephen R. Palumbi, profesor de Ciencias biológicas, Estación Marítima Hopkins, Universidad Stanford
David Politzer, Universidad Caltech, ganador del premio Nobel en Física, 2004
Theodore A. Postol, profesor de Ciencias, Tecnología y Política de Seguridad Nacional, Universidad MIT
Donald Prothero, profesor, universidades Caltech y Occidental College
Irwin Rose, profesor de Fisiología y Biofísica, Universidad de California en Irvine, ganador del premio Nobel en Química, 2004
Edwin E. Salpeter, profesor emérito, Ciencias físicas, Universidad Cornell, miembro de la Academia Nacional de Ciencias y la Sociedad Real (Reino Unido)
Randy Schekman, profesor de Biología molecular y celular, director del centro de investigación de células madre, Universidad de California en Berkeley,
Andrew Sessler, ex presidente de la Sociedad Americana de Física, miembro de la Academia Nacional de Ciencias
Peter Singer, profesor Ira W. DeCamp de Bioética, Universidad Princeton
Ardea Skybreak, autora de Science of Evolution (La ciencia de la evolución)
E. Donnall Thomas, ganador del premio Nobel de 1990, Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson
Wm J. Welch, profesor de Astronomía, Universidad de California en Berkeley
Dr. Charles Yanofsky, profesor emérito de Ciencias biológicas, Universidad Stanford, recibió la Medalla Nacional de Ciencias, miembro de la Academia Nacional de Ciencias
"La Ciencia de la Evolución y el mito del Creacionismo"...
Saber qué es real y por qué importa.
Acaba de imprimirse en español, este texto de la bióloga norteamericana Ardea Skybreak [1]. El libro resume la evidencia científica acerca de la evolución y refuta las arengas anticientíficas de los fundamentalistas religiosos, que organizan campañas para desacreditarla e imposibilitar su estudio. Los fundamentalistas más extremistas (los “creacionistas”) sostienen que los animales, las plantas y los seres humanos no han evolucionado en lo más mínimo, que no tienen raíces comunes ni interrelación alguna, y que han existido inmutables desde la creación de la Tierra por un Ser sobrenatural. Pero en el curso del último siglo y medio, los científicos del mundo entero han comprobado la teoría de la evolución y actualmente no tienen la menor duda sobre su veracidad fundamental. Al contrario, se considera una de las teorías mejor fundamentadas de la ciencia, tan innegable como el hecho de que la Tierra es redonda y gira alrededor del Sol. De hecho, muchísimos avances de la ciencia moderna se basan en la teoría de la evolución y no existirían sin ella. La evolución es un concepto tan elemental para la comprensión de toda la vida que a menudo los científicos citen el comentario del famoso genetista Theodosius Dobzhansky: “La biología no tiene sentido salvo a la luz de la evolución”.
Pero a pesar del consenso científico, los creacionistas persisten en su demencia. Por eso, es preciso conocer los conceptos básicos de la evolución y captar el proyecto social y político de los fundamentalistas religiosos, que fomentan confusión e ignorancia de dichos conceptos. Es necesario profundizar lo suficiente para reconocer que sus argumentos carecen de bases científicas y son fundamentalmente incorrectos, incluso cuando tengan nuevos matices, como la nueva corriente de Diseño Inteligente que admite que han ocurrido cambios evolucionistas, pero afirma que la gran diversidad y complejidad de la vida no hubiera sido posible sin la intervención de un “Diseñador
Inteligente”.
El ataque inclemente de los creacionistas contra la evolución es parte de un ataque más general contra el pensamiento crítico, la ciencia y el pensamiento racional mismo, apoyado por círculos dominantes que no están interesados en que la gente piense por sí misma y se forma una idea real de cómo es el mundo. Estas fuerzas no están interesadas en que la gente entienda que toda la vida, incluidos los seres humanos, llegamos a existir no por un acto de dios sino a través del funcionamiento de la naturaleza. Esto socava el núcleo del dogma religioso sobre la verdad infalible de las escrituras, la realidad de que hay un dios todopoderoso y el supuesto “lugar especial” de los seres humanos en la “creación de dios.”
El libro responde interrogantes como: ¿Qué es la evolución y cómo sabemos que ocurrió (y sigue ocurriendo)?, ¿Por qué son falsos los argumentos de los creacionistas y por qué son tramposos sus métodos?, ¿Por qué dar esta batalla hoy?, ¿Cómo surgió toda la maravilla de diversidad y complejidad de la vida de este planeta sin la intervención de un “Diseñador Inteligente”?
También es una invitación a todos aquellos que tienen conocimientos científicos, a contribuir para difundir la ciencia de la evolución a más y más gente, empezando por los colegios donde poco se enseña la evolución, a las universidades donde aún no se dan los debates con la suficiente profundidad, y a la sociedad en general.
El libro no presupone grandes conocimientos científicos. Aporta elementos a quienes ya tienen conocimientos “básicos” y quieren abordar cuestiones más avanzadas, así como a aquellos que “nunca han sido buenos para la ciencia” o que no han tenido la oportunidad de conocer la teoría de la evolución. El texto demuestra que la ciencia no es tan
misteriosa ni compleja (aunque quieran que parezca así), y en todo caso puede ser
estudiada paso a paso (y los que conocen más ayudarán a los que conocen menos para
que todos puedan avanzar).
Examinar la evidencia científica de la evolución y refutar las posiciones retrógradas del fundamentalismo religioso y el creacionismo es de suma importancia para:
Es importante captar la conexión que existe entre la agenda fundamentalista religiosa y
cuestiones como la criminalización del aborto, la opresión de la mujer, el hambre de millones, el afán desenfrenado de ganancias, las guerras de agresión y el saqueo del planeta. Las altas esferas del poder se apoyan en estas ideas para arremeter contra la ciencia como parte de un proyecto muy reaccionario que busca devolvernos a una época de “oscurantismo de alta tecnología”. La batalla por defender la teoría de la evolución tiene grandes implicaciones para la ciencia misma, y también para la lucha política e ideológica. Es decir, es bastante importante.
A los amantes y defensores de la ciencia, corresponde entender la situación y dejar hablar a esta valiosa voz.
Corriente Progresista de Intelectuales - Eje Cafetero
Precio: 36.000
Más Información y Pedidos a través del correo electrónico: cinforo@gmail.com o a través de nuestra página de contacto.
1. Ardea Skybreak, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo, Editorial Tadruí, Primera Edición en español, Bogotá, 2009 (ISBN: 978-958-97358-5-5). Traducido de la Primera Edición en inglés, publicada en 2006 por Insight Press, Chicago (ISBN: 0-9760236-5-2).
En "Ciencia y Anticiencia" se incluyen tres ensayos en los que se critican las tendencias irracionales que acosan aún a la humanidad.
En estos ensayos, el autor plantea las razones por las que las personas buscan a la religión, y plantea una visión científica del universo, en la que nos corresponde a nosotros buscar las respuestas y resolver los problemas sin recurrir a lo divino o a lo místico.
También plantea la pregunta sobre si el Universo fue o no diseñado.
Precio: 3.000
Más Información y Pedidos a través del correo electrónico: cinforo@gmail.com o a través de nuestra página de contacto.
En "Ciencia y Religión" el autor realiza un análisis comparativo entre el método de conocimiento de la ciencia y el método dogmático de las religiones. El primero se basa en la evidencia y en la razón, mientras que el segundo se basa en el dogma, en la autoridad, en las revelaciones y en la tradición.
De allí que el autor plantee a la Ciencia y a la Religión como posiciones antagónicas irreconciliables. La verdad científica está siempre en construcción, no es una verdad establecida o definitiva. La religión, por otro lado, se basa en la creencia ciega y absoluta.
Dichas concepciones y métodos son radicalmente opuestos.
Precio: 3.000
Más Información y Pedidos a través del correo electrónico: cinforo@gmail.com o a través de nuestra página de contacto
Cora Sadozky es una intelectual argentina que en los años 70's escribe un ensayo que pasa a ser un referente en la naciente disciplina de la sociología de la ciencia (lo que se conoce hoy endía como "Ciencia, Tecnología y Sociedad").
En "Investigación Científica y Dependencia" Cora Sadozky demuestra como la Educación Universitaria en Latino América se encuentra financiada por grandes fundaciones Norte Americanas, y de esta forma determinan la investigación que se realiza y con qué fin.
Un científico que se someta a los lineamientos del sistema obtiene acceso a muchos recursos, mientras que aquel que no lo haga se ve muy limitado en lo que puede realizar.
Precio: 3000
Más Información y Pedidos a través del correo electrónico: cinforo@gmail.com o a través de nuestra página de contacto