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Compartimos un artículo del NYT que está inscrito en el liberalismo clásico, aquél que condena las formas más aberrantes de explotación, pero no la explotación como tal. Y no puede hacerlo pues el sistema de trabajo asalariado es el pilar fundamental que sostiene el sistema y se basa en la explotación. Los capitalistas extraen plusvalía de todos los trabajadores, hasta de aquellos con los mejores contratos, por ej., los pilotos de Avianca que a pesar de tener buenos ingresos y buenos contratos, siguen siendo muy explotados si se les compara con otras aerolíneas. El método liberal de impedir la acumulación privada, resultante de este sistema, por medio de impuestos progresivos a la riqueza, no ha impedido ni podrá mitigar esas desigualdades por el simple hecho de que son los gobiernos de los capitalistas los que hacen las leyes y las ejecutan a su favor. Hasta en los mismos EU donde funciona un poco mejor, los impuestos no han podido detener la obscena riqueza de un puñado de supermillonarios. Aquí, en Colombia, es el pueblo el que paga el mayor porcentaje de impuestos.
Y una última cuestión: el NYT ignora o pasa por alto que en los propios EU, hay aproximadamente unos 150.000 esclavos, lo dicen sus propias publicaciones como esta revista de la National Geographic dedicada al tema de la esclavitud en el mundo.....
Enlace: https://www.nytimes.com/es/2020/06/02/espanol/opinion/colombia-trabajo-coronavirus.html
Imagen: pixabay
Uno de los problemas de los filósofos del post-post-modernismo actual, es que continúan la larga y nociva tradición de enemistar la filosofía con la ciencia y profundizar la especulación al margen de cualquier evidencia. La crítica de Jursich en ese sentido es justa, pero tiene, como se dice coloquialmente "unas de cal y otras de arena". Tiene razón en su repudio a tantas sandeces especulativas que se dan de bruces de inmediato contra la realidad misma. Pero se le siente un tono derechoso que incomoda. Por ej.: que los ricos que viajan a sus anchas por el mundo fueran los mayores difusores planetarios del virus, es también una realidad empírica, no una paranoia clasista producto de mentes alucinadas. Que las estúpidas profecías de Zizek fracasaran de inmediato, no justifican el horror y la continuidad de la normalidad capitalista y el llamado a buscar posibles salidas o soluciones, por dificil que parezca. El autor dice mucho al no decir nada sobre este punto que es tal vez lo más interesante de la pandemia: "el problema no es volver a la normalidad pues la normalidad es el problema". Que lavarse las manos no fuera un sumiso acatamiento de un proyecto de autocontrol fascista, no le quita mérito al análisis del control biopolitico (un importante aporte de Foucault) que cada vez es menos una pesadilla y más una realidad amenazante.
Y bueno. Si estos filósofos de ahora no aportan mayor cosa: ¿cuál es el "aporte" de Jursich? La simpleza de detectar un gran conflicto en el seno de la democracia burguesa entre centralistas y federalistas, algo tan manido e irrelevante para el poder establecido como lo fue desde los tiempos de la "patria boba", conflicto que no amenaza para nada al poder del capital y antes, por el contrario, lo apuntala. Se trata de diferencias menores en el seno de una misma clase en cuanto a la forma de gobernar, más no en cómo y para quién se gobierna.
En síntesis, una crítica conservadora y firmemente plantada en el statu quo, como casi todo lo de los "bienpensantes" colombianos.
Enlace: https://razonpublica.com/la-indigesta-sopa-wuhan/
Descarga de sopa de Wuhan: https://www.elextremosur.com/files/content/23/23684/sopa-de-wuhan.pdf
"Hace unas semanas, gracias al encargo de un prólogo para la edición norteamericana de Vintage Classics, volví a leer La vorágine (1924), la gran novela de José Eustasio Rivera sobre la explotación del caucho en la cuenca del Amazonas a comienzos de siglo XX. Resulta al menos curioso que esta novela haya sobrevivido y se siga publicando sin interrupción, pese a haber sido despreciada durante décadas por la crítica y la mala fe de algunos célebres lectores. Carlos Fuentes y Vargas Llosa se ensañaron contra ella y la mostraron como ejemplo de unas formas narrativas caducas, ligadas a un supuesto provincialismo que el Boom supo utilizar como hombre de paja en su operación mercantil global. Todavía hoy uno debe soportar con paciencia que algunos colegas despotriquen del libro o del tema de la “selva” y “la naturaleza” utilizando los eslóganess que la propaganda del Boom convirtiera en sentido común literario. La estrechez crítica se ha contagiado hasta Wikipedia, que describe la novela de Rivera como obra “costumbrista”."
Enlace: https://elpais.com/opinion/2020-05-23/no-es-un-hombre-es-un-sistema.html
Invitamos a leer el siguiente artículo publicado en el NYT:
Es una expresión grotesca del extremo a que ha sido empujada la politica por los posmodernistas con sus "políticas de identidad". Igual han hecho los pornografos alegando su "derecho" a explotar el sexo de las mujeres (principalmente) y los socialdemócratas al reivindicar el derecho a prostituirse y a consagrar la venta de los cuerpos y de los órganos sexuales como un "trabajo". Para seguir criticando a Petro desde la izquierda, su planteamiento fue que la prostitución se ejerciera legalmente y que pudiera estar en los centros comerciales como cualquier almacén de zapatos, para que pagara impuestos y se le reconocieran los derechos laborales a las "trabajadoras sexuales" . Todo eso va por la misma vía del absurdo y muestra la urgencia de profundizar en la crítica política y filosófica contra el posmodernismo.
https://www.nytimes.com/es/2019/09/15/espanol/opinion/jessica-yaniv-depilado.html
El siguiente artículo se centra en la oscuridad de los planteamientos del filósofo Heidegger pero pasa de largo sobre su contenido... pues "no lo entiende". Además fue cierto que era nazi, pero una vez más ¿como convergen sus planteamientos filosóficos con el fascismo? Los fascistas tomaron lo mejor del pensamiento aristocrático y reaccionario desde los tiempos antigos, pasando por Platón, San Agustín, Martín Lutero hasta Nietzsche, pero muchos de ellos son adorados por la intelectualidad académica, de la cual el profesor Wasserman es un típico representante.
Lo dejamos para su análisos: