LA HISTORIA DE KINSEY
Una película recorre la vida de Alfred Kinsey, el investigador que hace medio siglo desmitificó muchas creencias sobre las conductas sexuales
ISABEL ESPIÑO
Liam Neeson, caracterizado como Kinsey
Mujeres insatisfechas, varones bisexuales y clientes habituales de meretrices.... Estas fueron algunas de las conductas sexuales que Alfred Kinsey sacó a la luz hace más de medio siglo, desmitificando muchas de las creencias que había hasta el momento. Era el 'informe Kinsey', la primera encuesta científica masiva acerca de las conductas sexuales humanas. Hollywood acaba de llevar a la gran pantalla su vida.
El filme, en el que Liam Neeson interpreta al investigador, ha tenido muy buena acogida entre los críticos cinematográficos, pero ha despertado las protestas de grupos religiosos y conservadores, como ocurrió en su día con el 'Informe Kinsey'.
Pese a sus más de 800 páginas y a estar plagado de gráficas, estadísticas y un árido lenguaje científico, este libro (que en realidad se llamaba 'Conducta sexual del varón') se convirtió en todo un 'best-seller' hace más de medio siglo. Salió a la venta en enero de 1947 y, para mediados de marzo, ya había vendido 200.000 ejemplares.
En la obra, "Kinsey documentaba un gran abismo entre las actitudes sexuales y las prácticas reales", comenta un artículo sobre el investigador, publicado el año pasado en el 'American Journal of Public Health' ('AJPH'). A partir de unas 5.000 entrevistas, desvelaba que casi el 46% de la población masculina había tenido relaciones tanto homo como heterosexuales, casi el 70% había tenido algún encuentro con prostitutas y, entre los varones casados, la mitad había mantenido alguna 'experiencia' extramarital.
La versión femenina del informe ('Conducta sexual de la mujer', publicado en 1953) también desmitificó muchas otras creencias sobre la sexualidad. Según Kinsey, la mitad de las mujeres tenía relaciones antes del matrimonio, un tercio nunca había experimentado satisfacción sexual y la cuarta parte de las casadas tenía alguna experiencia extramarital.
Estudiar el sexo como un entomólogo
En este caso, se había basado en casi 6.000 entrevistas a mujeres. Y es que para describir las conductas sexuales humanas, Kinsey empleó métodos taxonómicos de la biología. Él era, en realidad, un biólogo que dedicó sus primeros años académicos al estudio de las avispas de agallas (examinó y midió unos 35.000 ejemplares).
Su introducción en el mundo de la sexualidad fue, más bien, por casualidad. En 1938, Kinsey accedió a impartir lecciones sobre los aspectos biológicos de la sexualidad en su universidad (la Universidad de Indiana). Los estudiantes le pedían más información sobre las conductas sexuales y esto, junto con su propia experiencia sexual (problemática al comienzo de su matrimonio), le hizo ver que existía un "abismo en nuestro conocimiento", según sus propias palabras.
Fue entonces cuando Kinsey comenzó a mantener entrevistas con los estudiantes para discutir sus experiencias sexuales y problemas para compilar, examinar y clasificar sus respuestas. "Transfirió su obsesiva preocupación por la variación entre las avispas a las variedades de la experiencia sexual humana", comenta el artículo del 'AJPH'.
Una investigación que sigue vigente
Los trabajos de Kinsey fueron clave para sacar la homosexualidad a la luz y alimentaron el movimiento feminista
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Portadas de revistas, artículos en la prensa, listas de 'superventas'... Después de publicar su 'Informe Kinsey', el investigador estadounidense se convirtió en toda una figura de los medios de comunicación, pero, "a diferencia de la mayoría de las sensaciones mediáticas, su influencia no ha disminuido. Continúa creciendo", comenta un artículo publicado este año en 'Archives of Sexual Behavior', firmado por Vern Bullough, profesor en la Universidad de California y autor de numerosos libros de sexología.
Lo cierto es que muchas de las conclusiones de sus informes ya se habían propuesto como hipótesis durante las décadas anteriores, especialmente por parte de Freud y sus seguidores. Pero nadie había conseguido reunir evidencias sobre las pautas reales de conductas sexuales. Sólo había datos basados en varias decenas o, como mucho, unos cientos de historiales.
"La sexualidad que creó Kinsey tuvo un enorme impacto que liberó a muchos individuos del estigma de anormalidad. Su configuración de la visión actual del sexo es su contribución más importante, más que cualquier hallazgo específico que haya realizado", reza el mencionado artículo, bajo el significativo título 'El sexo nunca volverá a ser lo mismo: las contribuciones de Alfred Kinsey'.
"Entre otras cosas, fue clave para sacar la homosexualidad a la luz y para sentar las bases de la aceptación pública de su existencia. También tuvo gran fuerza en animar a los 'gays' y lesbianas a organizarse y 'salir del armario'. Amenazó mitos largamente mantenidos acerca de la sexualidad femenina y su investigación alimentó el movimiento feminista, que ha llevado a una mayor igualdad entre los sexos".
"Hizo posible hablar abiertamente sobre las relaciones sexuales prematrimoniales, sobre la masturbación, sobre el sexo oral (...). En resumen, cambió el modo en que pensamos sobre el sexo", concluye Bullough.
La sexología hoy
Este área de investigación sigue teniendo retos. "Los americanos siguen teniendo una apremiante necesidad de información precisa sobre la sexualidad. Cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual o cómo sostener una relación sexual sana y placentera a lo largo de la vida deben convertirse en conocimientos comunes", señaló recientemente Gilbert Herat, director del National Sexuality Resource Center (NSRC), en la conferencia 'Kinsey hoy'.
"Hoy estamos lidiando con temas sobre la sexualidad sobre los cuales la gente nunca había pensado: los hijos del 'baby boom' envejecen y se mantienen sexualmente activos mucho más tiempo que cualquier generación anterior, los derechos sexuales de personas discapacitadas y la población inmigrante poco familiarizada con las 'reglas del juego' sexuales de la sociedad americana. La apertura a la investigación y conocimiento sobre la sexualidad son más necesarias que nunca, ahora que nos embarcamos en el siglo XXI", advierte Herat.
El decálogo del 'Informe Kinsey'
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Con el mismo mimo que examinaba avispas en sus inicios. De este modo, Alfred Kinsey realizó las entrevistas en las que se basaron sus famosos informes: 'Conducta sexual del varón' (1947) y 'Conducta sexual de la mujer’ (1953).
Para ambos informes, se realizaron más de 11.000 entrevistas cara a cara, con hasta 500 ítems. Las entrevistas continuaron tras la publicación y, entre 1938 y 1956 (cuando murió el investigador) se calcula que Kinsey y sus tres colaboradores interrogaron a más de 17.000 personas.
Estas son algunas de las conclusiones que, hace medio siglo, desmitificaron las creencias sobre las conductas sexuales: