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Ciencia y Pueblo en China - Capítulo 4 - Institutos de Investigación

Reportaje de CIENCIA PARA EL PUEBLO.

Una visión reveladora sobre el papel y uso que la ciencia tiene en la vida del pueblo chino.

H. BLUME EDICIONES

Rosario, 17 – Madrid – 5

Primera edición española 1979


I.S.B.N. 84-7214-173-X

CAPÍTULO 4.

Institutos de Investigación

La investigación científica en los Estados Unidos se simboliza por cuellos blancos, edificios de aire acondicionado, luces fluorescentes y un impresionante equipo electrónico en manos de los expertos.Hay una puerta entre el laboratorio y el mundo exterior, y esta puerta está, normalmente, cerrada para retener el aire acondicionado dentro y a los profanos afuera. Los chinos están tratando de crear un tipo diferente de investigación, un sistema en el cual el trabajador de la investigación y el de la producción estén unidos para servir al pueblo; en el cual cada uno entienda los saberes y contribuciones del otro, y en el que, finalmente, las distinciones entre profesionales y obreros sean eliminadas y sus trabajos plenamente integrados.

Los trabajadores chinos de la investigación están interesados, preeminentemente, en la resolución de los problemas prácticos y en servir las necesidades inmediatas de la agricultura, la producción industrial y la asistencia médica. Los problemas fundamentales de la investigación se entiende que surgen de las cuestiones prácticas y que están enlazados a una necesidad demostrada, no simplemente imaginada, de los científicos. Pero el acento sobre la investigación aplicada no es el rasgo distintivo de la ciencia china. Más importante son la motivación y el método del trabajo de investigación. Todas las instituciones que conocimos repitieron la importancia de trabajar con las masas (populares) y aprender de ellas. Esta es la perspectiva política que determina la vía en la que trabajan los investigadores para la resolución de los problemas prácticos.

Los científicos van a las granjas y a las fábricas donde se aplica su trabajo, viven con los campesinos y obreros y participan en la rutina normal del trabajo y del estudio, desempeñando también, su papel técnico. En el curso de estas visitas enseñan a la gente de las localidades las bases teóricas de los variados problemas prácticos con los que se enfrentan. Las personas de estas poblaciones, a su vez, toman parte en el trabajo de investigación y ayudan a los científicos. Las movilizaciones de masas, como la del trabajo de control de insectos en Pekín o la campaña contra el cáncer de Shangai, tienen prioridad sobre el trabajo científico. Seguramente el trabajo con las masas sirve para la reeducación política de los trabajadores profesionales y para darles la dirección de su investigación. En cada instituto de investigación observamos la evidencia de este fuerte lazo entre la ciencia y el pueblo. Es la puerta abierta (del laboratorio) al exterior.

Instituto de Tecnología de Computadores de Shanghái.

En Shanghái visitamos uno de los centros de investigación de computadores. El Centro de Computadores de Shanghái comenzó a funcionar en 1969 y en 1972 se creó el germen de lo que es ahora el Instituto de Tecnología de Computadores de Shanghái. La tarea del Instituto, según nos explicaron, es descubrir los caminos por los que los computadores sirvan conjuntamente a la industria y a la investigación científica posterior. El computador científico debe también servir "a la política proletaria y a la producción socialista", lo que significa que la tecnología debe ser controlada por el pueblo trabajador y utilizada para mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de la vida en general.

La teoría y la práctica están vinculadas en el trabajo del Instituto. Los problemas teóricos de la investigación científica sobre computadores están implícitos en los usos prácticos. Trabajando en las fábricas en las que los computadores se construyen y se comprueban, los científicos obtienen un mejor entendimiento de las máquinas y de su montaje. Por el contrario, la mayoría de los programadores en los Estados Unidos tienen una idea muy escasa de cómo se fabrican o de cómo funcionan.

Miembros del Instituto describen el tipo de trabajo para los que se utiliza el computador. La mayoría son para lo que podríamos llamar programación científica: problemas matemáticos de ingeniería, análisis estadístico, análisis de la estructura de los cristales, etc., es decir, en sentido opuesto a la programación comercial o a la información de sistemas. Entre otros grandes proyectos está la aplicación a los métodos de programación lineal para problemas del tipo de operaciones con funciones de producción o construcción de naves.

No mucho después de nuestro retorno de China, Peking Review informaba de la finalización del primer computador chino con 1.000.000 de datos por segundo. Evidentemente los que nosotros vimos no eran los computadores chinos más avanzados.

En nuestras visitas a las Universidades de Tsinghua y Futan observamos otros computadores. El computador de la segunda generación de Tsinghua, en Pekín, fue construido por los estudiantes y se utiliza en la enseñanza científica. Esta Universidad fue escenario de una intensa lucha durante la Revolución Cultural cuando las facciones rivales del movimiento de estudiantes disputaban sobre cómo debía dirigirse la Universidad y quién la debía gobernar. Preguntamos en el centro de computadores si estos aparatos habían sido un caballito de batalla dentro del campus. No nos respondieron con claridad, y se interesaron mucho al oír que en las Universidades americanas durante los movimientos estudiantiles de los años 1960s, los centros de computadores fueron, en repetidas ocasiones, lugar de protesta de estudiantes opuestos a la política universitaria. En Tsinghua, sin embargo, los computadores son únicamente usados para la enseñanza y la investigación, y no como instrumentos de la Política administrativa o del poder. Como en otros lugares inesperados, la frase "Servir al pueblo" estaba escrita, en gruesos caracteres, en lo alto del computador.

Después de la visita al Instituto de Computadores de Shanghái, varios de nuestros anfitriones nos llevaron a la fábrica de barrio Tiradores de Puertas de Shanghái. Las fábricas de barrio, pequeñas empresas de las cercanías de las ciudades chinas, son de propiedad colectiva de la gente que trabaja en ellas. Los obreros son, predominantemente, antiguas amas de casa y otras personas que no estaban anteriormente integradas en la fuerza de trabajo. Los productos de estas fábricas varían desde la artesanía a los circuitos integrados, según los conocimientos y materiales disponibles en la zona.

Esta fábrica de barrio tenía 437 trabajadores, 80% de los cuales eran amas de casa con preparación casi nula. Los productos principales son tiradores de puertas y "gatos" para los automóviles. En 1970, nos explicaron, la fábrica estableció una sección de computadores; 74 de sus obreros empezaron a reunirse con miembros del Instituto de Tecnología de Computadores de Shanghái y del Departamento Científico de Computadores de la Universidad de Futan, en Shanghái, para estudiar si era posible montar computadores en su fábrica. El equipo de tres-en-uno (investigación, educación y producción integradas en equipo) se propuso construir computadores avanzados de la tercera generación. Tuvieron que superarse muchos obstáculos, especialmente la falta de formación de los obreros en la fábrica de barrio. Algunos no tenían ni idea de lo que era un computador. Aun así, en un año y medio terminaron el primero. El segundo fue acabado un año después: el aparato que habíamos visto en el Instituto de Computadores. El tercer computador se acabó después de tres meses de trabajo y esperan terminar cuatro más este año.

Los obreros de la fábrica de barrio pasan gran cantidad de su tiempo aprendiendo de los computadores a medida que los montan. Muchos visitan el Instituto y la Universidad, así como otras fábricas, para aumentar su conocimiento, y una cuarta parte del tiempo de trabajo se emplea estudiando fundamentos de electricidad, electrónica y arquitectura del computador. Nos dijeron que los obreros aprenden con rapidez porque están implicados en los procesos que estudian, y el trabajo mejora como resultado de su creciente comprensión.

Los investigadores de la Universidad y del Instituto hacen algo más que contribuir a los planes y diseños de los computadores de la fábrica. Emplean un día a la semana trabajando conjuntamente con los obreros de las fábricas. Los trabajadores de computadores dicen que científicos y obreros aprenden unos de otros. Ambos consideran las combinaciones de tres-en-uno de Instituto, Universidad y Fábrica un importante paso hacia el objetivo de la eliminación final de la distinción entre trabajo intelectual y manual. En la fábrica de barrio seguimos algunos de los pasos que se dan en la construcción de un computador.


Instituto de Química en Pekín.

A través de todo nuestro viaje encontramos científicos chinos ávidos de contactos con sus colegas americanos y de compartir las experiencias comunes. Recibimos una cálida bienvenida en el Instituto Químico de Pekín, donde fuimos saludados por un grupo que incluía miembros de un comité revolucionario. La mayor parte de la charla inicial la dirigió Liu Ta-Kong, director de actividades del Instituto y que parecía ser su científico más veterano. Pertenecía al comité revolucionario, pero cuando se referían a él, le llamaban "profesor", lo que nos indicó que existe un sistema de administración más antiguo que sigue normas académicas, junto al nuevo de comités revolucionarios. Liu nos contó que el Instituto se estableció en 1957, y ahora tiene unos 600 trabajadores, la mitad de los cuales son graduados universitarios e investigadores expertos. Un centenar de los miembros del personal ha tenido algún tipo de estudios universitarios y 30 ó 40 han estudiado en el extranjero. Alrededor del 40% de los investigadores son mujeres.

"Nuestro trabajo está, en su mayoría, conectado con la producción industrial" nos dijo Liu, "y se aplica el concepto de tres-en-uno (investigación, educación y producción integradas en equipo). Los que van a las fábricas se enfrentan a los problemas prácticos y aprenden de los obreros. De estos problemas prácticos, descubriremos los fundamentales para la investigación básica". La mayor parte de la investigación en el Instituto se hace sobre química de polímeros. Un polímero es una gran molécula compuesta de multitud de unidades químicas repetidas. Las propiedades del material dependen de la naturaleza de las unidades. Géneros como el rayón y el nylon, adhesivos como las resinas especiales, y todos los plásticos, son tipos diferentes de polímeros sintéticos.

La comparación del equipo de laboratorio con el existente en los Estados Unidos se planteó, inevitablemente, durante nuestra gira por el Instituto. La diferencia más clara es el pequeño número de instrumentos analíticos avanzados, los cuales han supuesto el mayor desarrollo de la química en las dos pasadas décadas.

La mayoría de los equipos de vanguardia están localizados en un centro único, en lugar de estar distribuidos por los distintos laboratorios como en América. Gran cantidad del trabajo que vimos realizar en el Instituto no requiere tal instrumental; por supuesto, la investigación está adaptada, normalmente, al equipo disponible. Durante nuestra discusión Ch'ien Hen-yan, que había estado en Estados Unidos, mencionó la falta de estos equipos como un defecto.

Casi todo el equipo restante de los laboratorios aparentaba ser de fabricación casera, aunque aprovechable. En la mayoría de los laboratorios que visitamos, el investigador tenía una ficha que exhibía la estructura o proceso químico en el que trabajaba y, frecuentemente, una muestra del producto para ilustrar las aplicaciones prácticas del proceso. Era algo semejante a "Mejores condiciones de vida a través de la Química".

Otro ejemplo del desarrollo del proceso que vimos, se refería a laminados de poliamida reforzados, que son capas de cristal que quedan unidas por una poliamida polímera en un sólido bloque. Este material es útil para varias aplicaciones en electrónica. Wo Yao, una mujer de más de treinta años, nos explicó los problemas con el proceso. Pequeñas moléculas se reúnen para formar otras de tamaño medio, creando un material llamado resina. Para formar el producto final, la reacción ha de ser completada, en este caso, con calor.

El problema era que se necesitaba un disolvente y el único apropiado, el dimetil formamida, presentaba graves dificultades para su utilización por su elevado punto de ebullición y su alta toxicidad para los trabajadores. Wo Yao había sido capaz, modificando la composición química de la resina, de producir otra variedad soluble en alcohol y agua, resolviendo el problema de la toxicidad y consiguiendo, a su vez, una materia más fuerte.

Por contraste, la investigación de otro laboratorio no tenía aplicación inmediata. Fotoconductores orgánicos, materiales cuyas propiedades eléctricas cambian cuando se golpean con una onda luminosa de una longitud determinada, se comprobaban en un aparato relativamente complejo, aunque de fabricación casera, compuesto de fuentes de luz, métodos para cronometrar el tiempo y un osciloscopio. La investigadora que nos atendía nos dijo que este proyecto había comenzado después de la Revolución Cultural, que era únicamente exploratorio, y se había puesto en pie porque se pensaba que podría ser interesante, ya que los fotoconductores orgánicos podrían servir, en la práctica, mejor que las alternativas inorgánicas.

Cuando estuvimos en China las actividades de las instituciones se relacionaban siempre con la Revolución Cultural, y el principal tema de discusión se basaba en las transformaciones desde dicho período. Pero los cambios no eran siempre fáciles de entender. Una concepción previa que teníamos acerca del efecto de la Revolución Cultural en la ciencia consistía en que encauzó todos sus esfuerzos dentro de los campos de la aplicación, haciendo justificable el trabajo científico sólo en términos de utilidad directa. Sin embargo, este efecto fotoconductor había sido tomado como objeto de la investigación después de la Revolución Cultural, específicamente porque era un efecto de interés y no por su valor práctico inmediato.

A diferencia de las universidades, el Instituto de Investigación de Química permaneció en funcionamiento durante la Revolución Cultural, igual que ciertos sectores productivos, como las fábricas. Unos pocos laboratorios cerraron durante un tiempo, pero según Liu Ta-Kang "el trabajo continuó, en su mayor parte, en condiciones normales. Nuestra labor política fue, principalmente, luchar contra la ideología burguesa. La mayoría de los miembros dirigentes del instituto permanecen aún aquí". Añadió que un gran parte de los miembros han ido a trabajar a las fábricas o al campo de una u otra forma, excepto los viejos o los enfermos.

Los institutos de investigación, más que las universidades, constituyen el grueso de la ciencia experimental de laboratorio en China. En el pasado, los estudiantes graduados en la Universidad investigaban en el Instituto, y probablemente seguirán haciéndolo en cuanto vuelvan a abrirse las escuelas superiores. Los miembros del Instituto piensan que algunos querrán volver cuando las necesidades de la educación superior hayan sido resueltas. Sin embargo, dudan que los grados superiores (posgrados) sean concedidos, porque tales títulos impulsan la división de los investigadores con respecto a las masas (populares). Aunque la educación universitaria para no graduados ha sido revisada y reinstituida a través de la Revolución Cultural, los estudios para graduados (posgrados) están siendo discutidos para su revisión, y las escuelas superiores, tal como se conocen en Estados Unidos, permanecían cerradas en la época de nuestra visita. Los planes discutidos con nosotros indican que algunas volverían a abrirse en breve.

En otras especialidades, como la medicina, la revisión de los planes de estudio ha significado el acortamiento del período de enseñanza, no incluyendo, de esta forma, en dichos planes a lo que se entiende por "graduados", pero los médicos están completamente capacitados. En las escuelas de leyes, por otro lado, no se esperaba la reapertura, por la revisión del sistema de justicia criminal, que abandona los careos entre las partes en favor de un proceso de investigación que no necesita fiscales. En general, las distinciones occidentales entre trabajo de graduados y de no graduados debe desaparecer, aunque las carreras en los diferentes campos diferirán en extensión.

Aprendimos en el Instituto de Química que la política internacional está mezclada hasta en el arcano terna de la nomenclatura química, la cual es fundamental para cualquier tipo de comunicación internacional sobre la ciencia. Los chinos tienen su propio sistema que tratan de adaptar al usado internacionalmente. Nos comentaron que no mantienen contacto con la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, el cuerpo oficial internacional de la especialidad, porque Taiwán está incluido entre sus miembros.

Se plantearon varios puntos de comparación entre la investigación científica en China y en Estados Unidos. Uno de ellos fue la motivación para la aplicación de la química a nuevos productos industriales. Los nuevos productos para los que tienen que crearse necesidades, artificialmente, y las mejoras productivas que colocan a los trabajadores en paro, son símbolos, para nosotros, del desarrollo tecnológico americano. No sucede lo mismo en China. Allí la aplicación tecnológica está motivada por las necesidades de la población. El término "plásticos" tienen una significación peyorativa en América. Cuando nos mostraban el poliuretano adhesivo para tejidos (iniciativa original de los obreros de la fábrica), uno de nuestro grupo dijo "nosotros tenemos esto en Estados Unidos, también, pero no va bien". El origen de nuestra actitud negativa hacia la innovación técnica es claro: surge del hecho de que el primer objetivo de ésta en Estados Unidos es el beneficio, y después, quizá incidentalmente, mejorar la calidad de vida del pueblo.

Otro de los puntos comparados es que parecen aún existir ciertos aspectos de una forma más antigua de investigación. Este laboratorio ha continuado funcionando durante la Revolución Cultural, y la estructura de la toma de decisiones en el Instituto mantiene al menos algunas características de la jerarquía profesional. Sin embargo, se daban otras prácticas en los laboratorios —grupos de estudio político, reuniones de crítica y auto-crítica, trabajo manual en fábricas y otras semejantes— que estaban destinadas a eliminar las distinciones entre trabajadores profesionales y no profesionales. La transformación de las formas de investigación científica es un proceso que está aún en desarrollo y no es algo que el Instituto esté empeñando en realizar independientemente. Esto forma parte del cambio revolucionario de todas las instituciones que ha comenzado por el Partido Comunista, y que se intenta que afecte profundamente a la sociedad entera. En nuestro país, muchos miembros de nuestro grupo hemos discutido e impulsado las prácticas democratizadoras en nuestros lugares de trabajo, pero entendemos que esto es de alguna manera tratar de crear una isla con una correcta práctica social, sin el necesario cambio en la sociedad de conjunto; y una práctica social aislada, pero correcta, es una "contradicción".

La transformación de los institutos de investigación en China, está estimulada por su conexión con la industria. Los investigadores visitan las fábricas en las cuales se aplican sus resultados, donde discuten los problemas con los obreros de la factoría y permanecen un tiempo realizando labores manuales y estudiando política con los trabajadores. Este proceso conlleva una remodelación ideológica, pero a su vez da a los investigadores una mejor idea de lo que es la producción realmente y una observación de primera mano del uso de los experimentos. Los obreros de la industria, también miembros de los equipos de tres-en-uno, visitan en correspondencia el Instituto. Discuten los problemas sujetos a estudio y toman parte en la vida general del Instituto, por ejemplo en los grupos de estudio político. Además, el Instituto de Química tiene una "casa abierta" cada semana, en la cual los representantes llegados de cualquier fábrica pueden discutir las soluciones técnicas. Una vez más la puerta de la investigación está abierta al exterior.

Este tipo de contacto diario en el curso del trabajo es, probablemente, muy importante en la determinación de las actividades de los intelectuales chinos. La participación de las masas (populares) en la rutina normal de los científicos hace mucho más arduo olvidar las lecciones de las Escuelas de Cuadros Siete de Mayo (así llamadas por la directriz de Mao Tse-tung de esta fecha en 1968). Estas escuelas se establecieron en el campo durante la Revolución Cultural, y muchos intelectuales de la ciudad y cuadros (dirigentes) permanecieron un tiempo en ellas, realizando trabajo manual y estudio ideológico.

La labor que estas personas realizan en las fábricas o en las comunas populares tiene, frecuentemente, estos mismos propósitos.

Otro importante aspecto de la investigación china es que se da más importancia a la obvia cooperación en la propagación de los descubrimientos científicos, que a la competencia dirigida al mantenimiento de la posición dominante de un investigador, laboratorio o departamento. Los adhesivos, géneros sintéticos y fábricas de plásticos de Pekín no compiten unos con otros por los mercados o por más altos beneficios. Consecuentemente comparten los resultados de la innovación científica en lugar de ocultarlos. Los laboratorios están para compartir experiencias, ya sea a través de "casas abiertas" o por medio de instituciones como la Estación de Intercambio Científico y Tecnológico de Shanghái. No esperan ganar la delantera en una carrera hacia la oficina de patentes.


Instituto de Genética de Pekín.

El Instituto de Genética de la Academia de Ciencias de China en Pekín, como sus contrapartidas en zoología, bioquímica y entomología, es una de las importantes instituciones que apoyan la agricultura china. Su amplio edificio, al final de las afueras de la capital, está rodeado por los campos. Estuvimos allí una mañana, visitando laboratorios y hablando con científicos y administradores. Como era frecuente en las instituciones científicas, un miembro del personal de edad avanzada que había estudiado en el extranjero, nos sirvió de traductor adicional. En este Instituto, Hu Han, mujer menuda, afable, de mediana edad, que había estudiado genética fisiológica en la Universidad del Estado de Ohio, fue nuestra intérprete y resultó particularmente provechosa en la clarificación de las palabras técnicas oscuras.

Antes de 1949, no había Instituto de genética en China. En 1951 fue creada una oficina de genética con sólo 20 personas. En 1959, cuando la Academia de Ciencias creó el Instituto de Genética, el personal había crecido hasta 70 miembros. Ahora trabajan aquí 350 personas, incluyendo a más de 200 científicos y técnicos. El Instituto estaba dirigiendo experimentos en tres especialidades: 1) Estudios sobre la transmisión y variación de las características genéticas, una especialidad sobre la que se realizan investigaciones referentes al trigo tardío y al arroz, a partir de granos de polen, además de pruebas con la patata y la batata; 2) Estudios sobre heterosis y esterilidad masculina, efectuándose trabajos genéticos sobre maíz y sorgo; 3) Estudios sobre la estructura y función del material genético principal del ácido desoxirribonucleico, o DNA, que incluye estudios sobre genética bacterial.

El primer laboratorio que visitamos estaba relacionado con la genética de la patata. Hablamos allí con Chiang Hsin-ts'un, un investigador que se había graduado en la Universidad Agrícola de Pekín en 1959, y que trabajaba con patatas desde entonces. Nos dijo que habían cultivado patatas blancas plantando trozos de tubérculos viejos, sobrantes de la cosecha del año precedente. Esto requiere un almacenamiento en invierno de una cantidad de patatas cada año para que sirvan como "simientes", para la siguiente generación. En el centro y el sur de China, los problemas de la degeneración de las patatas almacenadas ha obstaculizado seriamente el desarrollo de estas zonas, por su importancia fundamental como recurso alimenticio. Antiguamente tenían que embarcarse hacia el sur grandes cantidades todos los años.

Los investigadores en el Instituto han trabajado sobre el problema durante varios años, pero ahora son muy críticos respecto al método con el que lo abordaban antes de la Revolución Cultural. Se apoyaban demasiado unilateralmente, nos dijo Chiang, sobre el conocimiento libresco, tanto del extranjero como chino. Durante la Revolución Cultural empezaron a poner más énfasis en el estudio del problema sobre el terreno, con los campesinos, y desde entonces su actividad ha mejorado. Ahora creen que aunque la degeneración de la patata depende, en gran medida, de las características hereditarias de las variedades cultivadas, los métodos de cultivo y almacenamiento tienen una gran importancia. La conclusión de que el problema que están considerando no está gobernado, primariamente, por factores nacidos en su propia especialidad de estudio (la genética en este caso), es un avance de gran importancia en la actitud ante la ciencia.

En cada país occidental sin excepción, los científicos han chocado repetidamente sus cabezas contra los muros de sus propias limitadas especialidades, intentado resolver, por un estrecho camino técnico, problemas que requieren una amplia visión y un conocimiento desde distintos campos de la ciencia.

Chinag comentó que antes de la Liberación algunos campesinos ricos de la provincia de Anhwei, en China Central del Este, habían aprendido el proceso de preservación de la patata, pero lo guardaron en secreto para elevar el precio de las simientes. A partir de esta experiencia, concluye: "Si trabajamos bajo una línea correcta, la ciencia puede servir al pueblo. Si la ciencia está en manos de los terratenientes y capitalistas, no puede servir al pueblo".

El laboratorio trabaja con batatas, así como con patatas. Estas pueden cultivarse por esquejes tomados de brotes de tubérculos. Los campesinos se quejan de que una popular variedad, la Victoria 100, ha deteriorado grandemente, la cantidad de sus rendimientos. Los tests mostraron que las producciones disminuyeron en un promedio de 30%. Trabajando estrechamente con los campesinos cultivadores de batatas, los investigadores hallaron que aquéllos tendían a escoger largos tallos para los esquejes, porque era más fácil cortarlos que los más cortos. Sucedía que entre los simples tubérculos, hay una variación genética según la longitud de los esquejes. Seleccionando largos tallos para los esquejes, la gente escogía plantas con tendencia hereditaria a producir largos vástagos y bajos rendimientos. Los investigadores buscaron en otras variedades de batatas y encontraron el mismo fenómeno: una tendencia hacia más largos tallos y a más bajos rendimientos. Para contrarrestar este impulso, los trabajadores del Instituto seleccionaron tallos más cortos durante muchas generaciones y, en el proceso, crearon veinte variedades nuevas, una de las cuales, Pekín Rojo, aumentó las producciones de un 20 a un 30%.

Durante nuestra visita al laboratorio de la patata planteamos la cuestión de cuál es la concepción corriente de los genetistas chinos acerca de T.D. Lysenko, el controvertido agrónomo que una vez dominara la genética soviética. Lysenko se oponía a la genética clásica occidental sobre la base de que era "idealista y metafísica" y atacó a figuras históricas de la importancia de Mendel y Morgan por sus hipótesis de genes imaginarios y su negación de la influencia del medio ambiente sobre la herencia de los organismos (la herencia de los caracteres adquiridos). A sus ideas, Lysenko, opuso las teorías de Michurin, ruso, trabajador de los ferrocarriles, ya retirado, que había logrado un gran éxito en la reproducción de árboles frutales. Durante un período de tiempo, en términos generales de 1948 a 1956, Lysenko utilizó su importante influencia dentro del Partido Comunista Ruso, para suprimir el debate entre las dos escuelas de pensamiento, y determinó una virtual prohibición sobre los experimentos guiados por los principios de la genética clásica. Hemos oído que en China, durante el mismo período, las ideas de Lysenko tuvieron un fuerte apoyo, especialmente en los institutos de investigación agrícola, y que los científicos chinos que prosiguieron con la genética clásica estuvieron, intelectualmente, a la defensiva.

En 1956 Lysenko perdió parte de su poder en la Unión Soviética y el enfrentamiento entre las escuelas genéticas del pensamiento en China se hizo mucho menos unilateral. En 1957, Mao dio una charla muy famosa: "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo" en la cual adelantó ideas acerca de cómo deberían tratarse las disputas científicas en un país socialista:


Pensamos que es perjudicial para el florecimiento del arte y de la ciencia el que se usen medidas administrativas para imponer un estilo particular de arte o escuela de pensamiento y prohibir otro. La cuestión de lo que es correcto o incorrecto debería plantearse por medio de libres discusiones en los círculos artísticos y científicos y en el desarrollo del trabajo práctico en las ciencias y en las artes. No se deberían plantear de una manera esquemática. Un período de prueba es necesario, normalmente, para determinar qué es lo correcto y qué lo incorrecto.

Cualesquiera que fueran las situaciones particulares que Mao podía tener en mente cuando dijo estas palabras, son una crítica efectiva sobre el tratamiento de la disputa en genética, tanto en China como en la Unión Soviética. Aproximadamente desde 1956 en adelante parece que las escuelas michurinista y clásica han coexistido en genética en China. En este contexto planteamos nuestra pregunta sobre Lysenko. La siguió una pausa; de nuevo pronunciamos su nombre para asegurarnos que lo habían escuchado, y entonces todos ellos rompieron en una viva discusión, que no fue nunca traducida. Al final la respuesta llegó: "Lysenko piensa que la degeneración de la patata se induce por las altas temperaturas. Nosotros pensamos que esta teoría no es correcta". Persistimos con otra pregunta acerca de las teorías más generales de la genética de Lysenko, y nos replicaron que se puede dar en algunos casos que las condiciones externas o del medio ambiente influencien los caracteres internos o genéticos, pero incluso si este es el caso, las condiciones externas no son el factor principal. En conclusión, ellos nos dieron la opinión de que la controversia es en efecto un problema teórico que no ha sido aún estudiado con mucho detalle. Quizá el enjuiciamiento del período de Lysenko se está desarrollando todavía en China.

Nos marchamos luego a un laboratorio donde se experimentaba con el desarrollo de un trigo nuevo y con variedades de arroz, usando métodos muy sofisticados. Los investigadores Ou-Yang, Ts'un-wey y Ch'en Ying nos explicaron que emprendieron el proyecto en respuesta a los campesinos que se quejaban de la tardanza excesiva en el desarrollo de nuevas variedades de cosechas. Los métodos tradicionales de cría de nuevas variedades actúan fuertemente sobre el desarrollo de líneas "puras" o genéticamente homogéneas, que se cruzan después por un sistema controlado, con el fin de producir los resultados deseados. Estas líneas puras se crían con vistas a la uniformidad genética, cruzando familias próximas durante muchas generaciones, normalmente en una proporción de una o dos generaciones al año. Puesto que cada generación dura largo tiempo, la producción de líneas puras es lenta y supone una tarea de años el desarrollo de nuevas variedades.

El grupo hizo hincapié sobre las interacciones con los campesinos, explicando que estos han dado la bienvenida, a las variedades desarrolladas usando la técnica de línea pura. Los campesinos visitan frecuentemente su laboratorio y ellos, a su vez, trabajan en los campos para desarrollar las nuevas variedades, algunas de las cuales han sido ahora probadas en la provincia de Heilung-Kian, en el noroeste de China, y en las afueras de Pekín.

Preguntamos si realmente intentan enseñar a los campesinos unas ideas tan complejas coma los sistemas genéticos haploide-diploides. Nos contestaron así:


En general no introducimos entre los agricultores ideas a un nivel tan abstracto. Pero con el concepto de haploide-diploide tuvimos que hacerlo, puesto que todo el trabajo nos obligaba a ello. Tratamos de usar un lenguaje sencillo y vimos que era más fácil la explicación a través del personal científico local. Los jóvenes intelectuales, la nueva generación surgida en el campo, tienen ya una cierta formación, por lo que es mucho más fácil enseñarles cuando vienen al laboratorio.

Esto corrobora lo que hemos aprendido por todas partes sobre el papel crucial jugado por la comuna, y por los grupos científicos de la brigada, en la preparación del conocimiento científico en las zonas rurales. Y también nos da una pequeña idea de la transformación forjada en el campo debido a la difusión de la educación que realizan las escuelas de bachillerato elemental.

En el último laboratorio que visitamos, en este Instituto, cuatro investigadores nos describieron sus experimentos en la esterilidad masculina y en la hibridación del sorgo y del maíz. Estos trabajadores de la investigación estaban entusiasmados por su colaboración con los campesinos, y veían clara la conexión entre los avances políticos nacionales y los progresos en su investigación. El trabajo que realizaban sobre la esterilidad masculina empezó en 1958, durante el Gran Salto Adelante. Se celebró durante la Revolución Cultural cuando hicieron más estrecha su colaboración con los campesinos, y en cuatro años fueron capaces de desarrollar más de diez nuevas líneas masculinas estériles y cuarenta variedades de cosecha, todas de sorgo. La esterilidad masculina es una condición genética mutante, en la cual las flores de este sexo son imperfectas y producen un polen no funcional. Cuando las plantas de una línea masculina estéril se cultivan en un terreno con una variedad que produce polen normalmente, todas las semillas de las plantas masculinas estériles serán el resultado de la fertilización de la variedad productora de polen. Esta semilla hibrida, o semilla resultante del cruce de dos variedades diferentes de padres, produce frecuentemente plantas que resultan ser más vigorosas y productivas que las de cualquiera de las variedades de los padres. Tales cruzamientos de plantas se dice que muestran "vigor hibrido", cuyo término técnico es "heterosis". La semilla hibrida tiene un gran potencial para el aumento de la producción. Todos los terrenos de maíz americano, por ejemplo, se cultivan a partir de semillas hibridas.

Nuestros anfitriones nos dijeron: "El movimiento de masas en el terreno científico está creciendo rápidamente para la promoción del desarrollo socialista de la agricultura. Junto con los campesinos y obreros y con otras instituciones científicas, nos encontramos con problemas que hay que resolver. Uno de estos problemas es el aborto de flores femeninas en las líneas de esterilidad masculina, que concluye con la ausencia absoluta de semillas. Después de estudiar los terrenos con la ayuda de los campesinos, los investigadores llegaron a la conclusión que las técnicas de cultivo, periodo de siembra, fertilización, abastecimiento de agua, luz y ventilación, afectan la tendencia al aborto de las flores femeninas. Modificando algunas de estas condiciones, eran capaces de resolver el problema. Durante la realización de este trabajo vieron, asimismo, que el grado de esterilidad masculina en las líneas masculinas estériles se modifica con las variedades y con los factores climáticos, siendo más elevado en el norte y en grandes altitudes.

Al final de nuestra visita al Instituto de Genética preguntamos a nuestros anfitriones sobre el futuro de la investigación allí. En nuestro recorrido por los laboratorios habíamos notado la llamativa ausencia de jóvenes investigadores; los científicos más jóvenes que vimos habían asistido a la Universidad en la primera mitad de los años 1960s. El desnivel de edades entendimos que refleja el impacto de la Revolución Cultural, y es debido a que durante varios años no han salido graduados de las Universidades. Algunos universitarios nos dijeron que las próximas promociones de graduados volverían tras sus estudios a la producción en la agricultura y en la industria. Los que nos acompañaban suponían que parte de los investigadores futuros vendrían directamente de un medio campesino, aunque también otro porcentaje se reclutaría entre graduados que llegarían directamente al Instituto, en vez de volver a la producción. Deducimos que todas estas cuestiones están siendo todavía activamente consideradas y debatidas.


Instituto de Bioquímica de Shanghái.

En 1965 China anunció que los científicos del Instituto de Bioquímica de Shanghái habían tenido éxito en la síntesis de insulina biológicamente activa. La insulina es una proteína que contiene cincuenta y un aminoácidos. La tarea de componerlos dentro del material sintético fue una gran conquista científica que sorprendió al Oeste casi tanto como el Sputnik lo había hecho años antes. Desde aquella época a la actual había tenido lugar la Revolución Cultural, por lo que sentíamos gran curiosidad en ver cómo los cambios sociales afectaban al laboratorio que se dedicó a esta investigación tan importante. K'un Chiang-Fu, miembro dirigente del comité revolucionario del Instituto, nos hizo un resumen de algunos de los cambios:


Debido a la interferencia de la línea revisionista de Liu Shao-ch'i, antes de la Revolución Cultural había muchos aspectos perniciosos en nuestro trabajo de investigación. Durante la Revolución Cultural seguimos la dirección del presidente Mao y repudiamos la línea revisionista; línea que separa la teoría de la aplicación práctica, la del encumbramiento de los expertos, la que divide a los intelectuales separándoles del pueblo trabajador. En la actualidad nos adherimos estrechamente a la línea revolucionaria del presidente Mao, que consiste en que la ciencia debe servir al pueblo y a la política proletaria y que la investigación científica debe relacionarse con el trabajo productivo. Durante la Revolución Cultural nuestro Instituto formó un comité revolucionario que incluía a miembros viejos, de mediana edad y jóvenes... Nuestros investigadores fueron al campo y a las fábricas a reeducarse con los obreros y campesinos. Ahora, aparte de las cuestiones de análisis teórico, estudiamos también muchos problemas de aplicación práctica.

Esto suena como a la línea del Partido y en efecto lo es. Pero en China esto no es peyorativo, como lo sería en los Estados Unidos. Efectivamente, la introducción de K'ung aparentaba ser una declaración sucinta, y con palabras muy meditadas, sobre la situación en el Instituto a la vista de su más reciente historia. Nos recordó lo que nos dijeron otros intelectuales que encontramos en China a raíz de situaciones similares.

El Instituto de Bioquímica comparte un edificio con el Instituto de Fisiología. Fundado después de la Liberación como un Instituto no especializado, el personal se dividió en dos disciplinas científicas después de que comenzara el período del Gran Salto Adelante. Empezó a funcionar con 50 miembros y ha crecido hasta los 380. En la actualidad cuenta con cuatro divisiones principales: síntesis de proteínas, estructura y función de las enzimas, ácidos nucléicos y metabolismo. Como centro productivo, el Instituto incluye la Fábrica de Productos Bioquímicos Viento del Este, que tiene por finalidad suministrar los materiales necesarios para el trabajo de la síntesis de la insulina, y que también dispone en la actualidad de ramificaciones que se encargan del suministro de productos químicos a otras instituciones. El taller de máquinas del Instituto, además de la conservación, fabrica analizadores automáticos de aminoácidos (para la determinación de la estructura proteínica), evaporadores de vacío y colectores fraccionados.

La labor de síntesis de proteínas es el logro más famoso de este Instituto. Es interesante considerar la motivación subyacente para el impulso de un proyecto de este tipo, el cual a primera vista parece estar al margen de las prioridades de la investigación aplicada. Sólo se podría producir una pequeña cantidad de esta proteína, con lo que para usos médicos los recursos naturales seguirían siendo el suministro apropiado. Una de las justificaciones que adujeron era puramente política. Hu Shih-ch'uan, dirigente del laboratorio número uno de síntesis de proteínas, declaró:


Nuestro líder, F. Engels, dice que la proteína es una forma de vida. Sintetizándola a partir de productos químicos demostramos la justeza del materialismo y desacreditamos el idealismo, que sostiene que las sustancias biológicas pueden obtenerse solamente de la materia viva.

El camarada Hu, uno de nuestros anfitriones en Shanghái, había ido en 1972 a Estados Unidos formando parte de un grupo oficial de científicos. Hablando personalmente con él durante nuestra estancia en Shanghái, nos quedó claro que la base abstracta del proyecto, como él la describió, fue una de las razones más importantes para que se emprendiese el trabajo.

Por supuesto había también aspectos prácticos. El trabajo de síntesis es utilizable para la alteración de la estructura de la proteína, pudiendo de esta manera entenderse las relaciones de dicha estructura con la función hormonal. Por otra parte, las técnicas desarrolladas en la síntesis de la insulina se empleaban en la síntesis de productos químicos llamados péptidos, que son pequeñas moléculas del mismo tipo que las proteínas y apropiadas para sintetizarse en cantidades comerciales o experimentales. El laboratorio estaba fabricando ya oxitocina, una hormona péptida, en porciones de cien gramos. La oxitocina se produce en la glándula pituitaria, ayuda a regular la presión de la sangre y es utilizada en la investigación de la hipertensión. Puesto que las enfermedades relacionadas con la presión arterial elevada, particularmente la apoplejía, son una de las causas principales de mortandad en China, esta labor tenía una prioridad clara en cuestión de investigación sanitaria.

Un trabajador de este laboratorio, que estaba junto a un modelo de molécula de insulina, nos dijo que "después de la síntesis, la actividad cristalográfica de los rayos X se había completado en tres años. Esto mismo había sido estudiado en Occidente durante muchos años". Esta afirmación, una de las pocas que escuchamos que podría sugerirnos una cierta competencia entre los científicos chinos, fue seguida por excusas acerca de las limitadas comodidades del laboratorio. Había escasez de los instrumentos automáticos y de las piezas de equipo avanzado, que en Occidente serían considerados como imprescindibles para lograr algún progreso. K'ung explicó: "hemos alcanzado ciertos éxitos. Pero esto en comparación con las necesidades de nuestro pueblo resulta aún insuficiente. El equipo de investigaciones bioquímicas es más bien anticuado. Intentamos aprender las técnicas avanzadas de otros países, con el fin de conseguir unos niveles superiores en nuestras realizaciones".

Uno de los objetivos fundamentales del Instituto es hacer frente a las necesidades inmediatas, continuando a la vez con el trabajo de investigación básica. Un grupo de bioquímicos ha intentado esto con ácidos nucléicos como el DNA. Debido a su importancia genética, los ácidos nucléicos han sido centro de investigaciones intensivas en los laboratorios occidentales. Mientras que el conocimiento obtenido con estos estudios es clave en todos los sentidos, sus aplicaciones sociales, exceptuando para algunas áreas de la medicina, han sido escasas. Durante la Revolución Cultural los miembros del grupo encargado del ácido nucléico en el Instituto decidieron establecer una conexión más estrecha entre su actividad y la agricultura. Uno de ellos nos dijo:


El presidente Mao nos enseña a prevenirnos contra las plagas y el mal tiempo. La ciencia debe servir al pueblo, y con esta mira iniciamos el estudio para la aplicación de ácidos nucléicos a la agricultura. Los científicos van al campo a reeducarse con los campesinos pobres y medios de la capa inferior, y así pueden ayudar a elevar el conocimiento de las masas. A través de esta tarea los trabajadores científicos... respiran junto a las masas.

Los investigadores habían leído reportajes de literatura científica extranjera y china, relativos a mezclas con ácidos nucléicos que impulsan el desarrollo de ciertas cosechas. Después de discutir en el grupo y de consultar con los miembros dirigentes del Instituto, decidieron emprender el trabajo en esta actividad. Como resultado han demostrado que rociando los campos de arroz con un hidrolizante rico en nucleótidos se aumentan copiosamente las cosechas.

El grupo del ácido nucléico dirige sus experimentos con miembros de una comuna en un suburbio de Shanghái. Contribuyen a las labores de la comuna y un miembro del grupo ha vivido en ella desde 1970. Los campesinos de la comuna devuelven con frecuencia estas visitas y vienen al Instituto a preguntar diversas cuestiones y a discutir problemas que surgen. El grupo practica asimismo "la cooperación socialista entre las unidades" trabajando concertados con los Institutos locales de investigación agrícola.

En un Instituto o Universidad americanos sería inconcebible el llegar a pensar que los bioquímicos que estudian el ácido nucléico permitieran que los profanos se mezclaran con ellos en la búsqueda de soluciones a problemas del tipo de los analizados por este grupo de científicos chinos. Son demasiado fuertes los prejuicios que tienen los bioquímicos de nuestro país contra el trabajo de preparaciones químicas simples que se encuentren fuera del contexto del sofisticado equipo de su laboratorio. Si un científico a nivel individual quisiera emprender un proyecto semejante, se tendría que enfrentar con la desaprobación de sus colegas en base a que tal labor resultaría irrelevante, profesionalmente, para impulsar la investigación sobre los ácidos nucléicos. En cambio, en China esta aplicación del trabajo de investigación se considera ejemplar.

La publicación de documentos científicos es el "producto" principal de la investigación básica, pues de esta forma el conocimiento obtenido puede difundirse ampliamente. Muchos periódicos científicos chinos están ahora resumiendo las publicaciones, después de un lapsus de varios años durante la Revolución Cultural. Nuestros anfitriones nos contaron que a lo largo de este tiempo el intercambio de conocimientos científicos se mantuvo a nivel de contactos personales, comunicaciones escritas cortas, informes transmitidos verbalmente y reuniones. Por ejemplo, durante la Revolución Cultural una conferencia nacional de científicos chinos discutió acerca de los resultados obtenidos en el trabajo acerca de la estructura de cristalización de la insulina. Durante nuestra visita se publicaba en la prensa un reportaje sobre estudios recientes en la estructura de la insulina, que pensaban también editar en Scientia Sinica. Otros de los estudios verán la luz en publicaciones chinas que se distribuyen internacionalmente en lugar de hacerlo en periódicas extranjeros.

Se debatía con gran interés en los círculos científicos la forma que sé debería dar a las publicaciones habituales. Por ejemplo, es una materia controvertida la cuestión de si los artículos deben firmarse por individuos o grupos. Un descubrimiento es siempre el resultado de un equipo de trabajo no solamente dentro del laboratorio que investiga, sino también de un número más amplio de personas: los que apoyan a los científicos, ayudan su subsistencia y manufacturan su equipo. La opinión general en China es que "la ciencia es el resumen de la experiencia del pueblo trabajador". De todas formas existen personas, a veces con un talento extraordinario, que dan el último paso en la materialización del descubrimiento y que deben ser conocidas. En Occidente la paternidad individual está íntimamente enlazada con el status y la gloria, algo que los chinos criticaron severamente durante la Revolución Cultural.

Son de interés las razones aducidas para que algunos artículos se publiquen por autores individuales, mientras que el resto lo hagan con el nombre de la unidad o grupo. Cuando nos encontramos con P'u Chih-lung, uno de los científicos más viejos de la Universidad de Chungshan, en Cantón, nos explicó que aunque existía un cierto temor de que esta práctica podría "inducir una tendencia hacia el individualismo", el citar sus nombres era importante a la hora de asignar responsabilidades en un proyecto específico de investigación. Mientras que un grupo de gente contribuye directa o indirectamente a materializar todos los logros de la investigación, sólo un pequeño número de individuos asumen la responsabilidad de la ejecución y la exactitud en determinados aspectos del trabajo.

El debate continuo sobre soluciones políticas —y todas las soluciones se juzgan como políticas— es algo que está constantemente presente como uno de los efectos de la Revolución Cultural. Los científicos nos dijeron que un equipo de propaganda obrero había llegado al Instituto durante aquel período y había cimentado los cambios básicos para que la institución se comprometiese con las masas. Un equipo obrero de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung (nombre con el que se conoce a los equipos de trabajo del Partido) es un instrumento para la corrección de los errores políticos en la sociedad china. Cuando una fábrica, una Universidad o cualquier otra institución tiene dificultades, el Partido Comunista envía uno de estos equipos a investigar, ofrecer sugerencias, dirigir discusiones y supervisar cambios. Antes de la Revolución Cultural parece que el Instituto llegó a funcionar más como pudiera hacerlo un laboratorio de investigación occidental o soviético. Pero este estilo no se ha considerado apropiado para la Nueva China, y fue el equipo de propaganda el que ayudó a resolver las alternativas políticas. Los investigadores comentaron que los obreros les habían "educado por medio de su ejemplo proletario" y contándoles las circunstancias de la vieja sociedad. Las reuniones que celebraron con ellos incluían sesiones de crítica y autocrítica; se realizaron en grupos pequeños y con todo el Instituto en conjunto. Algunos miembros del equipo de propaganda están aún aquí; realizan trabajos administrativos y participan en grupos de estudio político. Uno de los investigadores nos hizo una síntesis del resultado de su labor:

Antes de la Revolución Cultural había tres divorcios: entre política, práctica y pueblo trabajador. A través de la educación de los obreros en teoría política cambiamos esta tendencia. Ahora salimos de los laboratorios y nos dirigimos a las masas.

Instituto de Fisiología de Shanghái.

El Instituto de Fisiología está compuesto por 280 miembros y tiene cinco laboratorios: Fisiología del nervio y del músculo, Fisiología de los órganos de los sentidos (vista y oído), Fisiología de la tensión con oxígeno escaso (relacionada con la adaptación del organismo a grandes altitudes), Fisiología de la reproducción y Fisiología del cerebro (que actualmente se dedica ampliamente al estudio del mecanismo de la acupuntura). Además el Instituto incluye una fábrica con el fin de manufacturar equipo electrónico para el estudio de la electrofisiología. Dos miembros de nuestro grupo tuvieron una entrevista especial sobre investigación acupuntural con el profesor Chang Hsiang-t'ung, en una pequeña habitación fuera de su laboratorio, donde anteriormente nos había hecho una sencilla demostración experimental de acupuntura con un conejo. El conejo había sido colocado en una lona que colgaba y se le aplicaba un estímulo calorífico en el hocico. Con un cronómetro el profesor Chang controló el tiempo de su primera reacción, momento en el que el estímulo se hizo doloroso. Se le insertó en una pata trasera una aguja de acupuntura analgésica para eliminar el dolor, y pasado un corto espacio de tiempo se le aplicó de nuevo el estímulo calorífico. La respuesta al dolor se retrasó considerablemente, aunque la aguja se había introducido durante muy poco tiempo. Después de sacársela y tras un espacio de tiempo, la respuesta al dolor volvió a ser la misma que antes de la inserción.

En aquel momento el laboratorio había comenzado una serie de experimentos de registro de células nerviosas simples, para analizar las interacciones de las señales nerviosas, en las distintas partes del cerebro, durante el proceso analgésico. Una parte del cerebro medio, conocido como hipotálamo, es el foco principal de la investigación habitual. El registro de células simples es una técnica electrónica bastante sofisticada, que estaba muy lejos del alcance de los laboratorios chinos hasta épocas muy recientes. Con ella, los científicos esperan que la investigación de la analgesia acupuntural progrese con rapidez, detallando los mecanismos del sistema nervioso subyacentes en el efecto. La discusión que viene a continuación con el profesor Chang, que se llevó enteramente en inglés, ofrece alguna luz, no sólo sobre las técnicas, sino también sobre el marco total en que se realiza la investigación. El profesor empezó diciendo: Tenemos muy poca experiencia acerca de la investigación acupuntural debido a que somos neurofisiólogos puros. Antes de la Revolución Cultural estábamos completamente divorciados de los problemas prácticos. Desde la aplicación de la acupuntura a las operaciones quirúrgicas en 1958 ó 1959, permanecíamos, como tantos otros, completamente inseguros sobre esta técnica. Pero el ejemplo de muchos, de muchísimos casos clínicos, probaba que funcionaba realmente. Aunque el efecto no era siempre el mismo cada vez se repetían más los casos en que se lograba un éxito completo. Muchos de ellos eran extraordinariamente convincentes. Nos resultaba sorprendente que un simple pinchazo pudiera tener tal efecto, estando aún en las primeras etapas de la técnica. Debía existir en ello alguna base neurofisiológica. Pensamos que nos encontrábamos ante un desafío real a los neurofisiólogos y que era preciso explicarlo. Todas estas razones nos empujaron a trabajar en el tema en 1965 y 1966. Bastante gente de nuestro grupo de investigación fue al hospital para conseguir experiencias de primera mano. Participamos en la parte anestésica de la operación, aprendimos acupuntura, practicamos la técnica y después de nuestra experiencia directa volvimos al laboratorio para realizar algunos experimentos con animales. También hicimos algunos con personas normales y con pacientes. Pensamos que el efecto podría probarse con animales, pues hay muchas cosas que no pueden practicarse con personas, especialmente en lo referente al análisis del sistema nervioso. Habrá que establecer hipótesis en base a la transferencia sobre los seres humanos de los fenómenos que se dan en los animales, y así se podrá profundizar en el análisis.

Desde 1966 hasta hoy, hemos intentado distintos caminos para desarrollar nuestras teorías. Han sido propuestas muchas posibilidades: es de destacar la teoría neural que interpreta la acupuntura desde el punto de vista de la neurofisiología. Otros creen en la existencia de algunas implicaciones químicas; con lo que el efecto se podría transmitir por factores humorales. No podemos decir, ni siquiera ahora, que sea puramente neural o humoral. No tenemos la suficiente evidencia para probar nuestra postura y no admitir otras posibilidades. Aunque estamos dedicados al sistema nervioso, y creemos que el mecanismo es principalmente neural, el proceso es muy complejo. El organismo responde a los procedimientos de acupuntura de muchas formas, moviliza todo lo que puede ser sensibilizado para enfrentarse a la situación. Existen impulsos aferentes o sensoriales que entran a raudales en el sistema nervioso central donde se interrelacionan entre sí y producen distintas clases de efectos. Por otra parte las distintas glándulas internas reaccionan ante este procedimiento, pensamos que lo hacen con la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) u hormonas pituitarias, con los cambios en la presión arterial y el azúcar de la sangre y con otros procesos diversos. Creemos que debemos dejar estos problemas para que los resuelvan otros que no sean neurofisiólogos.

Entrevistador: ¿Han usado la analgesia acupuntural en odontología?

Respuesta: Sí, creo que su uso está generalizado. Permítanme que les resuma lo expuesto: En primer lugar, cualquier tipo de input sensorial puede tener algún efecto analgésico, pero la acupuntura es el más efectivo; segundo, la acupuntura de cualquier parte del cuerpo puede producir algún efecto analgésico, pero algunos puntos específicos son más eficaces. Se puede uno preguntar qué puntos son éstos. Según nuestros análisis experimentales, creemos que los más efectivos son los puntos conectados por nervios que parten de los mismos segmentos espirales que a su vez enervan el foco del dolor. Cuanto más se distancie le segmentación el efecto será menor. Pienso que esto es de importancia práctica porque en aplicación clínica se deben elegir los puntos mejores para cada operación. Por ejemplo, para practicar una tiroidectomía es necesario escoger el punto. Entre los muchos sitios que se pueden utilizar hay que seleccionar el más efectivo. Para esto, lo mejor será un lugar inervado por el mismo segmento que el área tiroidea, según el principio de segmentación espinal.

Entrevistador: ¿Siempre están localizados en músculos los puntos para clavar las agujas?

Respuesta: La mayor parte están en zonas intramusculares, algunos en la piel o fascia, pero éstos resultan menos eficaces. En el oído los puntos están próximos al pabellón, cubierta externa de aquél. Esta es otra rama de la acupuntura. La gente piensa que la acupuntura de los puntos del oído puede aplicarse a distintos tipos de operaciones, tales como las de órganos internos, ¿comprenden? Creo que el oído es el único órgano periférico del cuerpo que está enervado por el nervio vago, el cual a su vez enerva, como saben, a la mayoría de los órganos internos. La enervación del oído a través del meato externo, parte interior del oído externo, es complicadísima. Es enervado por el nervio vago, el glosofaríngeo, el cervical, etc. Así si los impulsos del lugar de la acupuntura penetran en el núcleo vago, en el sistema nervioso central, tienen la oportunidad de una interacción con los impulsos provenientes de órganos internos, según el principio segmental. Allí, los impulsos actúan entre sí para la inhibición del dolor. Por esto la acupuntura del oído es efectiva en la cirugía de órganos internos.

Aquí se terminó el tiempo de una discusión, que por ser tan fascinante, no hubiésemos querido acabar. Como investigadores científicos, el sentimiento que nos embargó en este laboratorio, donde la investigación se dirigía de forma directa a la ayuda concreta del pueblo, fue de aliento y admiración.

El profesor Chang había aprendido inglés durante su estancia de varios años en los Estados Unidos y compartía nuestras ideas sobre el mal uso de la ciencia. Cuando volvimos a los Estados Unidos, empezaban a funcionar clínicas de acupuntura abiertas por médicos. Para nosotros, la acupuntura en China es una verdadera ciencia popular, accesible a todo el mundo por un precio ínfimo o gratis y que alivia sufrimientos indecibles. Muy pocas personas pueden en cambio acudir en los Estados Unidos a estas primeras clínicas, debido a los elevados honorarios, pero esperamos que la acupuntura llegue a ser ampliamente aceptada. En Shanghái, varios miembros de nuestro equipo recibieron una lección detallada, a cargo de un médico, de la técnica de la acupuntura, y llegaron a convencerse de que enfermos, ayudantes y paramédicos podrían aprenderla fácilmente y asistir a un gran número de personas. No dudamos que una investigación sugestiva y útil, sobre los diferentes efectos, se desarrollará en este país y promoverá la amistad entre los trabajadores de la investigación chinos y americanos.


Instituto de Zoología de Pekín.

El recorrido por los laboratorios del Instituto de Zoología nos resultó muy divertido. La mayor parte del trabajo científico es difícil de entender si no se conoce el terreno concreto que abarca, y cualquier observador encuentra problemas para inventar alguna sugerencia o preguntar sobre cuestiones que no estén fuera de lugar. Aquí el trabajo era de fácil comprensión y estaba claramente relacionado con cuestiones importantes.

Los trabajadores de citología habían formado parte anteriormente de un laboratorio mayor, que estaba dedicado a la endocrinología (estudio de las hormonas). Una parte del trabajo de endocrinología que vimos consistió en preparar a un gato para un experimento con el mecanismo de la anestesia acupuntural. Dos mujeres experimentaban con el gato, que estaba amarrado a un tablero con un tubo respiratorio introducido en la garganta. Se le había administrado anestesia local y se le relajó un músculo para causarle parálisis; le estaban dejando a la vista un nervio de la pierna para su estimulación electrónica. El efecto de la acupuntura, y de otros tratamientos, en el umbral del dolor, podía ser estudiado siguiendo los cambios de la presión arterial, así como la actividad eléctrica en dos regiones cerebrales: la corteza y el hipotálamo. Los resultados de los efectos de la acupuntura sobre este umbral se usarían para ayudar a explicar el mecanismo acupuntural y desarrollar un gráfico de centros acupunturales en el gato.

Actualmente hay en China tres líneas principales en la explicación del mecanismo de la acupuntura. Aparte de la teoría tradicional del canal, está la neurofisiológica, expuesta por el profesor Chang en Shanghái, y la hormonal que era la que estaba comprobando el experimento. La investigación acupuntural del Instituto se hace en conexión con el Hospital de la Amistad, también en Pekín, que constituye un gran complejo cuyo personal se dedica a la investigación.

Otro laboratorio de la división de endocrinología investigaba la fertilidad y la esterilidad. El experimento estudiaba el efecto de las gonadotropinas, un tipo de hormonas segregado por la glándula pituitaria, y las prostaglandinas, hormonas descubiertas recientemente. Estas tienen influencia en la conservación del corpus luteum (cuerpo lúteo), estructura endocrina necesaria para la continuación del embarazo. Se estaban realizando, en estos experimentos, preparados elementales de las citadas hormonas, extraídos de las ovejas. Otro laboratorio hacía trabajos semejantes, estudiando los cambios químicos y microscópicos en organismos diminutos de las células (estructuras dentro de ellas) bajo la influencia de estas hormonas. Para esta labor utilizaban el microscopio electrónico del Instituto. La principal aplicación de este trabajo es aumentar la fertilidad del ganado, manipulando las hormonas y protegiendo con ello el embarazo. Los investigadores realizan el trabajo material dentro de la comuna.

Durante la Revolución Cultural la mayoría del Instituto siguió funcionando, según nos dijeron los investigadores, aunque unos pocos laboratorios se cerraron durante cierto tiempo. Algunos científicos fueron a trabajar al campo, pero como ellos decían "muchos de nosotros ya permanecíamos en el campo una parte importante del tiempo, por lo que esto no significó ningún cambio importante". Más de 150 miembros del Instituto, cerca de un tercio del personal, habían ido a la Escuela de Cuadros Siete de Mayo. Cuando preguntamos quiénes eran cuadros, todo el grupo se echó a reír. Una camarada, que hablaba inglés, y que nos había sido de gran ayuda durante nuestra visita, tomó el brazo de uno de los hombres que había permanecido callado todo el tiempo, le dio un pequeño apretón de manos y dijo "él es nuestro cuadro". El humor reinante nos reflejaba que el título y la distinción entre cuadro y obrero es, al menos en este caso, algo sin gran importancia.

En el Instituto hay unos 500 miembros, de los cuales tres cuartas partes son investigadores. En cinco de los diez laboratorios, la mayor parte del trabajo se refiere a insectos y su control. Además de los laboratorios de endocrinología y citología, ya descritos, los hay de fisiología y toxicología de insectos, de ecología de insectos y mamíferos y de taxonomía, o clasificación de animales. Un laboratorio de tecnología moderna se dedica a la conservación de grandes equipos de investigación. Una investigadora del laboratorio de taxonomía nos explicó algo sobre la historia del control de insectos:


Antes de la Liberación teníamos una ciencia insuficiente y un escaso conocimiento de los insectos. En aquellos días, las langostas eran un problema grave. Sus enjambres obscurecían el cielo y arruinaban las cosechas. Después de la Liberación nos concentramos sobre este problema. Los científicos fueron enviados a estudiar la cuestión y descubrieron que las langostas dejaban sus huevos en zonas pantanosas. Propusieron represar las aguas para que subiesen y así inundar estas zonas, con lo que las langostas no tendrían dónde depositar sus huevos.

Estuvimos viendo muchos de los insectos más importantes, expuestos en cajas de cristal, tales como bellas mariposas, así como especies usadas en la medicina tradicional en el noroeste de China. Algunos de los especímenes habían sido capturados por los investigadores cuando estaban en el campo, otros por técnicos de las comunas. A estos técnicos agrícolas los mantienen, generalmente, las mismas comunas y llevan el control de los insectos nocivos como uno de sus deberes principales. Los investigadores científicos trabajan con ellos cuando van a las comunas, y otras veces los técnicos vienen al Instituto para hacer prácticas y mantener discusiones.

Como en los Estados Unidos recientemente —y con retraso—, el programa chino de control se propone el estudio de hormonas de insectos, especialmente de hormonas juveniles y feromonas sexuales. Estos métodos son sustitutivos potenciales del uso de los insecticidas químicos. Los laboratorios estaban equipados para aislar los productos químicos y los insectos en diferentes cristaleras, columnas cromatográficas, aparatos de extracción y así sucesivamente. Los bancos estaban cubiertos con tazones y frascos de disolventes lo que indicaba que estaban funcionando activamente.

Estos métodos de control tratan de obtener ventajas de la química natural del insecto. La hormona juvenil es un producto químico usado por éstos para controlar su propio crecimiento. Los insectos pasan a través de varias etapas, antes de llegar a la forma adulta. El ejemplo más conocido es el de la oruga que se convierte en mariposa. La hormona juvenil se secreta para prevenir que la transformación tenga lugar antes del tiempo adecuado; con aplicaciones extraordinarias se podrá hacer que la secreción se realice bastante tarde, o que no llegue a ocurrir, produciendo la muerte del insecto. Esta hormona tiene la ventaja de ser claramente específica, por lo que su aplicación, en este caso, serviría para matar únicamente el insecto nocivo y no los demás.

Hasta ahora se han realizado experimentos sobre el escarabajo de la harina y se dispone de una relación de los efectos de la metamorfosis de este insecto. Se desarrolla un trabajo similar con la langosta. Hasta ahora no se han desarrollado aplicaciones al control de insectos, aunque actualmente está siendo utilizada una preparación, no muy refinada, en la producción de seda.

La hormona juvenil retrasa la metamorfosis del gusano de seda en un día, esto hace que los capullos sean más largos y se incremente la producción de seda.

Las feromonas son productos químicos que los insectos sueltan en su entorno para comunicarse con los demás. Entre estos productos los más poderosos son los seductores del sexo. El objetivo de la investigación es aislar dichos seductores, de insectos nocivos, sintetizarlos químicamente después y entonces usarlos como cebo en trampas.

Otra línea de actuación sobre insectos nocivos es la investigación de sus enfermedades. Esta es una técnica comúnmente empleada hoy en China. Consiste en el cultivo de bacterias productoras de la enfermedad, que se secan y posteriormente se avientan sobre los terrenos —como insecticidas—. Los insectos se infectan y mueren. También aquí hay un límite para el tipo de insectos que se llegan a afectar: sólo se matan las especies objetivo y alguna más. El Instituto estaba estudiando un perfeccionamiento del proceso, consistente en aislar la oxitocina segregada por la bacteria Bacillus thuringiensis. Este veneno es el agente que produce actualmente la muerte a los insectos; su aislamiento y utilización podría hacer más eficiente la técnica. Teniendo en cuenta que este trabajo es difícil de hacer con las posibilidades limitadas de las comunas, se está realizando en los laboratorios mejor equipados del Instituto. La investigación sobre enfermedades virales en insectos está también avanzada.

Estos tres caminos para atacar a los insectos obtienen ventajas del conocimiento de las características específicas de las especies-objetivo, tales como sus hábitos vitales, reacciones químicas y susceptibilidad a la enfermedad. La aplicación de estos métodos a la agricultura tiene un sentido ecológico. Una de las desventajas de los insecticidas químicos es que matan un amplio espectro de insectos; se eliminan, frecuentemente, insectos predadores que pueden controlar a los nocivos, por lo que se hace necesario que la pulverización se repita. Los chinos trabajan en este problema, y creen haber encontrado el camino para unir las producciones alimenticias altas con las buenas prácticas ecológicas. Los métodos de control que estudian, tienen la ventaja de desarrollarse y poderse usarse a nivel local; los campesinos pueden, por supuesto, cultivar su propio insecticida bacteriológico.

Actualmente estos métodos controlan sólo una parte de las plagas, por eso, durante un tiempo no definido, los chinos seguirán esforzándose en el desarrollo de insecticidas químicos que sean, por un lado, más potentes contra los insectos y, por otro, menos tóxicos contra las personas y animales.

Nuestros anfitriones nos dijeron que la cooperación entre el Instituto y los campesinos se remonta a sus primeras actividades. En la época de la Liberación, el problema de las plagas era muy serio, y se agudizaba por la casi inexistente base técnica en el campo. El trabajo del Instituto se realizaba principalmente sobre el terreno, dirigiendo a los agricultores y prediciendo los cambios en la población de insectos para evitar que infestasen sus cosechas. La actividad de todos los laboratorios apuntaba al control de plagas específicas, como las de saltamontes, o las que contagian áreas determinadas de producción —algodón, arroz, ganado y bosques—. Durante este primer período existía un gran abismo entre los intelectuales y los campesinos, aunque ambos comprendiesen la importancia de un trabajo en común para mejorar la producción. Más tarde, un grupo de campesinos encontró que el DDVP, un insecticida organofosforado, podía usarse para controlar áfidos del algodón. Durante la Revolución Cultural, un grupo de científicos llevaron al campo algunas cantidades de DDVP, para controlar el medio ambiente en ciertas zonas. Durante esa época, el tiempo era seco y había un número excesivo de áfidos de algodón. Aquel año, los insecticidas usados para controlar áfidos habían fracasado. Un día los agricultores tomaron el material de los investigadores y lo diseminaron por los campos, obteniendo buenos resultados. Aunque el DDVP no se emplea para fines agrícolas, debido a un pequeño efecto residual, y a que es destruido pronto por las reacciones químicas del suelo, es suficientemente efectivo en este caso como para apreciar su utilización. El DDVP, un éster fosfato, es diferente en su estructura química del paratión y el sistox, que son fosforotionatos. Esta diferencia química era la responsable de la resistencia que ofrecían a los compuestos empleados comúnmente, lo que sugirió líneas de investigación del mecanismo de acción-reacción. Aunque los investigadores no estaban en esta época completamente "integrados con las masas", su trabajo se beneficiaba de la cooperación campesina.

La Revolución Cultural varió el método de aproximación de los científicos al campo. Actualmente viven y trabajan con los campesinos, lo que ayuda, como reconocen, a producir un entendimiento mayor de su investigación. El desarrollo de una base técnica en el campo, es otra razón importante para el entendimiento creciente. Cada brigada de producción tiene un grupo técnico y la mayoría de las comunas poseen equipos especiales para el control químico de insectos. Los componentes de estos grupos son de la localidad: pueden ser graduados en escuelas medias, donde se enseña agricultura de su región, o bien campesinos de mayor edad y con gran experiencia. Los campesinos de los grupos de control químico más jóvenes probablemente tienen más conocimiento en química y matemáticas que los agricultores mayores. Cuando los miembros del Instituto van a las comunas dirigen clases en la escuela media o en la comuna en su conjunto. Como resultado de esta estrecha cooperación en el campo, el trabajo en el Instituto es de una comprobación más rápida y eficaz. Un compuesto nuevo que fabricaron, llamado foxim, fue ensayado en distintos insectos, en condiciones diferentes, gracias a la cooperación de muchas comunas y organizaciones.

La seguridad de los pesticidas químicos, que es ahora materia debatida en Estados Unidos, tiene un gran interés también para los chinos, aunque su agricultura tenga menos desarrollado su uso. Les parece insatisfactorio el empleo exclusivo de productos químicos como único medio de control de plagas. Al principio trataron todos los medios para controlar plagas, no solamente los químicos, y pudieron darse cuenta de que algunas especies sólo podían ser atacadas químicamente. A medida que se desarrollaban sus recursos y capacidad empezaron a estudiar tecnología moderna sobre control de plagas, particularmente control microbiológico y parasitario. Su principal enfoque ahora se dirige a enfrentarse con las necesidades de las diferentes regiones del país.

División de Entomología de la Universidad Sun Yat-sen de Chungshan en Canton.

Ampliamos lo aprendido sobre el control integrado de insectos cuando visitamos la División de Entomología de la Universidad de Chungshan. Durante nuestras reuniones fuimos ayudados especialmente por dos amables científicos, Lili-ying y P'u Chih-lung. Lili-ying, mujer delgada, simpática, de unos cuarenta años, tenía el cabello corto y liso y usaba gafas. Es investigadora en el Instituto de Entomología de Cantón y trabaja en los aspectos fisiológicos del control de plagas de insectos. Estudió durante un tiempo en la Unión Soviética, cosa típica en la generación de científicos chinos que fueron a Rusia o a Europa Oriental en los años 50s (del siglo XX) para su ampliación de estudios. Era excelente su conocimiento de las palabras técnicas inglesas relacionadas con los insectos.

P'u Chih-lung representa una generación mayor, pero también importante, de científicos chinos. Estudió entomología de 1946 a 1949 en la Universidad de Minnesota y volvió a China en 1949, el año de la Liberación. Antes de 1949 no había una formación significativa para graduados en China. Muchos científicos chinos estudiaban en el extranjero, en los Estados Unidos, Europa Occidental o Japón. Una proporción importante de los que se habían educado en el exterior escogieron volver a permanecer en China después de la Revolución y han jugado un papel crucial en el desarrollo de la ciencia china en las dos últimas décadas.

P'u es pequeño y fornido, de unos cincuenta años, y profesor de Entomología. Es un hombre afable, que habla bien inglés (sin duda debido a su estancia en Estados Unidos) y obviamente mantiene contactos en lengua inglesa sobre su especialidad. Además puede leer alemán, francés y ruso. Como era de esperar, estudió ruso en los años 50s, cuando la influencia de la Unión Soviética en la ciencia era muy fuerte. La mujer de P'u y el marido de L'i son también entomólogos. La mujer de P'u trabaja en su mismo laboratorio y frecuentemente colabora en el control de plagas. Durante una de nuestras conversaciones con estos dos científicos, Li dividió el programa de control de plagas en China bajo cinco categorías diferentes.

1. Control químico. Cuando las plagas tienen una gran dimensión, situación que se da con frecuencia, el agricultor debe defenderse con pesticidas basados en productos químicos orgánicos o inorgánicos. Este método tiene varios defectos: principalmente que los productos químicos pueden dañar a las personas, animales o incluso a las cosechas que se quiere proteger.

2. Control biológico. Este método tiene precedentes antiguos en China. Utiliza los insectos beneficiosos para matar a los dañinos. Se ha desarrollado intensivamente porque los insectos usados para el control biológico no plantean ninguna amenaza a personas, animales o al medio ambiente. Pero este tipo de control también tiene defectos. La producción de insectos beneficiosos en las cantidades precisas necesita mucho tiempo, por ello el método no puede actuar contra una plaga de grandes dimensiones que aparezca súbitamente. Por otra parte, ciertas especies de insectos beneficiosos son extraordinariamente selectivas en su dieta y sólo atacarán una o unas pocas especies muy afines de insectos dañinos. Debido a esto, una plaga con grandes cantidades de insectos de distintas especies requerirá a su vez distintas cantidades de especies controladoras, lo cual precisa un largo período de preparación.

3. Control agrícola. Muchos insectos dañinos pueden ser controlados con variedades de cosechas selectivas que son genéticamente resistentes a las plagas, o por la manipulación del sistema de cultivo (período de plantación, de arado, quema de tallos viejos, etc.), para dificultar el desarrollo de la plaga. Desde hace ya bastante tiempo se venía enfatizando en que los campesinos aprendieran bien este tipo de métodos. Por ello tenían un profundo conocimiento de los hábitos de los insectos en los campos y lo usaban para desarrollar procedimientos apropiados de control.

4. Control artificial (hecho por el hombre). Esto incluye los métodos simples, pero efectivos, de enviar a personas a aplastar insectos o a destruir sus huevos a mano. Esto se aplicó en la comuna Hsikou contra una oruga grande (una larva de la polilla) que amenazaba las plantaciones de pinos. Se utilizan también técnicas más perfeccionadas, como la de trampas luminosas empleadas en Hsikou. Estas trampas, según nos dijo Li, se han popularizado ampliamente en China.

5. Control integrado (combinado o comprensivo). Los chinos tratan de combinar distintos métodos para controlar todas las grandes plagas en una cosecha o en una zona, escogiendo los sistemas apropiados a cada plaga. Li recordó el caso de las plagas del azúcar de caña. El control biológico, utilizando una minúscula avispa parasitaria, Trichogramma evanescens, había tenido un gran éxito contra la taladradora de caña, una larva de la polilla. Los pesticidas deben utilizarse aún en los terrenos de caña de azúcar, debido a que sufren muchas plagas de insectos, para las cuales no hay todavía métodos biológicos. Pero como los pesticidas matan las avispas, los dos métodos encuentran una clara incompatibilidad. En cualquier caso, los métodos usados dependen de las condiciones del terreno concreto.

P'u Chih-lung planteó la relación entre las necesidades sociales y productivas de China y el desarrollo de los métodos de control biológico. Esta idea no es nueva. En algunas zonas del sur de China, el uso de hormigas para controlar la plaga de insectos en huertos de mandarinas se remonta, en el pasado, a unos mil seiscientos años. Esta práctica está aún vigente, aunque según P'u parece estar desapareciendo:

Hace varios años en un distrito cercano a Cantón, vi que en un lugar empleaban este tipo de hormigas para controlar algunas especies de insectos en los huertos. Pero hace unos pocos años, que no practican apenas un control de este tipo. Aducen para ello dos razones. Una es que también utilizan el de tipo químico y éste mata a las hormigas. Y en segundo lugar, las hormigas pueden transmitir una enfermedad a los limoneros. Gradualmente, el número de huertos donde se practica este método se ha ido haciendo muy escaso. Este era un sistema antiquísimo; de tal manera que puede haber sido, quizá, la forma de control biológico usada por primera vez en China.

Nos dijeron en el Instituto de Zoología, que la Revolución Cultural estimuló a los científicos chinos a dedicar grandes esfuerzos en el control biológico e integral. Este Instituto está especializado en el desarrollo y comprobación de pesticidas químicos nuevos, pero cuando los científicos van con los campesinos a las tierras, tratan de controlar las plagas por todos los medios, menos por los químicos. Los esfuerzos intensos para evitar el uso de productos químicos están basados, especialmente, en prevenir de los peligros a zonas muy populosas. Por ejemplo, durante la estación del trigo, las avispas parasitarias se utilizan en las zonas suburbanas de los alrededores de Pekín, para acortar el período de tiempo de empleo de productos químicos y disminuir sus peligros.

El gobierno piensa que se hace un uso demasiado grande de pesticidas y se interesa profundamente en el problema de los residuos en los suelos y en los tejidos animales, incluso mucho tiempo después de su utilización contra la plaga.

[P'u Chih-lung, científico entomólogo] Dijo que en el período actual mientras que los pesticidas químicos sean necesarios, los investigadores deberán desarrollar aquellos que sean menos tóxicos para las personas y más eficaces en los insectos. Criticó en la industria china la imitación excesiva de productos de países extranjeros, cuando deberían esforzarse más en sintetizar compuestos originales.

La propia investigación de P'u había estado dirigida al uso de las avispas parasitarias para el control de plagas. Estos diminutos insectos dejan sus huevos dentro de los de una especie huésped; las larvas de esta avispa anidan dentro de los huevos del huésped y devoran su larva en desarrollo. Generalmente, una especie determinada de avispa parasitaria atacará sólo a un cierto tipo de huésped. Un sistema de control que utilice estas avispas necesitará: por un lado, encontrar la especie adecuada para la plaga que se quiere estudiar, y por otro, desarrollar métodos para elevar en grandes cantidades dichos insectos.

P'u cree que el control biológico ha tenido más éxito en el sur de China (Kwangtung, Kwangsi, Fukien) que en el norte, probablemente debido a que el clima más caluroso supone que se puedan producir parásitos durante todo el año. En los Estados Unidos, donde la investigación sobre el control biológico no está desarrollada y resulta insuficiente comparada con la de los pesticidas químicos comercializados, los escasos empeños en este tipo de control se han limitado, hasta ahora, principalmente a California y a los Estados del Golfo, zonas que tienen el mismo clima, suave durante todo el año, que el sur de China (incluida la estación de cultivo).

Aparte de los métodos mencionados, Fu se refirió a algunas otras áreas de investigación sobre control biológico. Ciertas comunas utilizan patos para que se alimenten de plagas de insectos durante las cosechas; este método, aunque primitivo, es frecuentemente efectivo. Otras comunas han desarrollado el uso de una bacteria infecciosa, Bacillus thuringiensis contra las plagas de orugas en el arroz, té, algodón, varias verduras y bosques. Puntualizó que en contraste con las prácticas de control microbiológico de otras sociedades, la gente en las comunas chinas produce, por sí misma, las bacterias. Algunas comunas las cultivan en un medium simple, líquido de fabricación casera, compuesto de pescado, carne y judías, y derraman la mezcla, directamente, sobre los campos. Otras comunas construyen fábricas pequeñas para la producción de bacterias. Utilizando riegos bacteriales, los equipos de producción han sido capaces de rebajar el empleo de pesticidas químicos en un 75 u 80%, sin ninguna pérdida en las producciones. En la provincia de Schantung ha comenzado el trabajo de separar microorganismos que puedan ser utilizados para controlar hierbas dañinas.

Como ya era tarde, nuestra conversación con P'u Chih-lung se dedicó a la estructura normal de la ciencia en China y a las reformas que trajo la Revolución Cultural. Empezamos preguntando 'a P'u sobre la experiencia personal de su marcha al campo a lo largo del tiempo. El procede de una familia urbana, y nos contó que cuando, con otros científicos, fue por vez primera al medio rural, no tenía ninguna familiaridad con estas condiciones de vida. Esto ocurría a principios de los 50s, época en que el campo estaba aún bastante empobrecido. Desde entonces, los niveles de vida han crecido considerablemente, y muchas aldeas en la provincia de Kwangtung, sobre todo las próximas a Cantón, gozan actualmente de unas condiciones de vida muy semejantes a las de la ciudad.

Puso de relieve el hecho de que los puntos de vista de los campesinos no son esencialmente diferentes de los de la gente de la ciudad. Reciben calurosamente a los visitantes de las universidades e institutos de las ciudades, sobre todo después de la Revolución Cultural. Cuando le preguntamos a P'u si creía que había variado la actitud de los campesinos tras la Revolución Cultural, respondió afirmativamente. Antes de este período, pocos científicos iban al campo, y a causa de la influencia de la línea revisionista de Liu Shao-ch'i los campesinos y científicos no tenían un estrecho contacto y existía entre ambos un profundo abismo. Frecuentemente, los campesinos no entendían lo que hacían los científicos o incluso lo que era la Universidad. Pero después de la Revolución Cultural muchos profesores, así como científicos, marcharon al campo. Según P'u, viven y trabajan con los campesinos, con los que se establece una gran fraternidad, y los campesinos, en respuesta, visitan las universidades, donde se les da una bienvenida calurosa. "En mi casa hay siempre campesinos que vienen a visitarme; algunos casi todas las semanas y como mínimo una vez al mes."

El cambio del uso de pesticidas químicos comenzó, también, con diligencia durante la Revolución Cultural. Antes, nos dijo P'u, era posible realizar tareas de control biológico, por ejemplo con el trozador de la caña de azúcar, pero no siempre eran aceptadas fácilmente por los campesinos. Durante la Revolución Cultural los equipos de propaganda científica fueron a las aldeas a popularizar los distintos métodos de control de plagas y a organizar a los campesinos para finalidades científicas. P'u se refirió a los grupos de ciencia y tecnología que habíamos visto en la Comuna Hsikou. Después de la Revolución Cultural se organizaron cuatro grandes equipos científicos en el campo, a nivel de cantón, comuna, brigada y equipo de producción.

Por lo general fueron estudiantes universitarios los que marcharon al campo a realizar tareas de propaganda durante la Revolución Cultural. Trabajaron con los campesinos y aprendieron de ellos, al mismo tiempo que extendían la investigación científica y la enseñanza en las zonas rurales. Por supuesto, esto no fue tan fácil y fue necesaria mucha lucha. P'u dijo que había dos grupos principales de estudiantes que tenían diferentes y contradictorias opiniones, y que, a veces, cuando estaban en el campo, se encontraron con que los campesinos sostenían opiniones de otro tipo. Esta situación condujo a enfrentamientos. Pero como dijo P'u, repitiendo una frase de Mao, "la Revolución Cultural era un movimiento realmente revolucionario. Una revolución no es, probablemente, algo muy cortés (y educado)".

Cualesquiera que fuesen las diferencias que existían entre científicos, estudiantes y campesinos en esta época, hoy nos parece que el movimiento de popularización científica en el campo tuvo un gran éxito. Además de establecerse sólidamente los equipos de ciencia locales, P'u describió, como ejemplar, una brigada que sometió sus campos de arroz y verduras a un empleo grande de parásitos y a una aplicación de pesticidas químicos muy baja. Durante los dos años siguientes el número de plagas descendió significativamente, comparándolo con los campos vecinos, y la producción continuó a buen ritmo. Pero, preguntamos ¿Qué habría ocurrido si el experimento no hubiese tenido éxito y la producción se hubiera venido abajo? ¿Habrían arriesgado los campesinos después su existencia en los resultados? P'u afirmó que sí; que hubieran continuado arriesgando y experimentando. A veces, los experimentos fallan y las cosechas se reducen. Las brigadas son conscientes de esto, y aun así ofrecen su tierra para las investigaciones. Si las consecuencias de las plagas se agravan, pueden usarse los pesticidas para salvar la cosecha restante. Pero la renta de los campesinos peligrará. ¿Podría haber alguna declaración más clara del valor que los campesinos adjudican a los experimentos científicos?

Fragmento de Kalendergesschichten

Bertolt Brech, Kalendergesschichten, citado por Everett Reimer, en La escuela ha muerto. Barral, Barcelona, 1975)

“Si los tiburones fueran personas”, preguntó al señor K. la hijita de su arrendadora, “¿se portarían mejor con los pececillos?” “Por supuesto” dijo él. “Si los tiburones fueran personas harían construir en el mar unas enormes cajas para los pececillos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto vegetales como animales. Se encargarían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían toda clase de medidas sanitarias. Si por ejemplo un pez se lastimara su aleta, le pondrían inmediatamente un vendaje de modo que el pececillo se les muriera a los tiburones antes de tiempo. Para que los pececillos no se entristecieran, se celebrarían algunas veces grandes fiestas acuáticas, pues los pececillos alegres son mucho más sabrosos que los tristes. Por supuesto, en las grandes cajas habría también escuelas. Por ellas los pececillos aprenderían a nadar hacia las fauces de los tiburones. Necesitarían, por ejemplo, aprender geografía de modo que pudiesen encontrar fácilmente a los tiburones que andan perezosamente tumbados en alguna parte. La asignatura principal, será naturalmente la educación moral del pececillo. Se les enseñaría que para un pececillo lo más grande y lo más bello es entregarse con alegría, y que todos debían creer en los tiburones, sobre todo cuando estos les dijeran que iban a proveer un bello futuro. A los pececillos se les haría creer que este futuro solo estaría garantizado cuando aprendiesen a ser obedientes. Los pececillos deberían guardarse muy bien de toda inclinación vil, materialista, egoísta y marxista; y cuando alguno de ellos manifestara tales desviaciones, los otros deberían inmediatamente denunciar el hecho a los tiburones.

“…si los tiburones fueran personas, también habría entre ellos un arte, claro esta. Habría hermosos cuadros a todo color, de las dentaduras del tiburón, y sus fauces serian representadas como lugares de recreo donde se podría jugar y dar volteretas. Los teatros del fondo del mar llevarían a escena obras que mostraran a heroicos pececillos nadando entusiastamente en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que a su son, los pececillos se precipitarían fauces adentro, con la banda de música por delante, llenos de ensueño y arrullados por los pensamientos más agradables. Tampoco faltaría religión. Ella enseñaría que la ‘verdadera vida’ del pececillo comienza verdaderamente en el vientre de los tiburones. Y si los pececillos fueran personas dejarían de ser como hasta ahora, iguales. Algunos obtendrían cargos y serian colocados encima de otros. Se permitiría incluso que los mayores se comieran a los pequeños. Eso sería delicioso para los tiburones, puesto que entonces tendrían más a menudo bocados más grandes y apetitosos que engullir. Y los pececillos más importantes, los que tuvieran cargos, se cuidarían de ordenar a los demás. Y así habría maestros, oficiales, ingenieros de construcción de cajas, etc. EN OTRAS PALABRAS, SI LOS TIBURONES FUERAN PERSONAS, EN EL MAR NO HABRÍA MAS QUE CULTURA.”

Harold Pinter: Discurso de agradecimiento del Nobel de Literatura

En 1958, escribí lo siguiente:

Harold Pinter, en su primera comparecencia como Nobel de Literatura 2005. (Foto: AP)

'No hay grandes diferencias entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa.'

Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido, y aún se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. Así que, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo; como ciudadano he de preguntar: ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?

La verdad en el arte dramático es siempre esquiva. Uno nunca la encuentra del todo, pero su búsqueda llega a ser compulsiva. Claramente, es la búsqueda lo que motiva el empeño. Tu tarea es la búsqueda. De vez en cuando, te tropiezas con la verdad en la oscuridad, chocando con ella o capturando una imagen fugaz o una forma que parece tener relación con la verdad, muy frecuentemente sin que te hayas dado cuenta de ello. Pero la auténtica verdad es que en el arte dramático no hay tal cosa como una verdad única. Hay muchas. Y cada una de ellas se enfrenta a la otra, se alejan, se reflejan entre sí, se ignoran, se burlan la una de la otra, son ciegas a su mera existencia. A veces, sientes que tienes durante un instante la verdad en la mano para que, a continuación, se te escabulla entre los dedos y se pierda.

Me han preguntado con frecuencia cómo nacen mis obras teatrales. No sé cómo explicarlo. Como tampoco puedo resumir mis obras, a menos que explique qué ocurre en ellas. Esto es lo que dicen. Esto es lo que hacen.

Casi todas las obras nacen de una frase, una palabra o una imagen. A la palabra le sigue rápidamente una imagen. Os daré dos ejemplos de dos frases que aparecieron en mi cabeza de la nada, seguidas por una imagen, seguidas por mí.

Las obras son “The Homecoming” ("La vuelta a casa") y “Old times” ("Viejos tiempos"). La primera frase de “The Homecoming” es “¿Qué has hecho con las tijeras?" La primera frase de “Old times” es “Oscuro”.

En ninguno de los casos disponía de más información.

En el primer caso alguien estaba, obviamente, buscando unas tijeras, y preguntaba por su paradero a otro de quien sospechaba que probablemente las había robado. Pero, de alguna manera, yo sabía que a la persona interrogada le importaban un bledo tanto las tijeras como el interrogador.

En “Oscuro”, tomé la descripción del pelo de alguien, el pelo de una mujer, y era la respuesta a una pregunta. En ambos casos me encontré obligado a continuar. Ocurrió visualmente, en una muy lenta graduación, de la sombra hacia la luz.

Siempre comienzo una obra llamando a los personajes A, B y C.

En la obra que acabaría convirtiéndose en “The Homecoming”, ví a un hombre entrar en una habitación austera y hacerle la pregunta a un hombre más joven sentado en un feo sofá con un periódico de carreras de caballos. De alguna forma sospechaba que A era un padre y que B era su hijo, pero no tenía la certeza. Esta posibilidad se confirmaría sin embargo poco después cuando B (que más adelante se convertiría en Lenny) le dice a A (más adelante convertido en Max), “Papá, ¿te importa si cambiamos de tema de conversación? Te quiero preguntar algo. Lo que cenamos antes, ¿cómo se llama? ¿Cómo lo llamas tú? ¿Por qué no te compras un perro? Eres un chef de perros. De verdad. Crees que estas cocinando para perros.” De manera que como B le llama a A “Papá” me pareció razonable asumir que eran padre e hijo. A era claramente el cocinero y su comida no parecía ser muy valorada. ¿Significaba esto que no había una madre? Eso aún no lo sabía. Pero, como me dije a mí mismo entonces, nuestros principios nunca saben de nuestros finales.

Oscuro”. Una gran ventana. Un cielo al atardecer. Un hombre, A (que se convertiría en Deeley) y una mujer, B (que luego sería Kate) sentados con unas bebidas. ¿Gorda o flaca?, pregunta el hombre. ¿De quién hablan? Pero entonces veo, de pie junto a la ventana, a una mujer, C (que sería Anna), iluminada por una luz diferente, de espaldas a ellos, con el pelo oscuro.

Es un momento extraño, el momento de crear unos personajes que hasta el momento no han existido. Todo lo que sigue es irregular, vacilante, incluso alucinatorio, aunque a veces puede ser una avalancha imparable. La posición del autor es rara. De alguna manera no es bienvenido por los personajes. Los personajes se le resisten, no es fácil convivir con ellos, son imposibles de definir. Desde luego no puedes mandarles. Hasta un cierto punto, puedes jugar una partida interminable con ellos al gato y al ratón, a la gallina ciega, al escondite. Pero finalmente encuentras que tienes a personas de carne y hueso en tus manos, personas con voluntad y con sensibilidades propias, hechas de partes que eres incapaz de cambiar, manipular o distorsionar.

Así que el lenguaje en el arte es una ambiciosa transacción, unas arenas movedizas, un trampolín, un estanque helado que se puede abrir bajo tus pies, los del autor, en cualquier momento.

Pero, como he dicho, la búsqueda de la verdad no se puede detener nunca. No puede aplazarse, no puede retrasarse. Hay que hacerle frente, ahí mismo, en el acto.

El teatro político presenta una variedad totalmente distinta de problemas. Hay que evitar los sermones a toda costa. Lo esencial es la objetividad. Hay que dejar a los personajes que respiren por su cuenta. El autor no ha de confinarlos ni restringirlos para que satisfagan sus propios gustos, disposiciones o prejuicios. Ha de estar preparado para acercarse a ellos desde una variedad de ángulos, desde un surtido amplio y desinhibido de perspectivas que resulten. Quizá, de vez en cuando, cogerlos por sorpresa, pero a pesar de todo, dándoles la libertad para ir allí donde deseen. Esto no siempre funciona. Y, por supuesto, la sátira política no se adhiere a ninguno de estos preceptos. De hecho, hace precisamente lo contrario, que es su auténtica función.

En mi obra ¨The Birthday Party” ("La fiesta de cumpleaños") creo que permito el funcionamiento de un amplio abanico de opciones en un denso bosque de posibilidades antes de concentrarme finalmente en un acto de dominación.

Mountain Language” ("El lenguaje de la montaña") no aspira a esa amplitud de funcionamiento. Es brutal, breve y desagradable. Pero los soldados en la obra sí que se divierten con ello. Uno a veces olvida que los torturadores se aburren fácilmente. Necesitan reírse de vez en cuando para mantener el ánimo. Este hecho ha sido confirmado naturalmente por lo que ocurrió en Abu Ghraib en Bagdad. “Mountain Language” sólo dura 20 minutos, pero podría continuar hora tras hora, una y otra y otra vez, repetirse de nuevo lo mismo de forma continua, una y otra vez, hora tras hora.

Ashes to ashes” ("Polvo eres"), por otra parte, me da la impresión de que transcurre bajo el agua. Una mujer que se ahoga, su mano que emerge sobre las olas intentando alcanzar algo, que se hunde y desaparece, buscando a otros, pero sin encontrar a nadie, ya sea por encima o por debajo del agua, encontrando únicamente sombras, reflejos, flotando; la mujer es una figura perdida en un paisaje que las aguas están cubriendo, una mujer incapaz de escapar de la catástrofe que parecía que sólo afectaba a otros.

Pero, de la misma forma que ellos murieron, ella también ha de morir.

El lenguaje político, tal como lo usan los políticos, no se adentra en ninguno de estos territorios dado que la mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese poder. Para conservar ese poder es necesario mantener al pueblo en la ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad, incluso la verdad sobre sus propias vidas. Lo que nos rodea es un enorme entramado de mentiras, de las cuales nos alimentamos.

Como todo el mundo aquí sabe, la justificación de la invasión de Irak era que Sadam Hussein tenía en su posesión un peligrosísimo arsenal de armas de destrucción masiva, algunas de las cuales podían ser lanzadas en 45 minutos y provocar una espeluznante destrucción. Nos aseguraron que eso era cierto. No era cierto. Nos contaron que Irak mantenía una relación con Al Quaeda y que era en parte responsable de la atrocidad que ocurrió en Nueva York el 11 de Septiembre de 2001. Nos aseguraron que esto era cierto. No era cierto. Nos contaron que Irak era una amenaza para la seguridad del mundo. Nos aseguraron que era cierto. No era cierto.

La verdad es algo completamente diferente. La verdad tiene que ver con la forma en la que Estados Unidos entiende su papel en el mundo y cómo decide encarnarlo.

Pero antes de volver al presente me gustaría mirar al pasado reciente, me refiero a la política exterior de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Creo que es nuestra obligación someter esta época a cierta clase de escrutinio, aunque sea de una manera incompleta, que es todo lo que nos permite el tiempo que tenemos.

Todo el mundo sabe lo que ocurrió en la Unión Soviética y por toda la Europa del Este durante el periodo de posguerra: la brutalidad sistemática, las múltiples atrocidades, la persecución sin piedad del pensamiento independiente. Todo ello ha sido ampliamente documentado y verificado.

Pero lo que yo pretendo mostrar es que los crímenes de los EEUU en la misma época sólo han sido registrados de forma superficial, no digamos ya documentados, o admitidos, o reconocidos siquiera cómo crímenes. Creo que esto hay que solucionarlo y que la verdad sobre este asunto tiene mucho que ver con la situación en la que se encuentra el mundo actualmente. Aunque limitadas, hasta cierto punto, por la existencia de la Unión Soviética, las acciones de los Estados Unidos a lo ancho y largo del mundo dejaron claro que habían decidido que tenían carta blanca para hacer lo que quisieran.

La invasión directa de un estado soberano nunca ha sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, han preferido lo que ellos han descrito como “conflicto de baja intensidad”. Conflicto de baja intensidad significa que miles de personas mueren pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre ellos de una sola vez. Significa que infectas el corazón del país, que estableces un tumor maligno y observas el desarrollo de la gangrena. Cuando el pueblo ha sido sometido - o molido a palos, que viene a ser lo mismo – y tus propios amigos, los militares y las grandes corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones frente a la cámara y dices que la democracia ha prevalecido. Esto fue lo normal en la política exterior de los Estados Unidos durante los años de los que estoy hablando.

La tragedia de Nicaragua fue un ejemplo muy significativo. La escogí para exponerla aquí como un ejemplo claro de cómo ve Estados Unidos su papel en el mundo, tanto entonces como ahora.

Yo estuve presente en una reunión en la embajada de los EEUU en Londres a finales de los 80.

El Congreso de Estados Unidos estaba a punto de decidir si dar más dinero a la Contra para su campaña contra el estado de Nicaragua. Yo era un miembro de una delegación que venía a hablar en nombre de Nicaragua, pero la persona más importante en esta delegación era el Padre John Metcalf. El líder del grupo de EEUU era Raymond Seitz (por aquel entonces el ayudante del embajador, más tarde él mismo sería embajador). El Padre Metcalf dijo: “Señor, dirijo una parroquia en el norte de Nicaragua. Mis feligreses construyeron una escuela, un centro de salud, un centro cultural. Vivíamos en paz. Hace unos pocos meses un grupo de la Contra atacó la parroquia. Lo destruyeron todo: la escuela, el centro de salud, el centro cultural. Violaron a las enfermeras y las maestras, asesinaron a los médicos, de la forma más brutal. Se comportaron como salvajes. Por favor, exija que el gobierno de EEUU retire su apoyo a esta repugnante actividad terrorista.”

Raymond Seitz tenía muy buena reputación como hombre racional, responsable y altamente sofisticado. Era muy respetado en los círculos diplomáticos. Escuchó, hizo una pausa, y entonces habló con gravedad. 'Padre', dijo, 'déjame decirte algo. En la guerra, la gente inocente siempre sufre'. Hubo un frío silencio. Le miramos. Él no parpadeó.

La gente inocente, en realidad, siempre sufre.

Finalmente alguien dijo: 'Pero en este caso “las personas inocentes” fueron las víctimas de una espantosa atrocidad subvencionada por su gobierno, una entre muchas. Si el Congreso concede a la Contra más dinero, tendrán lugarmás atrocidades de esta clase. ¿No es así? ¿No es por tanto su gobierno culpable de apoyar actos de asesinato y destrucción contra los ciudadanos de un estado soberano?

Seitz se mantuvo imperturbable. 'No estoy de acuerdo con que los hechos tal como han sido presentados apoyen sus afirmaciones'. dijo.

Mientras abandonábamos la embajada un asistente estadounidense me dijo que había disfrutado con mis obras. No le respondí.

Debo recordarles que el entonces presidente, Reagan, hizo la siguiente declaración: 'La Contra es el equivalente moral a nuestros Padres Fundadores'.

Los Estados Unidos apoyaron la brutal dictadura de Somoza en Nicaragua durante 40 años. El pueblo nicaragüense, guiado por los sandinistas, derrocó este régimen en 1979, una impresionante revolución popular.

Los sandinistas no eran perfectos. Tenían una claro componente de arrogancia y su filosofía política contenía un cierto número de elementos contradictorios. Pero eran inteligentes, racionales y civilizados. Se propusieron conseguir una sociedad estable, decente y plural. La pena de muerte fue abolida. Cientos de miles de campesinos pobres fueron librados de una muerte segura. A unas 100.000 familias se le dieron títulos de propiedad sobre tierras. Se construyeron dos mil escuelas. Una notable campaña educativa redujo el analfabetismo en el país a menos de una séptima parte. Se establecieron una educación y un servicio de salud gratuitos. La mortalidad infantil se redujo en una tercera parte. La polio fue erradicada.

Los Estados Unidos denunciaron estos logros como una subversion marxista/leninista. Desde el punto de vista del gobierno de los Estados Unidos, se estaba estableciendo un ejemplo peligroso. Si a Nicaragua se le permitía fijar normas básicas de justicia social y económica, si se le permitía incrementar los niveles de salud y educación y alcanzar una unidad social y un respeto nacional propio, los países vecinos se plantearían las mismas cuestiones y harían lo mismo. En ese momento había por supuesto una feroz resistencia al status quo en el Salvador.

He hablado anteriormente de 'un entramado de mentiras' que nos rodea. El presidente Reagan describía habitualmente a Nicaragua como un 'calabozo totalitario'. Esto fue aceptado de forma general por los medios, y por supuesto por el gobierno británico, como un comentario acertado e imparcial. Pero lo que ocurre es que, bajo el gobierno sandinista, no estaba documentada la existencia de escuadrones de la muerte . No había constancia de torturas. No estaba probada la existencia de una brutalidad sistemática u oficial por parte de los militares. Ningún sacerdote fue asesinado en Nicaragua. De hecho, había tres sacerdotes en el gobierno, dos jesuitas y un misionero Maryknoll. Los calabozos totalitarios estaban en realidad muy cerca, en El Salvador y en Guatemala. Los Estados Unidos habían hecho caer en 1954 al gobierno elegido democráticamente en Guatemala y se calcula que unas 200.000 personas habían sido víctimas de las sucesivas dictaduras militares.

Seis de los más eminentes jesuitas del mundo fueron asesinados brutalmente en la Universidad de Centro América en San Salvador en 1989 por un batallón del regimiento Alcatl entrenado en Fort Benning, Georgia, USA. Un hombre extremadamente valiente, el arzobisbo Romero, fue asesinado mientras se dirigía a la gente. Se calcula que murieron 75.000 personas. ¿Por qué fueron asesinadas? Fueron asesinadas porque creían que una vida mejor era posible y que debía conseguirse. Esta creencia los convirtió de forma inmediata en comunistas. Murieron porque se atrevieron a cuestionar el status quo, la interminable situación de pobreza, enfermedad, degradación y opresión que habían recibido como herencia.

Los Estados Unidos finalmente hicieron caer el gobierno Sandinista. Tardaron varios años y hubo una resistencia considerable, pero una persecución económica implacable y 30.000 muertos al final minaron la moral del pueblo nicaragüense. Exhaustos y condenados a la pobreza una vez más. Los casinos volvieron al país, la salud y la educación gratuita se acabaron. Las grandes empresas volvieron en mayor número. La 'Democracia' había prevalecido.

Pero esta “política” no se limitó, de ninguna manera, a Centroamérica. Se realizó a lo largo y ancho del mundo. No tenía final. Y ahora es como si nunca hubiese sucedido.

Los Estados Unidos apoyaron y en algunos casos crearon todas las dictaduras militares de derechas en el mundo tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a Indonesia, Grecia, Uruguay, Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador, y, por supuesto, Chile. El horror que los Estados Unidos infligieron a Chile en 1973 no podrá ser nunca purgado ni olvidado.

Cientos de miles de muertes tuvieron lugar en todos estos países. ¿Tuvieron lugar? ¿Son todas esas muertes atribuibles a la política exterior estadounidense? La respuesta es sí, tuvieron lugar y son atribuibles a la política exterior estadounidense. Pero ustedes no lo sabrían.

Esto nunca ocurrió. Nunca ocurrió nada. No ocurrió ni siquiera mientras estaba ocurriendo. No importaba. No era de interés. Los crímenes de Estados unidos han sido sistemáticos, constantes, inmorales, despiadados, pero muy pocas personas han hablado de ellos. Esto es algo que hay que reconocerle a los Estados Unidos. Han ejercido su poder a través del mundo sin apenas dejarse llevar por las emociones mientras pretendían ser una fuerza al servicio del bien universal. Ha sido un brillante ejercicio de hipnosis, incluso ingenioso, y ha tenido un gran éxito.

Os digo que Estados Unidos son sin duda el mayor espectáculo ambulante. Pueden ser brutales, indiferentes, desdeñosos y bárbaros, pero también son muy inteligentes. Como vendedores no tienen rival, y la mercancía que mejor venden es el amor propio. Es un gran éxito. Escuchen a todos los presidentes de Estados Unidos en la televisión usando las palabras, “el pueblo americano”, como en la frase, “Le digo al pueblo americano que es la hora de rezar y defender los derechos del pueblo americano y le pido al pueblo americano que confíe en su presidente en la acción que va a tomar en beneficio del pueblo americano”.

Es una estratagema brillante. El lenguaje se usa hoy en día para mantener controlado al pensamiento. Las palabras “el pueblo americano” producen un cojín de tranquilidad verdaderamente sensual. No necesitas pensar. Simplemente échate sobre el cojín. El cojín puede estar sofocando tu inteligencia y tu capacidad crítica pero es muy cómodo. Esto no funciona, por supuesto, para los 40 millones de personas que viven bajo la línea de pobreza y los dos millones de hombres y mujeres prisioneras en los vastos “gulags” de las cárceles, que se extienden a lo largo de todo Estados Unidos.

Estados Unidos ya no se preocupa por los conflictos de baja intensidad. No ven ningún interés en ser reticentes o disimulados. Ponen sus cartas sobre la mesa sin miedo ni favor. Sencillamente les importan un bledo las Naciones Unidas, la legalidad internacional o el desacuerdo crítico, que juzgan impotentes e irrelevantes. Tienen su propio perrito faldero acurrucado detrás de ellos, la patética y supina Gran Bretaña.

¿Qué le ha pasado a nuestra sensibilidad moral? ¿La hemos tenido alguna vez? ¿Qué significan estas palabras? ¿Se refieren a un termino muy raramente utilizado estos días – conciencia? ¿Una conciencia para usar no sólo con nuestros propios actos sino para usar también con nuestra responsabilidad compartida en los actos de los demás? ¿Está todo muerto? Mirad Guantánamo. Cientos de personas detenidas sin cargos a lo largo de tres años, sin representación legal ni un juicio conveniente, técnicamente detenidos para siempre. Esta estructura totalmente ilegal se mantiene como un desafío a la convención de Ginebra. Esto no es sólo tolerado sino que es difícilmente planteado por lo que se llama “la comunidad internacional”. Esta atrocidad criminal la comete un país, que se declara a sí mismo “el líder del mundo libre”. ¿Pensamos en los habitantes de la bahía de Guantánamo? ¿Qué es lo que dicen los medios? Lo reseñan ocasionalmente – una pequeña mención en la pagina seis. Ellos han sido consignados a una tierra de nadie de la que, por cierto, puede que nunca regresen. En la actualidad muchos están en huelga de hambre, alimentados a la fuerza, incluidos los residentes británicos. No hay sutilezas en estos procesos de alimentación. Ni sedaciones ni anestésicos. Solo un tubo insertado en tu nariz y dentro de tu garganta. Tú vomitas sangre. Esto es tortura. ¿Qué ha dicho la secretaria británica de Exteriores sobre esto? Nada. ¿Qué ha dicho el primer ministro británico sobre esto? Nada ¿Por qué no? Porque los Estados Unidos han dicho: criticar nuestra conducta en la bahía de Guantánamo constituye un acto poco amistoso. O estáis con nosotros o contra nosotros. Así que Blair se calla.

La invasión de Irak ha sido un acto de bandidos, un evidente acto de terrorismo de estado, demostrando un desprecio absoluto por el concepto de leyes internacionales. La invasión fue una acción militar arbitraria basada en una serie de mentiras sobre mentiras y burda manipulación de los medios y, por consiguiente, del público; un acto con la intención de consolidar el control económico y militar de Estados Unidos sobre Oriente Medio camuflado – como ultimo recurso – todas las otras justificaciones han caído por ellas mismas – como una liberación. Una formidable aseveración de la fuerza militar responsable de la muerte y mutilación de cientos y cientos de personas inocentes.

Hemos traído tortura, bombas racimo, uranio empobrecido, innumerables actos de muerte aleatoria, miseria, degradación y muerte para el pueblo Iraquí y lo llamamos “llevar la libertad y la democracia a Oriente Medio”

¿Cuánta gente tienes que matar antes de ser considerado un asesino de masas y un criminal de guerra? ¿Cien mil? Más que suficiente, habría pensado yo. Por eso es justo que Bush y Blair sean procesados por el Tribunal Penal Internacional. Pero Bush ha sido listo. No ha ratificado al Tribunal Penal Internacional. Por eso si un soldado o político americano es arrestado Bush ha advertido que enviaría a los marines. Pero Tony Blair ha ratificado el Tribunal y por eso se le puede perseguir. Podemos proporcionarle al Tribunal su dirección si está interesado. Es el número 10 de Downing Street, Londres.

La muerte en este contexto es irrelevante. Ambos, Bush y Blair colocan la muerte bien lejos, en los números atrasados. Al menos 100.000 iraquíes murieron por las bombas y misiles americanos antes de que la insurgencia iraquí empezase. Estas personas no existen ahora. Sus muertes no existen. Son espacios en blanco. Ni siquiera han sido registrados como muertos. 'No hacemos recuento de cuerpos', dijo el general americano Tommy Franks.

Al inicio de la invasión se publicó en la portada de los periódicos británicos una fotografía de Tony Blair besando la mejilla de un niño iraquí. 'Un niño agradecido' decía el pie de foto. Unos días después apareció una historia con una fotografía, en una página interior, de otro niño de cuatro años sin brazos. Su familia había sido alcanzada por un misil. Él fue el único superviviente. '¿Cuando recuperaré mis brazos?' preguntaba. La historia desapareció. Bien, Tony Blair no lo tenía en sus brazos, tampoco el cuerpo de ningún otro niño mutilado, ni el de ningún cadáver ensangrentado. La sangre es sucia. Ensucia tu camisa y tu corbata cuando te encuentras dando un discurso sincero en televisión.

Los 2000 americanos muertos son una vergüenza. Son transportados a sus tumbas en la oscuridad. Los funerales son discretos, fuera de peligro. Los mutilados se pudren en sus camas, algunos para el resto de sus vidas. Así los muertos y los mutilados se pudren, en diferentes tipos de tumbas.

He aquí un extracto del poema de Pablo Neruda: “Explico Algunas Cosas”:

Y una mañana todo estaba ardiendo

y una mañana las hogueras

salían de la tierra

devorando seres,

y desde entonces fuego,

pólvora desde entonces,

y desde entonces sangre.

Bandidos con aviones y con moros,

bandidos con sortijas y duquesas,

bandidos con frailes negros bendiciendo

venían por el cielo a matar niños,

y por las calles la sangre de los niños

corría simplemente, como sangre de niños

Chacales que el chacal rechazaría,

piedras que el cardo seco mordería escupiendo,

víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre

de España levantarse

para ahogaros en una sola ola

de orgullo y de cuchillos!

Generales

traidores:

mirad mi casa muerta,

mirad España rota:

pero de cada casa muerta sale metal ardiendo

en vez de flores,

pero de cada hueco de España

sale España,

pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,

pero de cada crimen nacen balas

que os hallarán un día el sitio

del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía

no nos habla del sueño, de las hojas,

de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,

venid a ver

la sangre por las calles,

venid a ver la sangre

por las calles!

Quisiera dejar claro que citando el poema de Neruda no estoy comparando de ninguna manera la República Española con el Irak de Saddam Hussein. Cito a Neruda porque en ningún otro sitio de la lírica contemporánea leí una descripción más insistente y cierta del bombardeo contra civiles.

He dicho antes que los Estados Unidos están ahora siendo totalmente francos poniendo las cartas sobre la mesa. Éste es el caso. Su política oficial es hoy en día definida como "Dominio sobre todo el espectro". Ése no es mi término, es el suyo. "Dominio sobre todo el espectro" quiere decir control de la tierra, mar, aire y espacio y todos sus recursos.

Los Estados Unidos ahora ocupan 702 bases militares a lo largo del mundo en 132 países, con la honorable excepción de Suecia, por supuesto. No sabemos muy bien como han llegado a estar ahí pero de hecho están ahí.

Los Estados Unidos poseen 8000 cabezas nucleares activas y usables. Dos mil están en sus disparaderos, alerta, listas para ser lanzadas 15 minutos después de una advertencia. Están desarrollando nuevos sistemas de fuerza nuclear, conocidos como "destructores de búnkeres". Los británicos, siempre cooperativos, están intentando reemplazar su propio misil nuclear, Trident. ¿A quién, me pregunto, están apuntando? ¿A Osama Bin Laden? ¿A ti? ¿A mí? ¿A mi vecino? ¿China? ¿París? Quién sabe. Lo que sí sabemos es que esta locura infantil - la posesión y uso en forma de amenazas de armas nucleares - constituye el meollo de la actual filosofía política de Estados Unidos. Debemos recordarnos a nosotros mismos que Estados Unidos está en una continua misión militar y no muestra indicios de aminorar el paso.

Muchos miles, si no millones, de personas en los propios Estados Unidos están demostrablemente asqueadas, avergonzadas y enfadadas por las acciones de su gobierno, pero, tal y como están las cosas, no son una fuerza política coherente - todavía. Pero la ansiedad, la incertidumbre y el miedo que podemos ver crecer cada día en los Estados Unidos no es probable que disminuya.

Sé que el presidente Bush tiene algunos escritores de discursos muy competentes pero quisiera prestarme voluntario para el puesto. Propongo el siguiente discurso breve que él podría leer en televisión a la nación. Le veo solemne, con el pelo cuidadosamente peinado, serio, confiado, sincero, frecuentemente seductor, a veces empleando una sonrisa irónica, curiosamente atractiva, un auténtico macho.

"Dios es bueno. Dios es grande. Dios es bueno. Mi dios es bueno. El Dios de Bin Laden es malo. El suyo es un mal Dios. El dios de Saddam también era malo, aunque no tuviera ninguno. Él era un bárbaro. Nosotros no somos bárbaros. Nosotros no decapitamos a la gente. Nosotros creemos en la libertad. Dios también. Yo no soy bárbaro. Yo soy el líder democráticamente elegido de una democracia amante de la libertad. Somos una sociedad compasiva. Electrocutamos de forma compasiva y administramos una compasiva inyección letal. Somos una gran nación. Yo no soy un dictador. Él, sí. Yo no soy un bárbaro. Él, sí. Y aquel otro, también. Todos lo son. Yo tengo autoridad moral. ¿Ves mi puño? Esta es mi autoridad moral. Y no lo olvides"

La vida de un escritor es extremadamente vulnerable, apenas una actividad desnuda. No tenemos que llorar por ello. El escritor hace su elección y queda atrapado en ella. Pero es cierto que estás expuesto a todos los vientos, alguno de ellos en verdad helados. Estás solo, por tu cuenta. No encuentras refugio, ni protección - a menos que mientas - en cuyo caso, por supuesto, te habrás construido tu propia protección y, podría decirse, te habrás vuelto un político.

Me he referido un par de veces esta tarde a la muerte. Voy a citar ahora un poema mío llamado "Muerte"

¿Dónde se halló el cadáver?

¿Quién lo encontró?

¿Estaba muerto cuando lo encontraron?

¿Cómo lo encontraron?

¿Quién era el cadáver?

¿Quién era el padre o hija, o hermano

o tío o hermana o madre o hijo

del cadáver abandonado?

¿Estaba muerto el cuerpo cuando fue abandonado?

¿Fue abandonado?

¿Quién lo abandonó?

¿Estaba el cuerpo desnudo o vestido para un viaje?

¿Qué le hizo declarar muerto al cadáver?

¿Fue usted quien declaró muerto al cadáver?

¿Cómo de bien conocía el cadáver?

¿Cómo sabía que estaba muerto el cadáver?

¿Lavó el cadáver?

¿Le cerró ambos ojos?

¿Enterró el cuerpo?

¿Lo dejó abandonado?

¿Le dio un beso al cadáver?

Cuando miramos un espejo pensamos que la imagen que nos ofrece es exacta. Pero si te mueves un milímetro la imagen cambia. Ahora mismo, nosotros estamos mirando un círculo de reflejos sin fin. Pero a veces el escritor tiene que destrozar el espejo - porque es en el otro lado del espejo donde la verdad nos mira a nosotros.

Creo que, a pesar de las enormes dificultades que existen, una firme determinación, inquebrantable, sin vuelta atrás, como ciudadanos, para definir la auténtica verdad de nuestras vidas y nuestras sociedades es una necesidad crucial que nos afecta a todos. Es, de hecho, una obligación.

Si una determinación como ésta no forma parte de nuestra visión política, no tenemos esperanza de restituir lo que casi hemos perdido - la dignidad como personas.

Usos y abusos de la mecánica cuántica

Pensar — Volumen 3, Número 4, octubre-diciembre 2006
Contracorriente
Alberto C. De la Torre [1]

La mecánica cuántica tiene un problema con su nombre. Es demasiado atractivo y misterioso. Si se hubiese llamado “teoría de cota inferior a la acción para el modelado de sistemas físicos”, la habrían dejado tranquila y no sería necesario salir a explicar que en numerosos usos de la palabra “cuántica” no hay ninguna relación válida con la física. A diferencia de lo que sucede con la medicina, no existe una ley que proteja contra el “ejercicio ilegal de la física” y no hay penalidad para los que abusan de ella para propagar falsedades o para justificar ideologías esotéricas. Debemos entonces informar y educar a la sociedad para que no se deje embaucar por los charlatanes que invocan a la mecánica cuántica con el fin de hacer creíbles sus delirios.

Un poco de historia

A fines del siglo XIX se creía que las teorías físicas disponibles eran suficientes para explicar todos los fenómenos de la naturaleza. Se pensaba entonces que toda pregunta referida al comportamiento de los sistemas físicos encontraría una respuesta correcta mediante la aplicación de las llamadas teorías clásicas. Tal era la confianza que se tenía en la física clásica, que se anunciaba “el fin de la física”. Solamente había un par de “pequeños problemas” que la física clásica no lograba explicar. Uno estaba relacionado con el color de los cuerpos incandescentes y el otro con la variación en la velocidad de la luz cuando la fuente emisora está en movimiento. El anuncio del fin de la física resultó ser tan falso como esperamos que sea falso el anuncio —promulgado a fines del siglo XX— del fin de las ideologías. En efecto, de esos “pequeños problemas” surgieron dos grandes revoluciones de la física que conmocionaron a todos los ambientes culturales: la mecánica cuántica y la relatividad. No trataremos aquí a la relatividad y nos dedicaremos a exponer los aspectos esenciales de la revolución cuántica.

Éxitos y fracasos de la física clásica

La física clásica, la del siglo XIX, es extremadamente exitosa para describir el comportamiento de sistemas físicos, llamados macroscópicos, que son los que podemos percibir directamente con nuestros sentidos. Las piedras, los motores, la luna y los planetas, los ríos, los relojes, los rayos y los truenos, el viento, las olas y mareas, las máquinas y los procesos con todas sus propiedades de masa, energía, impulso, el calor, la luz y los colores y una inmensidad de cosas que encontraban explicación satisfactoria con la física clásica. Es interesante notar que todos estos sistemas físicos y procesos son los que han intervenido en el desarrollo de nuestra intuición, esto es, en la expectativa que tenemos y que usamos para predecir el comportamiento de las cosas. Si soltamos un objeto, predecimos que va a caer, porque eso es lo que hemos experimentado miles de veces. Si dejamos un objeto en un lugar, esperamos que permanezca allí o que se mueva de acuerdo a causas conocidas. Si un objeto puede tener alguna propiedad como cierta posición o cierta velocidad, o cierto color, esperamos que estas propiedades estén presentes o ausentes, pero con certeza. Debido a que el desarrollo de la intuición ha sido influenciado por nuestro contacto con sistemas que describe correctamente la física clásica, decimos que la intuición es clásica.

La física clásica fracasa, hace predicciones falsas (que no se corroboran en los experimentos) cuando se la aplica a sistemas físicos muy pequeños, livianos y tenues. Para éstos se desarrolló la mecánica cuántica, que se aplica con formidable éxito a sistemas 10 mil millones (10^10) de veces más pequeños que los sistemas perceptibles por nuestros sentidos, 1.000 cuatrillones (10^27) de veces más livianos y 10.000 quintillones (10^34) de veces menos activos y más débiles. ¿Tenemos derecho a pensar que nuestra intuición, desarrollada con los sistemas clásicos, se aplique correctamente a sistemas físicos tan alejados de nuestros sentidos? ¡Claramente no!

Otorgarnos ese derecho sería repetir el error antropocéntrico tantas veces cometido en la historia de la ciencia. Por ello, debemos estar preparados para aceptar que el comportamiento de los sistemas cuánticos viole nuestra intuición y nos asombre. La mecánica cuántica nos sugiere educar la intuición para hacer aceptables ideas altamente anti-intuitivas y asombrosas pero necesarias en la descripción del comportamiento de los sistemas cuánticos. En cierto sentido, la mecánica cuántica es “paranormal” porque los sistemas cuánticos se comportan en forma diferente a lo que “normalmente” estamos acostumbrados a observar. Sin embargo, a diferencia de los supuestos fenómenos paranormales, las predicciones asombrosas de la mecánica cuántica cuentan con una abrumadora evidencia experimental. La teoría cuántica es asombrosa pero ha sido confirmada por experimentos de altísima precisión. Por ejemplo, el cálculo del momento magnético del electrón ha sido comprobado con una precisión tan grande como la que resultaría de medir la longitud del ecuador de la tierra con un error menor a una décima de milímetro.

La revolución cuántica

La característica esencial y revolucionaria de la mecánica cuántica es que, además del valor asociado a cada observable de la realidad, aparece indisociablemente otra cantidad que está relacionada con cierta indeterminación, o incerteza, o error, o imprecisión, o difusión, o dispersión, o variación, en el valor asignado al observable. Los múltiples nombres que hemos presentado son indicativos de la ambigüedad de interpretación que aqueja a esta cantidad. Los dos primeros, indeterminación e incerteza, son los más usuales y corresponden a dos interpretaciones opuestas que no explicaremos aquí. Cuando la indeterminación de una cantidad es grande y hacemos experimentos para observar dicha cantidad, obtendremos diferentes valores que manifiestan la incerteza en la cantidad medida. La teoría no puede predecir con exactitud el valor que mediremos y sólo nos da la probabilidad asociada a cada valor. La mecánica cuántica sugiere la existencia del indeterminismo en la realidad. Más asombroso aún, sucede que las indeterminaciones en las cantidades observables no son todas independientes sino que están relacionadas de manera inexplicable para nuestra intuición clásica. Por ejemplo, la indeterminación en la posición de un objeto puede hacerse pequeña, pero lo hará a expensas de una gran indeterminación en su velocidad. Un electrón bien localizado se comporta como una partícula, aunque con velocidad indefinida. Viceversa, si lo obtenemos con una velocidad bien definida se comportará como una onda sin ubicación precisa. Esta es la llamada dualidad onda-partícula. Existen experimentos en que los electrones se manifiestan como ondas, similares a la luz, cuando pasan por rendijas: interfieren y difractan pero en otros experimentos, los mismos electrones impactan puntualmente como partículas. ¿Qué es entonces un electrón, una partícula o una onda? La mejor respuesta a esta difícil pregunta es: ¡ni una cosa ni la otra! La realidad del electrón es algo maravillosamente bello y sutil que no debe describirse con nuestra intuición clásica, aunque en ciertos experimentos muestre una cara similar a la de una partícula y en otros a la de una onda. Onda y partícula son dos diferentes perspectivas clásicas de una misma realidad cuántica compleja. Son dos visiones complementarias de la realidad. Niels Bohr creó el concepto de “complementariedad” para caracterizar a la posibilidad de coexistencia de propiedades opuestas, incompatibles, que son por un lado necesarias para la descripción completa del sistema físico pero por otro lado no pueden ser consideradas simultáneamente porque se excluyen.

La distorsión paranormal

La aparición de la mecánica cuántica ha tenido grandes consecuencias culturales y filosóficas por un lado, científicas y tecnológicas por el otro y, desafortunadamente, también ha sido avasallada como instrumento para engañar y estafar. Veamos brevemente estos tres aspectos. Primero, la mecánica cuántica ha introducido una nueva forma de concebir la existencia de los objetos microscópicos. Estos objetos existen pero sus propiedades difieren de las que asignamos a los objetos grandes que percibimos directamente con nuestros sentidos. Así podemos concebir que una partícula puede existir (ser) pero no tener una localización exacta (estar); que la observación de alguna característica de la realidad no implica la puesta en evidencia de una propiedad preexistente (indeterminismo); que toda descripción que hagamos del objeto con conceptos clásicos, obligatoriamente excluye otras posibles descripciones (complementariedad). La mecánica cuántica ha hecho un gran aporte al debate filosófico al demostrar que el realismo ingenuo, que propone que la realidad es tal cual como nosotros la percibimos, es falso. En el segundo aspecto, el impacto científico y tecnológico de la mecánica cuántica es gigantesco. “La mecánica cuántica explica toda la química y gran parte de la física” dijo algún famoso. El desarrollo de nuevos materiales, toda la electrónica, la superconductividad, la energía nuclear y casi la totalidad de la tecnología moderna no hubiera logrado el nivel de desarrollo alcanzado sin la mecánica cuántica. Finalmente, es importante aclarar que los efectos asombrosos de la mecánica cuántica aparecen en sistemas físicos extremadamente pequeños, tenues y livianos, pero para sistemas físicos grandes, como los que nosotros percibimos con nuestros sentidos, estos efectos asombrosos se promedian, se cancelan, y emerge así el comportamiento “normal” que acostumbramos a percibir. La transición de lo cuántico a lo clásico, llamada “decoherencia”, se presenta ya al nivel submolecular y es por lo tanto falso pensar que la mecánica cuántica pueda explicar fenómenos macroscópicos “paranormales” (en rigor, nunca observados) tales como la telekinesis, bilocalidad y otros. Tampoco brinda la mecánica cuántica algún soporte a creencias religiosas o misticismos orientales. Ying-yang, tao, holismo, terapias cuánticas, fenómenos paranormales y teletransportación, entre otros, no tienen nada que ver con la física cuántica, y los que invocan el enorme prestigio y rigor de esta teoría para aportar alguna credibilidad a esas charlatanerías están simplemente engañando; si además, como es usual, sacan de eso algún rédito económico, están estafando.

[1] Alberto C. de la Torre es Profesor Titular del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Es Investigador Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET.